Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
La migración no es un problema de México como país de tránsito. Es global y aquí se busca imponer un sistema de dádivas que se busca exportar a las naciones expulsoras de personas.
En la mal llamada “Cumbre Migratoria de Palenque”, que debió precisar que se refiere solamente a América Latina, se hizo el anuncio: México “cooperará” poniendo a “disposición” los programas federales “Sembrando Vida” y “Jóvenes Construyendo el Fututo”
¡Vaya cooperación!
Por partes. Nadie desconoce la “buena intención” de los programas que se busca trasladar a otras naciones. Lo que está en duda son los resultados. La pregunta que debe prevalecer es: si funciona todo ¿por qué la migración mexicana a Estados Unidos es la mayor? Se requiere una explicación racional.
Cuando la secretaria de Relaciones Exteriores de México informa que se acordó elaborar un plan de acción debido a que “tuvimos un debate muy importante sobre la migración, teniendo en cuenta que las principales causas estructurales de la migración tienen origen político, económico, social, por el cambio climático». Queda en el aire el contenido del debate. Seguramente la opinión de Gustavo Petro no coincide con la de Miguel Díaz-Canel y menos con la de Xiomara Castro.
El acuerdo alcanzado prevé enfrentar el tema con enfoque a los derechos humanos, priorizando el bienestar de los pueblos, expresó la canciller durante el discurso pronunciad al final de la jornada de trabajo.
Una cumbre desangelada por la calidad de los visitantes. Solamente cuatro presidentes y siete representantes de otros gobiernos.
Los Jefes de estado que aceptaron la “cordial invitación”, están cortados por la misma tijera. Dos de ellos representan naciones en donde las dictaduras se han apoderado de las libertades y derechos de los ciudadanos. Tienen el poder para matar de hambre a sus gobernados. Los otros dos, ahí la llevan y forman parte de los mandatarios que quieren imponer su forma de pensar sin consultar a sus gobernados.
Presidentes de “peso pesado” ignoraron la “cumbre” por diversas razones. El de Argentina porque ayer mismo se celebraron las elecciones y el de Brasil porque no expulsa numerosos grupos que suman a la migración. Bolivia, Ecuador, Perú, no fueron convocados.
Extrañó la ausencia de los presidentes de Guatemala –emproblemado por la sucesión-, el de El Salvador –atendiendo el tema de la probable ilegal reelección- y el de Nicaragua –más preocupado por acallar a los adversarios- que son expulsores de gran escala.
El gobierno mexicano puso en marcha una serie de programas denominados sociales y desapareció otros que existían. Le ha dado prioridad a tres: Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida y Pensión Universal, ésta con beneficio para los adultos mayores sin regreso de la financiación. Los otros han sido, en los resultados, fracasos rotundos. Ejemplo claro, es el de loa Jóvenes. De un millón y pico de “becados” solamente 15 alcanzaron a obtener un empleo: de los sembradores, las contradicciones afloran a cada hectárea: derriban árboles maderables –nadie sabe, por cierto, quien se beneficia con la madera al igual como ocurrió con el ecocidio provocado por la construcción del tren Maya- y siembran frutales aunque el clima, a tierra y el agua no correspondan a las especies. La última variante fue ordenar desde Palacio Nacional sembrar maíz y dejar de lado los árboles.
Hay que preguntarse si la pobreza se elimina con becas de 3 mil pesos o pago a los sembradores de 5 mil menos el descuento que se realiza.
Según el leal saber y entender del huésped temporal de Palacio Nacional los programas “atacan la razón, la causa” con lo cual, define, se reduce la pobreza, se impide a los jóvenes enrolarse con el crimen –como si con lo que se les otorga pudieran ir a un concierto o comprase unos tenis- y aprenden un oficio –ley bien, oficio no profesión- y de esa manera se construye una sociedad igualitaria y humanista.
¿En qué coinciden los países expulsores de personas que producen los mares de migrantes?
En la existencia de malos gobiernos. Aquí se presume que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre y se evade la realidad para suplirla con migajas y recomendaciones para no ser aspiracionista.
Quienes vinieron a la “mini cumbre”, disfrutaron de Palenque, de la comida, de la bebida y de la “divertida charla”.
Porque cuentan que el mexicano dialogó a “solas” con Díaz-Clavel y Maduro. ¿Habrán hablado del eclipse solar?… ¿de la guerra judío-palestina?… ¿de Ucrania y Putin?… ¿de las elecciones en Argentina?
Vaya usted a saber. Pronto sabremos, sin embargo, algo o todo. Los monólogos matinales lo revelarán cuando “sea oportuno”.
Por lo pronto, la solicitud de una explicación racional sobre la exportación de los programas sociales, queda en pie.
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