Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
DOF: 02/04/2020
DECRETO por el que se ordena la extinción o terminación de los fideicomisos públicos, mandatos públicos y análogos.
El texto del tercer párrafo de los considerandos, señala:
Que en congruencia con lo señalado, resulta necesario analizar la permanencia de fideicomisos y fondos públicos, por lo que he determinado que los recursos públicos que los integren sean enterados en términos de las disposiciones aplicables a la Tesorería de la Federación y se lleven a cabo los procesos para su extinción, ello salvaguardando en todo momento los derechos de terceros, he tenido a bien expedir el siguiente.
Es el decreto que extinguió el Fonden así como otros 108 y en cuyas bolsas existían 68 mil 400 millones de pesos,
El presidente dice que mentimos cuando aseguramos que el Fonden fue desaparecido. El decreto con su firma dice otra cosa y nos concede la razón.
Y cuando dice que sí hay recursos y alcanzan los 17 mil millones de pesos, no explica que el dinero no está en un Fidecomiso sino en la Secretaría de Hacienda y no en la tesorería de la Federación como mandata el decreto cuyo texto es un reto entender.
Ahora con la tragedia, catástrofe, desgracia, infortunio, fatalidad y desdicha, que viven los habitantes permanentes y los temporales en Acapulco, se evidencia su uso mezquino en tiempos electorales.
Falso que estén patrullando las calles del puerto 8 mil soldados y 3 mil marinos; falso que las patrullas estatales y municipales hagan rondines; falso que la presencia de los jenízaros se vea.
La incapacidad de actuar de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y de la presidencia municipal Abelina López Rodríguez es manifiesta el problema lasa tiene rebasadas.
Mientras miles de pobladores asaltan comercios y no para llevarse comida, porque no la hay sino televisores, radios, zapatos, ropa en general y enseres de cocina, la carencia de alimentos aumenta y quien desee tomar agua tiene que hacerlo del mar. No hay tiendas abiertas y las que están se encuentran al aire libre y sus anaqueles vacíos después de la despiadada furia que descargó Otis la madrugada del miércoles.
La mezquindad del huésped temporal de Palacio Nacional no tiene límite.
Armar un “ejército de servidores de la nación” con Ariadna Montiel como “la generala” para levantar el “censo de los damnificados”, tiene fines electoreros a todas luces. El INEGI es el organismo que sabe hacer ese trabajo. Los morenos pedirán copia de la credencial de elector y su uso está más claro que el agua santificada.
Sacar provecho de la desgracia es más que obsceno.
En charla con Enrique Vázquez, expresidente de Concanaco-servitur de Acapulco, surgen los datos duros, los incuestionables:
“No hay agua potable, el servicio de limpia está ausente, la energía eléctrica se recupera a paso de quelonio, la vigilancia es nula. Llevo horas recorriendo de Hornos a Caleta y no he visto a ningún soldado, a nadie de la Guardia nacional, ninguna patrulla estatal o municipal. La rapiña está imparable. Acapulco está destrozado y hasta ahora no ha llegado ninguna ayuda federal, estatal o municipal”.
La voz se le quiebra. Es acapulqueño. Vive en Acapulco. Su vida la ha pasado a la orilla del mar, mirando cómo se levantan hoteles, se abren restaurantes, de amplían tiendas y surgen plazas comerciales.
“Han pasado casi 30 horas –la plática se concretó a las 16:20 de ayer- de la llegada de Otis. No se culpa a nadie. Es un fenómeno natural. Pero debemos tener en Protección Civil a un meteorólogo, ingeniero, experto en reacción inmediata y, fundamental, de prevención. ¿Y qué hacen la gobernadora y la presidenta municipal?… seguramente están en reuniones para diseñar un plan de reconstrucción, atender a los afectados, que somos todos… sí, en juntas con las autoridades federales… porque son dos mujeres luchadoras… pero algo que se vea y que aliente a los habitantes, nada”.
Desde hace tres lustros Acapulco languidece. El crimen organizado se apoderó de los espacios. Y Otis le dio la puntilla.
El gobierno federal, defiende la “existencia del Fonden” aunque legalmente lo haya desaparecido y acusa a los comunicadores de mentir. El mentiroso habita en Palacio Nacional y no hace honor a su slogan: no mentir, no engañar, no robar.
¿Cuánto tiempo para que Acapulco, sus habitantes, sus residentes temporales, se recuperen de la devastación?
“Años”, responde Enrique Vázquez “pero saldremos adelante… le exigimos al presidente que asigne el dinero necesario para la reconstrucción”.
En el Salón Tesorería se repite la escena: ¿qué?…no oigo.
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