El jefe de la Fuerza Aérea de Israel, general de brigada Eyal Greenbaum, admitió que no existe el concepto de «zona segura» en la Franja de Gaza. Agregó que cada ataque contra la zona debe pasar por un proceso de aprobación de hasta 12 etapas.
El jefe de la Fuerza Aérea israelí admite que no hay zona segura en Gaza
«En el marco de nuestra obligación moral y jurídica de minimizar el peligro tanto como sea posible donde operamos con mayor intensidad, exhortamos a los residentes de Gaza a trasladarse a las zonas, donde los combates son menos intensos», dijo Greenbaum en una entrevista con el diario The Times, reconociendo que no hay ninguna «zona segura» en Gaza.
El 27 de octubre, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución presentada por el grupo de países árabes en la ONU que insta a imponer una tregua humanitaria inmediata, durable y sostenible en el conflicto en la Franja de Gaza. También pide que se permita a la ONU un acceso humanitario sin restricciones a Gaza.
Greenbaum explicó a The Times que cada bombardeo aéreo contra la Franja de Gaza antes de ser autorizado debe pasar por un proceso de aprobación de hasta 12 etapas, en medio de las acusaciones de crímenes de guerra por los miles de civiles palestinos muertos.
El general desveló que el Ejército israelí tenía una lista de objetivos en Gaza antes de la escalada del conflicto el pasado 7 de octubre y que después actualizó.
El 31 de octubre, Israel bombardeó el campamento de refugiados Jabalia, situado en el norte de la Franja de Gaza, causando más de 400 víctimas, entre muertos y heridos, muchos de ellos niños y mujeres. Desde Israel dijeron que buscaban acabar con un comandante del movimiento palestino Hamás.
El 17 de octubre, un ataque aéreo contra el Hospital Al Ahli en Gaza se cobró más de 500 vidas humanas, en su mayoría niños y mujeres. Palestina acusó de la «masacre» a Israel, país que negó su implicación y señaló al grupo palestino Yihad Islámica.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos advirtió a Israel que el castigo colectivo a toda la población palestina constituía un crimen de guerra.
El pasado 7 de octubre, Hamás lanzó miles de cohetes desde la Franja de Gaza contra territorio israelí, un ataque sin precedentes y realizó una incursión armada en las zonas fronterizas del sur de Israel, por lo que el primer ministro del Estado judío, Benjamín Netanyahu, declaró que su país «está en guerra».
En respuesta al ataque sorpresa de Hamás, el Ejército israelí movilizó a 300.000 reservistas, lanzó varias oleadas de ataques aéreos y el 28 de octubre inició una incursión terrestre, luego de que las tropas atravesaran las puertas de Gaza, indicó el propio Netanyahu, y procedieron a la segunda fase de la guerra para destruir la infraestructura de Hamás y recuperar a los rehenes, según su postura.
Desde el 9 de octubre, Israel mantiene el enclave palestino sin provisiones básicas, si bien el día 16 reinició el suministro de agua para el sur de Gaza, a donde se desplazan estos días cientos de miles de civiles bajo advertencia de que Tel Aviv concentraría sus fuerzas contra el norte de la Franja.
Numerosos países han llamado a Israel y Hamás a detener las hostilidades y negociar un alto al fuego. También se multiplican las voces a favor de una solución de dos Estados como única vía posible para lograr una paz duradera en la región.
Las hostilidades han causado hasta la fecha más de 1.400 muertos y casi 5.500 heridos en Israel, y más de 8.500 muertos y unos 21.500 heridos en la Franja de Gaza, según los últimos datos disponibles. Sputnik