«El agotamiento de casi dos años de combates, la continua pérdida de vidas en el frente y la frustración por la lentitud con la que los socios occidentales siguen suministrando armamento se han combinado para que, por primera vez desde las primeras fases del conflicto, algunas voces hayan sopesado en voz baja la posibilidad de entablar negociaciones para un alto el fuego, si bien aceptan que serían arriesgadas y podrían beneficiar a Rusia», afirma el análisis.
«A finales del año pasado y principios de este, había mucha euforia. Ahora vemos el otro extremo, el bajón, y supongo que veremos altibajos durante algún tiempo», dijo al diario británico Bartosz Cichocki, exembajador de Polonia en Kiev.
El periódico señala que otro factor que influye en el pesimismo ucraniano es el conflicto que se está viviendo en Oriente Medio, que ha desviado la atención de Ucrania y ha ralentizado los flujos de munición. Además, dice el rotativo, también hay una creciente «fatiga ucraniana» entre los aliados de Kiev, así como la inminente perspectiva de un segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos, que podría alterar el apoyo de Washington.
En este sentido, indica The Guardian, nuevos planes de financiación para Ucrania están resultando difíciles de aprobar en el Congreso debido a la oposición republicana, y se teme que la situación se complique a medida que se acerquen las elecciones del próximo año.
«No será la victoria que soñábamos y tardará mucho más de lo que pensábamos», afirmo al periódico Volodímir Omelyan, exministro de Infraestructuras de este país de Europa del Este.
«La elección es muy sencilla. Si estamos dispuestos a enviar otras 300.000 o 500.000 vidas de soldados ucranianos [al frente] y si obtenemos el número adecuado de tanques y F16 de Occidente, podemos hacerlo», dijo Omelyan. «Pero no veo a 500.000 personas más dispuestas a morir y no veo la disposición de Occidente a enviar el tipo y la cantidad de armas que necesitaríamos».
Zelenski, falta de liderazgo
El medio británico reflexiona también sobre las eventuales consecuencias de la decisión de Zelenski de alinearse con la posición de Israel en el conflicto que mantiene esa nación con Hamás, lo que ha socavado el impulso de Ucrania para ampliar sus alianzas en Oriente Medio y en otros lugares fuera de Occidente.
Además, otro factor que pesa en el ánimo ucraniano es que el liderazgo de Zelenski ha empezado a resquebrajarse.
«El presidente está muy preocupado por el ‘fenómeno Churchill’, según una fuente bien informada, de la derrota electoral de un líder de éxito en tiempos de guerra», señala The Guardian.
Cichocki, el exembajador polaco, dijo que estaba claro que en los últimos meses se había producido un repunte de las luchas políticas. «La política ha vuelto a Ucrania», afirmó.