ALBERTO F. MENA MALLEN
Cuando no hay un excelente o buen candidato, tendremos a gobernantes de cuarta, como sucede con muchos elementos del gobierno cuatroteísta, donde los actuales tienen calificaciones del 10 por ciento de eficacia o eficiencia y un 90 por ciento de lealtad, porque de honestidad tienen poca, aunque no sepan ni como se llaman y que provocan serios problemas y conflictos a los mexicanos como pasó con el tratamiento que se le dio a la atención de los damnificados en Guerrero.
Este es uno de los últimos ejemplos de lo que pueden hacer mal quienes administran los recursos de los gobiernos federal, estatal y municipales, donde las excusas y el minimizar los conflictos predominan sobre la buena atención y solución de los problemas de la ciudadanía, y que, por supuesto, quienes pagan las malas soluciones son los mexicanos que padecen a un mal gobierno.
Luego del huracán Otis, de categoría cinco y que casi borra del mapa a Guerrero y principalmente a varios municipios, entre ellos a Acapulco, hubo un fuerte debate de que si se había avisado o no a la población sobre los efectos que este fenómeno podría traer y, mientras el macuspano insistía en que sí lo hizo, -aunque después reculó al aceptar que dudó en hacerlo-, muchos organismos puntualizaron que sí alertaron a los morenistas de que debían prevenir a la población sobre los efectos devastadores del huracán.
La realidad es que, miles de habitantes guerrerenses continúan padeciendo los destrozos causados por los fuertes vientos mayores a los 300 kilómetros, que dañaron propiedades, cultivos, infraestructura y causaron muertes, -de las cuales aún se desconoce la cifra exacta porque todavía no localizan a decenas de desaparecidos-, y todo porque no hubo un buen funcionamiento de presidencia y del área de protección civil, encabezada por Laura Velázquez Alzúa, licenciada en historia del arte, y que tal vez solo aprendió las causas de un fenómeno de esta naturaleza en alguna exhibición de pinturas, fotos, videos o algunos libros presentados en algún museo.
Sin experiencia en el área, la titular de Protección Civil cometió el error de declarar un estado de emergencia en 47 municipios del Estado, lo que fue calificado así por el tabasqueño para justificar los cambios que se hicieron al dictamen que se modificó por solo dos municipios en estado de emergencia: Acapulco y Coyuca de Benítez, demuestra que un funcionario sin experiencia solo provoca dolor y muerte, en vez de confianza y seguridad.
Hay muchos ejemplos, como en el Estado de México, donde se agotaron las calcomanías cero y uno, -o quedan solo algunas y solo hay número dos-, y que provocan serios problemas a los propietarios de vehículos que quieren verificar o a los dueños de los verificentros, quienes por esta razón no perciben los ingresos que requieren para operar sus negocios adecuadamente y que, por alguna mala planeación o incapacidad del gobierno estatal y federal, generan este conflicto para cientos o miles de ciudadanos.
Otro asunto donde se ve al mal gobierno, es en las calles, donde pululan los baches todos los días y en cualquier vialidad, mismos que ya son conocidos por los automovilistas y que sortean como pueden ante el nacimiento de otros tantos que cada vez se hacen más hondos y causan pérdidas a los dueños de los automotores por las descomposturas que generan estos hoyos mal habidos.
La selección de candidatos que competirán en las próximas elecciones se ha visto como un negocio para los partidos políticos y para sus dirigencias, ya que el dedazo que, dicen, despareció de nuestra democracia, se ha vuelto costumbre para darle preferencia a los amigos y no para elegir a quienes demuestren mayor capacidad para solucionar los problemas que aquejan a los mexicanos, o para continuar con un sistema destructor del país o quizá para no perder el poder político y tener acceso a los recursos públicos y convertirse de chairos a fifís, es decir, millonarios.
Además, muchos candidatos, tienen un historial negro que se trata de limpiar con el poder del titular del ejecutivo federal, como sucede con la posible candidata de Morena en Veracruz, Rocío Nahle, quien nació en Zacatecas por lo cual se hicieron algunas modificaciones legislativas que permitan esta posibilidad, pero que tiene un historial -muy bueno y excelente según YSQ-, pero que en la realidad se conoce otra situación con la construcción de la refinería Dos Bocas, lugar que cuando llueve se inunda constantemente y que su costo superó lo doble de lo programado.
El candidato de Claudia Sheinbaum fue Omar García Harfuch, quien a pesar de haber ganado en las encuestas con una gran diferencia, no fue tomado en cuenta y se optó por la ex alcaldesa en Iztapalapa, Clara Brugada, porque era la candidata del operador político de Morena que se sienta en la “Silla del Águila”, aunque habría que recordar que la ahora candidata ganadora fue puesta por el mismo tabasqueño cuando fue eliminada en la contienda por irregularidades en el proceso electoral, pero que con una treta de “Juanito”, logró colarse a la delegación.
Otro candidato, ahora gobernador de Morelos, el futbolista Cuauhtémoc Blanco, tiene un negro historial como autoridad, ya que la violencia se ha desatado en la entidad, aparte de que se ha enfrentado a múltiples problemas como denuncias por enriquecimiento ilícito, peculado, falsificación de documento y mentir a una autoridad.
El caso es que si seguimos permitiendo que los partidos políticos designen a candidatos que gobiernen para sus grupos políticos, a nivel personal o para evitar que se les quite el poder por malos administradores, nuestro México seguirá padeciendo de malos gobernantes y ello nos da como resultado que nosotros como mexicanos y ciudadanos salgamos afectados por no participar o no reflexionar nuestro voto y tengamos autoridades como muchas de las actuales que brillan por pésimos y obscuros en los gastos de los recursos públicos.
El macuspano le ha dado preferencia en el gasto público a sus obras insignes y no a los damnificados de Guerrero y Acapulco, o a los niños con cáncer, a las madres solteras, a las buscadoras de familiares entre otros tantos y lo peor es que todavía se enoja por criticarlo.
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