Y La Huesuda Sigue Haciendo su  Agosto por Todo México

Los Dados de Dios

*¿En qué Quedamos Pelona…?

NIDIA MARIN

Estruendosas fueron las carcajadas de la calaca. Desde hace más de cinco años la pelona veranea, o más bien radica en México, donde lanza su guadaña a diestra y siniestra gracias a las sangrientas acciones de sus devotos seguidores.

De ahí que en este 2023 las cifras del año pasado se quedarán cortas. Su macabra labor siempre va al alza, de tal manera que, por ejemplo, de enero a diciembre de 2022, se registraron 32 223 homicidios en México; es decir, 25 homicidios por cada 100 mil habitantes a nivel nacional. Y la amenaza de incremento es obvia, aunque quienes desde el gobierno la apapachan digan lo contrario.

La tasa es menor, dicen sin ver los ríos de sangre, a la registrada para el mismo periodo de 2021, que fue de 28 por cada 100 mil, porque La Catrina andaba en la baba. 

Actualmente, sus risotadas retumban lo mismo en los montes que en las costas y en las ciudades, erizan las aguas que bordean los puertos y espantan a la fauna de los manglares, hacen huir a la de los bosques y complacen a los narcos en las ciudades.

Como escribiera Claudia Carranza Vera en su trabajo “La Muerte Calaca”. Apuntes en torno a la personificación de la Huesuda en la lírica tradicional de México, dada a conocer por “Amerika”.

En su investigación, menciona el escrito del querido maestro madrileño Juan Lope Blanch quien fuera profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, al referirse a su trabajo “Vocabulario Relativo de la Muerte en México”.

En el mismo explica:

“El mexicano no solamente fallece, también «se petatea», «estira la pata», «se lo lleva Pifas» o «cuelga los tenis», no sólo mata: «escabecha» o «da crán» a otros y la Muerte no es un simple personaje de guadaña y capucha, esta se representa con nombres e imágenes bastante singulares como: 

La Parca, la Calaca, la Calaquita, la Calavera, la Pelona, la Canica, la Desdentada, la Sonrisas, la Huesuda, Doña Osamenta, la Tembleque (temblorosa), Patas de Catre, Patas de Alambre, María Guadaña, la Segadora, la Igualadora, la Afanadora, la Pepenadora, la Polveada, la Catrina, la Chingada, la Tiznada, la novia fiel, la Cierta, la Cuatacha, la Jedionda, la Impía, la Ciriquiciaca, la Comadre (Lope Blanch, 17-25)”.

EL COMBATE AL CRIMEN

VALE PA´ PURA TIZNADA

Pues bien, hoy en México se cumple con la tradición, con el “mandato” gubernamental, puesto que la estrategia para combatir el crimen organizado vale para pura… tiznada.

Y son las cifras las principales exhibicionistas del gobierno por más que las rasuren ya que, según el INEGI, (en cifras preliminares) de enero a diciembre de 2022, en México se registraron, 32 223 homicidios, de tal manera que, a nivel nacional, la tasa fue de 25 homicidios por cada 100 mil habitantes.

Esa preliminaridad, no corregida todavía, indica en cambio: “En 2022, de las defunciones por homicidio registradas, 67.6 % se cometió por disparo de arma de fuego; 9.7 %, por arma blanca y 7.4 %, por ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación”.

Las entidades más socorridas en la materia son: Guanajuato, Estado de México, Jalisco, Chihuahua, Michoacán, Sonora, Zacatecas, Puebla, Nuevo León, Baja California, Morelos y Tamaulipas. 

Sí, la mitad del territorio, aunque en este año se han unido al derramamiento de sangre con altas cifras: Chiapas, Puebla y Nuevo León, entre otras, por lo cual “La Catrina” anda de fiesta constante.

Sin embargo, recordando al maestro Lope Blanch…

En nuestras calaquitas, en nuestras catrinas-pelonas no hay el menor gesto de amenaza, no se oculta simbolismo religioso alguno, no se descubre advertencia ni admonición moralizadora. La tembeleque no se presenta ante nosotros para recordarnos que algún día habrá de venir a buscarnos, ni en la sonrisa de la dientona hay sarcasmo o deleite ante nuestra miseria. Se diría, casi, que hay alegría, que laten irreprimibles ansias de vivir (13)”.

Ciertamente, pero entre los mexicanos es más fácil que “La Patas de Catre” nos alcance porque quienes tienen la obligación de cuidarnos, desde que llegaron tiraron el arpa en la materia, más bien por negociaciones con los meros, meros petateros, los principales asesinos del siglo XXI, es decir los integrantes de las bandas delincuenciales y los carteles en el país.

¿Y cómo es que los delincuentes logran que la pelona se lleve a los mexicanos en sus agresiones? 

En primer lugar, en 2022, por disparo de otras armas de fuego, y las no especificadas 21 547.

Segunda posición: con objeto cortante 3 131 

Tercer sitio: por medios no especificados 4 257

Cuarto lugar: por ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación, lo cual el año pasado fue de 2 378 asesinatos

Ciertamente como explicó la institución:

“En 2022, de las defunciones por homicidio registradas, 67.6 % se cometió por disparo de arma de fuego; 9.7 %, por arma blanca y 7.4 %, por ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación”.

El propio INEGI aclaró:

“Las agresiones por medios no especificados se consignaron en el certificado de defunción durante el proceso de certificación. Lo anterior, porque no fue posible identificar el medio que la o el agresor utilizó para generar la lesión que condujo a la muerte de la persona”.

Este año, La Pepenadora, está de plácemes, ha viajado no sólo por los desiertos donde caen como moscas los migrantes, sino por la orilla opuesta, por las costas (sobre todo en Guerrero) y hasta en los manglares, donde los monos narigudos y los cangrejos le dan la bienvenida.

Pero ella ¡nunca!, ¡jamás!, se va con las manos vacías. 

¡Sobre todo en México! Sí en esta tierra donde los festejos por sus logros inician la próxima semana.

De ahí que como cantaba Antonio Aguilar:

Dicen que van a asustarme / Llevándome a tu presencia / Si estás durmiendo en mi vida/ Es natural si despiertas

Se va la muerte cantando / Por entre las nopaleras / ¿En qué quedamos, pelona? / Me llevas o no me llevas.”

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