«Son ideas zombis»: ¿por qué las propuestas de Biden sobre Palestina y Ucrania son irreales?

El artículo del presidente de EEUU en ‘The Washington Post’ está dirigido al público interno y tiene como destinatario la próxima campaña electoral, explican los analistas consultados por Sputnik. La comparación de Hamás con Putin no puede esconder el fracaso de la estrategia contra Rusia y su solución para Palestina es desconocer a Netanyahu.
La misiva, firmada por Joe Biden y publicada el 18 de noviembre en uno de los diarios de mayor solera de Estados Unidos, sorprende por el alcance de sus declaraciones, que atañen a los puntos más conflictivos del globo, como es la situación dada en Ucrania y Oriente medio. El presidente norteamericano esboza las líneas maestras con las que, a su juicio, deberían abordarse estas crisis, donde el liderazgo de su país habrá de ser preponderante. Y lo hace con vocación casi mesiánica.
«Estados Unidos es la nación esencial. Convocamos a aliados y socios para hacer frente a los agresores y avanzar hacia un futuro más brillante y pacífico. El mundo espera que resolvamos los problemas de nuestro tiempo. Eso es una tarea de liderazgo y Estados Unidos la liderará. Porque si nos alejamos de los retos de hoy, el riesgo de conflicto podría extenderse, y los costes para abordarlos no harán sino aumentar. No dejaremos que eso ocurra».
Así describe Biden en The Washington Post la tarea de enfrentar a «Putin y Hamás», quienes «luchan por borrar del mapa una democracia vecina» en la esperanza de «sacar provecho del desorden resultante» del colapso de la «estabilidad regional». «América no puede permitirlo y no lo permitirá. Por nuestros propios intereses de seguridad nacional y por el bien del mundo entero», escribe.
«La demonización y criminalización del enemigo para hacerlo odioso siempre ha sido parte de la estrategia de EEUU. El problema es que, por mucho que compare a Hamás con Putin, toda la estrategia política, militar y económica contra Rusia ha fracasado, lo ha reconocido el New York Times, el Washington Post y las revistas militares especializadas», asegura a Sputnik el politólogo y autor español Manuel Monereo.
En su opinión, el problema ahora de Biden no es Putin, sino Zelenski.
«Porque, como Netanyahu, tiene autonomía propia, dada por EEUU», señala Monereo. Y citando al exsecretario de Estado y consejero presidencial Henry Kissinger, vislumbra un desenlace acaso fatal:

«Hay una frase de Kissinger, muy premonitoria de lo que puede venir, cuando dijo aquello de: ‘Hay algo peor que ser enemigo de EEUU; ser su amigo’. Hoy EEUU ya tiene con Zelenski la dificultad que antes tuvo con otros agentes activos. Han creado un monstruo que ya no pueden controlar, porque no quiere sentarse a negociar en un momento en el que está aislando al jefe de sus fuerzas armadas, que está al borde de la destitución», indica Monereo.

El marchamo de la carta de Biden lo imprime el empleo del sintagma «nación esencial» para definir a EEUU y justificar sus políticas. «A partir de ahí, estamos ante un presidente del siglo XX que ha bebido del XIX y que cree que Estados Unidos es el nuevo pueblo elegido —la sustancia del excepcionalismo estadounidense—, que son el nuevo Israel. Por eso se llevan tan bien con los sionistas», explica a Sputnik el exdiplomático y autor nicaragüense Augusto Zamora, para quien establecer comparaciones entre las crisis en Palestina y Ucrania «da vergüenza ajena».

«Comparar a Hamás con el presidente de Rusia es como la pataleta de un niño. Por criminales que fueran Nixon y Kissinger, a nadie les dio por compararlos con la mafia. La gente seria no anda con esas cosas», afirma Zamora.

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