«Son ideas zombis»: ¿por qué las propuestas de Biden sobre Palestina y Ucrania son irreales?
22 noviembre, 2023misionpoHoyComentarios desactivados en «Son ideas zombis»: ¿por qué las propuestas de Biden sobre Palestina y Ucrania son irreales?
El artículo del presidente de EEUU en ‘The Washington Post’ está dirigido al público interno y tiene como destinatario la próxima campaña electoral, explican los analistas consultados por Sputnik. La comparación de Hamás con Putin no puede esconder el fracaso de la estrategia contra Rusia y su solución para Palestina es desconocer a Netanyahu.
La misiva, firmada por Joe Biden y publicada el 18 de noviembre en uno de los diarios de mayor solera de Estados Unidos, sorprende por el alcance de sus declaraciones, que atañen a los puntos más conflictivos del globo, como es la situación dada en Ucrania y Oriente medio. El presidente norteamericano esboza las líneas maestras con las que, a su juicio, deberían abordarse estas crisis, donde el liderazgo de su país habrá de ser preponderante. Y lo hace con vocación casi mesiánica.
«Estados Unidos es la nación esencial. Convocamos a aliados y socios para hacer frente a los agresores y avanzar hacia un futuro más brillante y pacífico. El mundo espera que resolvamos los problemas de nuestro tiempo. Eso es una tarea de liderazgo y Estados Unidos la liderará. Porque si nos alejamos de los retos de hoy, el riesgo de conflicto podría extenderse, y los costes para abordarlos no harán sino aumentar. No dejaremos que eso ocurra».
Así describe Biden en The Washington Post la tarea de enfrentar a «Putin y Hamás», quienes «luchan por borrar del mapa una democracia vecina» en la esperanza de «sacar provecho del desorden resultante» del colapso de la «estabilidad regional». «América no puede permitirlo y no lo permitirá. Por nuestros propios intereses de seguridad nacional y por el bien del mundo entero», escribe.
«La demonización y criminalización del enemigo para hacerlo odioso siempre ha sido parte de la estrategia de EEUU. El problema es que, por mucho que compare a Hamás con Putin, toda la estrategia política, militar y económica contra Rusia ha fracasado, lo ha reconocido el New York Times, el Washington Post y las revistas militares especializadas», asegura a Sputnik el politólogo y autor español Manuel Monereo.
En su opinión, el problema ahora de Biden no es Putin, sino Zelenski.
«Porque, como Netanyahu, tiene autonomía propia, dada por EEUU», señala Monereo. Y citando al exsecretario de Estado y consejero presidencial Henry Kissinger, vislumbra un desenlace acaso fatal:
«Hay una frase de Kissinger, muy premonitoria de lo que puede venir, cuando dijo aquello de: ‘Hay algo peor que ser enemigo de EEUU; ser su amigo’. Hoy EEUU ya tiene con Zelenski la dificultad que antes tuvo con otros agentes activos. Han creado un monstruo que ya no pueden controlar, porque no quiere sentarse a negociar en un momento en el que está aislando al jefe de sus fuerzas armadas, que está al borde de la destitución», indica Monereo.
El marchamo de la carta de Biden lo imprime el empleo del sintagma «nación esencial» para definir a EEUU y justificar sus políticas. «A partir de ahí, estamos ante un presidente del siglo XX que ha bebido del XIX y que cree que Estados Unidos es el nuevo pueblo elegido —la sustancia del excepcionalismo estadounidense—, que son el nuevo Israel. Por eso se llevan tan bien con los sionistas», explica a Sputnik el exdiplomático y autor nicaragüense Augusto Zamora, para quien establecer comparaciones entre las crisis en Palestina y Ucrania «da vergüenza ajena».
«Comparar a Hamás con el presidente de Rusia es como la pataleta de un niño. Por criminales que fueran Nixon y Kissinger, a nadie les dio por compararlos con la mafia. La gente seria no anda con esas cosas», afirma Zamora.
Joe Biden subraya el apoyo continuado de su país a Ucrania e Israel, cuya defensa frente al «nihilismo asesino» de Hamás apoya sin reservas. Pero a renglón seguido, en una suerte de contradicción, se muestra afligido por las bajas civiles entre los palestinos, para quienes propone la creación de su propio Estado -aunque no define sus fronteras- que englobe Gaza y Cisjordania, y esté regido por la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
«El pueblo palestino merece un Estado propio y un futuro libre de Hamás. A mí también me rompen el corazón las imágenes de Gaza y la muerte de miles de civiles, incluidos niños. […] La solución de los dos Estados es la única manera de garantizar la seguridad a largo plazo tanto del pueblo israelí como del palestino», escribe Biden.
«Son ideas zombis. Tuvieron algún contenido real en épocas anteriores, pero que ya no responden a ninguna realidad sustancial», explica Monereo, que añade que tales ideas definen a las personas que «no son conscientes del mundo en que viven» y suelen aparecer en momentos de «transición sistémica».
«Lo que dice Biden tiene poco ajuste con la realidad. EEUU hace en Israel lo que la policía con la mafia en las películas norteamericanas: proteger a los matones» afirma Monereo, que recuerda el despliegue naval estadounidense en la zona para garantizar que Israel «haga lo que le venga en gana» en Gaza y Cisjordania, donde, a tenor de la experiencia, el terreno que conquiste, «no lo dejará nunca».
De resultas, la creación de un Estado palestino que conviva con el de Israel, se antoja imposible. «Israel no va a permitir nunca un Estado palestino, cuestión que todos en Europa evitan de manera hipócrita», zanja Augusto Zamora, que alude a declaraciones de Golda Meir, cofundadora del Estado de Israel, para definir el espíritu con el que el Estado hebreo se guía en esta cuestión: «Ella afirmaba que el pueblo palestino no existía».
Zamora piensa que el artículo de Biden «no resiste el menor análisis» y califica su contenido de «absurdo». A su juicio, es un escrito dirigido al pueblo norteamericano, poco ducho en materia internacional. «La carta no tiene más destinatario que su campaña electoral, pues falta menos de un año para las elecciones. Es para consumo interno y está dirigida sobre todo a los lobbies judíos, evangelistas -ambos ultrasionistas- y al pueblo que no entiende lo que pasa, pero al cual hay que decirle algo», señala.
En el mismo sentido, Monereo describe como «soñar despierto» que la ANP, «que no tiene ningún prestigio social entre los palestinos», pueda hacerse cargo de una Cisjordania cada vez más empequeñecida y de lo que quede de Gaza. «Es no entender ni lo que es Netanyahu, ni lo que ha hecho Israel. O Biden miente para justificar lo que hace Israel o, y aquí es donde está el problema, su senilidad le está llevando a límites que yo no había conocido en un presidente norteamericano», dice.
Al respecto de la senilidad, Zamora recuerda que Biden se permitió recientemente llamar «dictador» a Xi Jinping, en plena visita oficial del líder chino a EEUU. «Es obvio que le cuesta mantener la coherencia y debe estar ocurriendo lo mismo que con Reagan, cuando durante su segundo mandato él ya solo era un figurón», afirma, al evocar que Kissinger describía trabajar con Ronald Reagan «como inventar la rueda todos los días». Sputnik
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