ALBERTO F. MENA MALLÉN
Ahora, que son tiempos de guerra, con lo de Rusia-Ucrania e Israel-Hamas, me puse a pensar que el ocupante de Palacio Nacional inició otra guerra -calladita-, en México, ya que cuando candidato nos prometió el cielo y las estrellas, por lo que más de 30 millones de mexicanos votamos para que fuera el presidente del país.
¿Pero, qué sucedió en el camino? Sus promesas de campaña fueron adquiriendo aspectos personales que, desde antes de ser el primer mandatario, las empezó a poner en práctica, hasta convertirlas en obsesiones, dejando a un lado a millones de ciudadanos que hemos visto con tristeza, que el tabasqueño ya traía su plan premeditado y fue implementando poco a poco pero, lo malo es que lo hizo con alevosía, ventaja, muchas mentiras, aparte de cinismo.
Ha sido una guerra personal en contra de quienes disentimos de sus ideas, de sus propósitos, de sus sueños de grandeza que quieren no dejar el poder, aunque lo afirme reiteradamente que ya no participará ni en el gobierno, ni en política, o con sus seguidores, pero que, en el trasfondo, moverá hilos para evitar que su 4T se desmorone en caso de que Xóchitl Gálvez triunfe en el 2024.
Y lo hemos visto desde hace meses, años, como cuando evitó que el aeropuerto de Texcoco continuará construyéndose y buscó sustituirlo con una terminal aérea pequeñita, que solo tiene pérdidas, ante los jugosos presupuestos y subsidios que se le entregan año con año y que prometió castigar la corrupción que, según él, encontró, pero que hasta la fecha se siguen pagando las deudas que se generaran por dicha suspensión de obras y que se han calculado en 300 mil millones de pesos.
Además, para evitar las críticas, ha buscado a través de presiones y decretos, que las aerolíneas que utilizan aún la terminal aérea capitalina, operen en el Felipe Ángeles, aparte de tomar medidas muy fuera de toda realidad para evitar que el AICM siga saturado, lo cierto es que no hay para cuando se regularice el aeropuerto militar.
Inició su guerra en contra de muchos mexicanos, como los periodistas que le muestran sus errores, desfalcos, corrupción, y que trata de mantener impunes, sin castigos o sanciones, con sus acciones políticas y de gobierno, como sucede con el impedimento para seleccionar a los integrantes faltantes del Instituto Nacional de Acceso a la Información, (INAI), ordenado a los senadores y peleles que los acompañan en la Cámara Alta.
Lo ha hecho también con los ministros de la Suprema Corte de Justicia, a quienes les ha lanzado una sinnúmero de epítetos que ni un chairo tiene en su lenguaje, con el fin de demeritar su labor y buscar tener un poder judicial a modo para que le cumplan todos sus deseos, como los que ha llevado a cabo hasta el momento.
Su guerra ha lastimado a muchos sectores de la sociedad mexicana, como sucede con los niños con cáncer, que siguen padeciendo la escasez de medicamentos y de vacunas, por lo que ya regresaron al país enfermedades que se habían controlado o, que quiere imponer a toda costa las vacunas que no tienen un registro ante las autoridades que conocen del tema, como la Sputnik o la Abdala, y en espera de la patria que prometieron desde hace muchos meses sacarla de los laboratorios.
Y no le importa apoyar a candidatos que tienen muchos cuestionamientos ante la sociedad, pero que el macuspano considera que son ataques sin fundamento emitidos por sus opositores que no lo quieren, menos a su cuarta transformación. No le interesa lo que se diga de ellos, pero que la realidad los desnuda como sucedió con el senador Félix Salgado Macedonio, quien fue denunciado por abusos sexuales, pero como él los limpia al afirmar que no es cierto y que son excelentes compañeros, sin tachas en su honradez, los apoya a toda costa. Afortunadamente no llegó a Guerrero, pero impuso a su hija que tiene al Estado incendiado por las guerras del narcotráfico.
Qué decir de la guerra contra el narcotráfico, donde su plan de “abrazos y no balazos”, está dejando una estela de muerte en todo el territorio nacional, ya que son más balazos que abrazos. Desde las pasadas elecciones del 2021, se mencionó mucho la participación de los delincuentes en las elecciones intermedias, donde Morena obtuvo triunfos para tener 23 entidades gobernadas, particularmente la franja del pacífico, donde se asientan los cárteles de la droga.
En este enfrentamiento, México ha quedado en ridículo cuando en la pasada reunión con altos mandos de la política norteamericana, se señaló que aquí no se produce el fentanilo, mientras la propia Defensa Nacional ha informado oficialmente que ha eliminado diversos laboratorios donde se produce esta droga. Su política de coordinación en comunicación social siempre ha sido un desastre.
La postura internacional de nuestro país, sigue dando de qué hablar; lo último que ha sucedido es la neutralidad del macuspano ante la situación del Medio Oriente, por lo que la representación de Israel en nuestro país, emitió un pronunciamiento reprobando este hecho, ya que se considera que debe haber una postura más contundente contra los terroristas, quienes sin miramientos masacran a la población civil, hombres, mujeres, niños y ancianos y toma como rehenes a muchos para negociar posturas.
Los apoyos que ha proporcionado el morenista a tiranos y violadores de derechos humanos como los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, generan fuertes críticas tanto a nivel interno como externo, lo que tal vez sea una estrategia de YSQ en su guerra personal para intentar tener el poder y mucho cash, por años y años.
Por eso es muy importante que salgamos de nuestro confort y apoyemos, no a una candidata nominada por los grandes señores del capital, sino por los ciudadanos, quienes deseamos que en nuestro país siga avanzando en la democracia y que haya libertad y paz, como la que habíamos tenido hasta antes de este gobierno, el cual ha permitido que la estabilidad social se descomponga con sus políticas muy personales de gobierno, que no fueron consensuadas con los mexicanos.
No hay que permitir la guerra personal de AMLO.
fermallen@gmail.com
