Acapulco: lo que no ha Visto la Oposición

SILVESTRE VILLEGAS REVUELTAS

 

El pasado sábado 4 de noviembre, el académico y editorialista Ricardo Raphael, que además no es un admirador de la 4T, escribió en el diario Milenio un artículo relativo a la multiplicidad de críticas que se publican en los medios de comunicación y que versan en torno a la manera como ha respondido el gobierno federal a la tragedia que en Acapulco y municipios aledaños produjo el huracán Otis.

Raphael indicaba que el presidente López Obrador -quien genuinamente tiene problemas lexicológicos para expresar sus ideas- se había equivocado en minimizar, muy al principio, el daño provocado por el huracán. Que había sido otro error, concentrar la ayuda del pueblo mexicano a partir de las dependencias del gobierno federal, léase Ejército, Marina, Guardia Nacional, Secretaría de Bienestar y un muy reducido etcétera; sin embargo él también ponderaba su observación al señalar que en los cinco días posteriores al huracán todo fue un caos, la llamada sociedad civil no podía físicamente llegar hasta los lugares más afectados y, ahora sabemos que el crimen muy organizado, diseñó un procedimiento específico para el saqueo a tiendas y hogares particulares en Acapulco y zonas aledañas. Hasta aquí ortodoxo.

 

Sin embargo, Ricardo Raphael comenzó a criticar a todo el coro de editorialistas, como los del propio diario Milenio donde publica, que reciben línea editorial en los artículos publicados en páginas 2, 3 e interiores. Ello es tan evidente como el Sol, porque sean uno u otros nombres, critican al unísono particularidades de un tema: ello lo han hecho con Acapulco y ese ha sido su procedimiento a lo largo del sexenio, agrego yo que los leo y comparo. Por ejemplo, ya no se trata del tema genérico de Acapulco sino de cuestiones específicas como la basura, los hospitales y los cajeros automáticos. Decía Raphael respecto a los tres ejemplos anteriores: si las dependencias federales y las estatales recogen la basura producida por el huracán, los editorialistas se enfocan en el lodo de calles y al interior de hogares que todavía no se resuelve. Si paulatinamente los servicios hospitalarios comienzan a recibir fluido eléctrico y agua corriente, vitales para el funcionamiento y tratamiento de enfermos, entonces los editorialistas critican que todavía no llegan las vacunas de la influenza, que no hay suficientes camas o la lista de espera para ser atendido por doctores y enfermeras es muy larga. Si primero BANJERCITO, luego los demás bancos establecidos en Acapulco y zonas aledañas, comienzan a reparar las sucursales y reponer los cajeros que fueron arrancados por el hampa acapulqueña, entonces los editorialistas se ensañan por las colas afuera de las pocas sucursales, por el sol inclemente o porque nada más tienen billetes de alta denominación. Haga lo que hagan las autoridades de gobierno siempre es visto y calificado por semejantes comunicadores como acciones erróneas, medidas incompletas, o como dice el adagio castizo español: ¡¡por joder hombre por joder!!

Paulatinamente los diversos niveles del gobierno federal y los particulares agrupados en las diversas confederaciones patronales han llegado a la conclusión de que lo mejor para Acapulco y zonas aledañas es unir esfuerzos para la reconstrucción. La devastación es inmensa y necesita inmensos recursos financieros; el problema del trabajo y el bienestar de las familias se alivia con las despensas, pero solamente puede perdurar y mejorar si la iniciativa privada le da la oportunidad a los trabajadores de seguir laborando, aunque ya sabemos en condiciones más difíciles. El Presidente dijo que el puerto estaría en condiciones de funcionar para diciembre y que los pobladores podrían pasar una feliz navidad; aquellos pueblos como polacos, palestinos, venezolanos y japoneses que en el pasado y presente han sufrido la devastación de sus ciudades y su economía supieron y saben que la navidad no podría ser muy feliz pero valía la pena intentarlo. Tales comunicadores, como los descritos líneas arriba. señalarán que no alcanzó el dinero para el pavo y tampoco para los regalos del niño Dios -no Santa. Sin embargo, es posible que semejantes madre y padre de familia hayan podido recuperar la funcionabilidad de su hogar y tengan para diciembre un empleo que hoy no tienen.

El gobierno de López Obrador ya descifró que se juega mucho en la reconstrucción de Acapulco y zonas aledañas, pero no tanto como vocifera la oposición. Electoralmente, el puerto y el estado de Guerrero no definen una elección federal, por ello en el presupuesto de gobierno del año que entra siguen dándose carretadas de dinero para las obras insignes de la 4T y otras carretadas de dinero para las campañas de los diversos partidos políticos y los institutos que las hacen posible. En cambio, si las críticas de la oposición respecto a lo hecho y no realizado por el gobierno federal funcionan como una especie de acicate, para corregir el rumbo, y resolver la problemática resultante de Otis para junio del 2024, la reconstrucción de Acapulco será el mejor emblema y una eficaz herramienta para que el votante en la república se incline por votar MORENA y los demás partidos alrededor de la 4T.  

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