Clara Brugada empezó ayer su precampaña para la jefatura de Gobierno con el compromiso de convencer y entusiasmar a los capitalinos para ganar la Ciudad de México, recuperar las alcaldías perdidas y obtener la mayoría calificada en el Congreso capitalino, al señalar que no podemos permitir que una minoría rencorosa y sin más proyecto que la corrupción detenga el avance en la capital del país.
En el centro cultural Roberto Cantoral, donde estuvo flanqueada por los dirigentes de Morena y de los partidos Verde Ecologista de México y del Trabajo, arremetió contra la oposición, exaltó la unidad en la izquierda y afirmó que sabrá responder para que su compañera Claudia Sheinbaum siga consolidando el proyecto de la Cuarta Transformación.
La coordinadora local de los comités de defensa de la 4T expresó que mientras el movimiento salió fortalecido de la contienda interna, en el PRIAN se presenció la crónica de un dedazo anunciado y el partido del cártel inmobiliario tendrá a su mejor exponente, el que representa nítidamente la corrupción, en alusión al panista Santiago Taboada.
Consideró que los capitalinos tendrán que decidir entre una ciudad progresista, honesta, democrática, moderna y de derechos, o la corrupción y el retroceso en derechos que representa el PRIAN. No vamos a permitir que avance, esa es nuestra responsabilidad con la ciudad y con la historia, apuntó.
Sostuvo que si el PRIAN se hiciera del gobierno capitalino pondrían la seguridad en manos de un empleado de El Chapo Guzmán, como hicieron Fox y Calderón; cancelarían los programas sociales, privatizarían los servicios públicos, perdonarían el pago de impuestos a sus cuates, harían grandes negocios inmobiliarios, darían marcha atrás a los derechos esenciales y regresaría el derroche y el privilegio para la alta burocracia.
En coincidencia con el lema de su precampaña: Hacia la victoria, la ciudad nos une, reunió a integrantes de todos los grupos. Ante ellos, primero pidió a los dirigentes de los partidos que la postulan, y después a los aspirantes que participaron en el proceso interno –Mariana Boy, Miguel Torruco, Hugo López-Gatell y Omar García Harfuch–, que se acercaran, y ya juntos alzaron las manos para gritar en coro con los asistentes unidad, unidad.
Interrumpida en diferentes ocasiones con el grito de jefa de Gobierno, sostuvo que asume la responsabilidad de sumar e incluir, de organizar y movilizar a una poderosa estructura que haga frente a la derecha, porque no somos una burocracia que busca acomodo, somos un instrumento de la transformación y de lucha.
Aseguró que la capital del país no es y nunca será el lugar donde prospere el conservadurismo, se comprometió a continuar construyendo una ciudad progresista y feminista, hacer un día de campaña en sillas de ruedas, y enarboló algunas de sus propuestas, que ahora sólo llamó sueños, entre ellos la de instaurar un sistema público de cuidados y un nuevo modelo de gestión del agua de índole metropolitano, el crecimiento económico de la mano con empresarios y una ciudad más cultural.