Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Primero fueron las “denuncias” por los contratos que su empresa obtuvo de los gobiernos anteriores y del actual. Un misil convencional que, en principio, golpeó la línea de flotación.
Después las “acusaciones” de Víctor Romo, exjefe delegacional y exalcalde de Miguel Hidalgo por “actos de corrupción” cometidos por su antecesora.
Más tarde, se hizo público que la casa en donde habita estaba construida de manera ilegal y no contaba con permisos para su edificación, además de haberla comprado “a precio muy inferior del valor real”.
Al final el “descubrimiento”: plagió su tesis para titularse como ingeniera.
Cuatro misiles que fueron subiendo de capacidad destructora.
Y sin embargo, apenas si tocaron las fibras de la embarcación.
La UNAM determinó ayer que Xóchitl Gálvez no plagió información para presentar su tesis que la convirtió en ingeniera titulada.
Al realizar la revisión del informe profesional que presentó la legisladora panista, la UNAM concluyó que es un trabajo original que cumple con lo requerido en la modalidad de titulación, sin embargo, le requirió que haga y envíe las precisiones a las citas ausentes, mismas que fueron objeto de la acusación.
Desde Palacio Nacional salieron las órdenes de “disparar y dar en blanco” que no era ni es otro que debilitar a la candidata de oposición que le ha quitado el sueño al inquilino del Virreinal edificio.
Gran parte del arsenal utilizado merma las bodegas en donde todavía hay material para seguir disparando. La puntería de los que apuntaron, la tienen que afinar y queda claro que las estrategias descalificadoras ya no le funcionan “como antes”.
¿Qué sigue?
A partir de la exoneración, Gálvez deberá aplicarse en no perder la frescura y avanzar acercándose a la gente, aquella, sobre todo, a los clasemedieros y alta, sin omitir ni olvidar a los pobres por supuesto. Son, sin embargo, quienes más irritados se encuentran con las políticas aplicadas por el gobierno federal que han pretendido, robarse las aspiraciones de aquellos que buscan superarse. Porque se vale la corrupción cuando se trata del círculo cercano al jefa de la banda presidencial, incluyendo a sus familiares –que por cierto, son tan o más fifís que los adversarios y gustan de exhibirse en eventos como el Gran Premio de Fórmula 1- y para los otros todo el peso de la ley y de las descalificaciones.
Tener un discurso potente, que marque la diferencia entre lo actual y el porvenir y que despierta la esperanza de que vendrán tiempos mejores.
Nada fácil la tarea, sobre todo, porque los dirigentes de los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, no entienden que ellos no hicieron a Xóchitl. Como diría doña Naborita al presumir a su hijo, Gordolfo Gelatino y recibía como respuesta: ecuánime madre… ecuánime madre”… “lo hice yo solita”, clamaba la autora de los días del gelatinoso.
A Xóchitl la ayudó su enemigo, su adversario, el que intenta destruirla. Ella, sin embargo, supo salir adelante e imponer un estilo fresco para llegar a los electores potenciales.
Librado el cuarto obstáculo, la representante del Frente Amplio por México tiene desde ya la tarea de mostrar que tiene con qué sentarse en la Silla del Águila y dirigir los destinos del país con un equipo de profesionales, comenzando por quien le lleve la comunicación.
No es momento de indecisiones.
Por el contrario, es el de las decisiones que podrán o no convencer a los electores pero dejará huella y hará reflexionar.
El tiempo apremia, porque el que se va, muestra señales de desgaste imposible de reparar.
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