*Su Partida, Corrobora su Actuar
por Encima de la Justicia
*Se va en Momentos de una Crisis
Entre Poderes de la Unión
*Se Presume que su Renuncia fue
Pacata con el Presidente
ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO
La abrupta e inesperada renuncia de Arturo Zaldívar como Ministro de la H Suprema Corte de Justicia de la Nación, para unirse a la candidatura de Claudia Sheinbaum en busca de la Presidencia de la República, corrobora todo aquello que se rumoraba: tanto su cercanía con la cuarta transformación, como de su actuar privilegiando las motivaciones políticas por encima de las jurídicas.
A finales del 2019, cuando se incorporó a desempeñar el cargo, contaba con los méritos suficientes para ejercer la función, era un destacado jurista, postulante y académico, reconocido en el foro por su trayectoria y conocimiento en materia constitucional, con un sólido prestigio que lo precedía para esa designación.
Cabe decir, que la más alta encomienda a la que puede aspirar un juzgador es llegar a ser Presidente de la H Suprema Corte de Justicia de la Nación, investidura que muy pocos juristas tienen el privilegio de desempeñar, es el reconocimiento a la sabiduría, templanza y entrega, distinción máxima que solamente se puede acceder a ella cuando los pares estiman que se reúnen las cualidades necesarias en esa persona.
Pues bien, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, tuvo el honor de Presidir el máximo tribunal del país a partir del año 2019, sin embargo, durante el periodo a su cargo, fue duramente criticado por sus constantes acercamientos y reuniones con el Titular del Poder Ejecutivo Federal, amén de sus controversiales posturas en algunos asuntos que tenían vinculación con el Gobierno Federal, se le tildo de entreguista.
Ahora, a un año de terminar su encargo, en medio de una confrontación electoral y, una crisis política entre los poderes decide abandonar el barco de la administración de la justicia, para irse a remar en la nave de la dictadura.
Le deja abierta la puerta a esta administración para que designe al sustituto y asegurar desde ahora otro aliado en la H Suprema Corte, pues aún que las reglas para el nombramiento de Ministros exigen las dos terceras partes de la Cámara de Senadores, votos con los que no cuenta Morena, al final, si no se obtienen, el Titular del Poder Ejecutivo lo nombra, en consecuencia, la ruta trazada es clara.
Mientras, por otra parte, es de suponer que la decisión sobre la renuncia fue pactada con el propio Presidente, que de inmediato le dio el visto bueno y la envió al Senado para su aprobación y, aunque la constitución diga que solamente procede por causas graves, en México todo se puede.
Además, la pregunta que está en el aire: ¿a cambio de qué? La respuesta vendrá con el tiempo, habrá de revelarse tarde o temprano, en ese aspecto no existe duda alguna del toma y daca, el fuerte olor a un acuerdo en lo obscurito permea por todos lados, es inocultable.
No solamente elige un bando partidista, se pone de lado de quien pretende someter a uno de los poderes soberanos, que diariamente lo ataca y lo difama, quien era el encargado en su momento de defender a la H Suprema Corte de Justicia de la Nación, se ha trasladado al bando contrario, se quitó la piel de oveja dejando atrás dignidad y prestigio.
