Los Dados de Dios
NIDIA MARIN
En México ha quedado demostrado que sí es el país más peligroso para ejercer el periodismo como lo han clasificado los organismos Internacionales.
Pero no sólo eso, en nuestra tierra perro, sí come carne de perro. Y no porque López Obrador haya cursado la carrera de periodismo, no, aunque sí estuvo en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, sino porque desde sus “Mañaneras”, algunos (as) que sí desarrollaron esa carrera, se prestan para agredir a los verdaderos periodistas mexicanos…
Y tácitamente dan permiso a los delincuentes para que maten a los verdaderos periodistas en la mayoría de los estados de la República, porque desde Palacio Nacional pareciera que hay carta abierta para la maldad, permisividad para el crimen, cuando el máximo mandamás o sus corifeos, los insultan y agreden sistemáticamente.
Dice el dicho: “perro no come carne de perro”, pero en México eso es la excepción, ya que sucede actualmente lo que la Unesco, señaló hace unos meses:
“…la polarización del discurso político y social, la erosión de la confianza, la imposición del estado de excepción y el cierre de Internet, la represión de las voces críticas y de los medios de comunicación independientes, la desertización informativa debida al colapso de los modelos de negocio de los medios de comunicación tradicionales y la lucha contra la incitación al odio y los daños en línea que hacen caso omiso de las normas internacionales, plantean nuevas amenazas a la libertad de expresión y al papel fundamental de los derechos humanos”.
Pero en nuestro país no hay ley que valga, desde que el tipo tóxico que se sienta en la “Silla del Águila” decidió tomar el camino del ataque a los comunicadores, sean de prensa escrita, de radio, de televisión o de Internet. Y los obedientes delincuentes le hacen el trabajo sucio.
LOS DIAS DE
LAS AGRESIONES
Como advirtiera la agrupación Reporteros sin Frontera:
“Cada miércoles, el gobierno organiza una sesión de “¿Quién es quién en las mentiras de la semana?”, un espacio más en el que se intenta desacreditar a la prensa. En sus más de cuatro años de mandato, el presidente ha criticado a los periodistas por su falta de profesionalidad y ha calificado a la prensa mexicana de “parcial”, “injusta”, y de “desecho del periodismo”.
¿Quién los mata primero con sus opiniones?
Evidentemente, por más exhortos que se hacen desde los organismos internacionales “para contrarrestar estas situaciones críticas y amenazas, la libertad de prensa, la seguridad de los periodistas y el acceso a la información”, continúan los ataques, de parte del mandamás, pero también de sus corifeos.
¿Y el derecho a la libertad de expresión, consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos?
Se lo pasa por el arco del triunfo. Nadie, absolutamente nadie tiene algún derecho, sólo él. Y por el mismo sitio se pasa los artículos 6 y 7 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que garantizan el derecho a la libertad de expresión, de información, de acceso a la información, de asociación y de libre circulación de las ideas.
Por cierto, la ONU ha señalado:
“La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. El derecho a la información será garantizado por el Estado.
“Toda persona tiene derecho al libre acceso a información plural y oportuna, así como a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión.
“El Estado garantizará el derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, así como a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha e internet. Para tales efectos, el Estado establecerá condiciones de competencia efectiva en la prestación de dichos servicios”.
Pero eso es en otros países. No rifa en México. De ahí que la cifra de asesinatos de periodistas se haya incrementado en 2023.
Hay que tener calma, algún día, “el nefasto” se irá…al infierno con sus cuates.