Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Punteaba en las encuestas locales. Desde el Senado los impulsaban. Lo hicieron presidente de la Mesa Directiva durante el periodo septiembre de 2022 a agosto de 2023. Aprovechó el año para mostrarse como un “político cuya función era el diálogo y el acercamiento” con figuras internacionales. Desde uno de los dos cargos fundamentales para la Cámara Alta –el otro es el de presidente de la Junta de Coordinación Política-, Alejandro Armenta Mier sentía que era suya y no la dejaría ir. Sí, la coordinación del Comité de Defensa de la 4t en Puebla.
Todo lo festinaba y organizaba comidas –malas, por cierto- en una de las áreas del Senado de la República bajo cualquier pretexto. Presentar al nuevo coordinador de la bancada de Morena… agradecer a los periodistas su apoyo… presentar el libro sobre Litio…
Además, gustoso de estar frente a un micrófono y bajos la luz de los reflectores, cotidianamente “ofrecía” una conferencia de prensa para respaldar las acciones del presidente de la República, aunque horas antes hubieran sido cuestionadas.
El competidor que más se le acercaba era su primo, Ignacio Mier Velasco, quien coordinaba la bancada de Morena en la Cámara de Diputados y servía de alfombra y trapeador al huésped temporal de Palacio Nacional y ciegamente obedecía las órdenes de no cambiar ni un punto ni una coma en las iniciativas presidenciales. Se brincaba el proceso legislativo y obligaba a sus borregos y aliados a aprobar las propuestas sin siquiera conocerlas. Aquel viernes 30 de abril, conocido como el “negro de la legislatura”, atiborró al Senado de la República, como cámara revisora, con 20 leyes aprobadas para su ratificación. Logró el objetivo de manera pírrica. El paquete sancionado con el visto bueno, corrió la suerte de los “paquetes legales”: impugnados por las oposiciones que presentaron las acciones de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Para sorpresa del primo hermano, el de la Cámara Baja sí entró en la cuarteta seleccionado por el Consejo Estatal de Morena y está en la pelea por ser el coordinador para después convertirse en el candidato.
Armenta recurrió a la “encuesta de reconocimiento” .una especie de evaluación nacional- porque la convocatoria estableció la medida y la desveló el dirigente del partido oficialista, Mario Delgado, con lo cual evidenció su preferencia por el senador y su distancia con Mier, el de San Lázaro.
Con esta medida, el Consejo Estatal deberá analizar dos perfiles más e incorporarlos para que, en su momento –esta semana- se integre la cuarteta final.
Podría ser un argumento que fije otros horizontes y, aunque en derecho se afirma que cosa juzgada no tiene remedio por no aplicarse la retroactividad, Marcelo Ebrard, quien ya logró que la Comisión de Quejas y (des) Honor de del Consejo Político Nacional de Morena admitiera su queja, podría alegar en defensa de sus derechos político-electorales que se revise la posibilidad de tomar el ejemplo y con ello darle un verdadero susto a la jefe del bastón de no mando.
¿Cuánto influyó la presencia de Sheinbaum en Puebla a horas de conocerse quiénes estarían en la cuarteta?
Es pregunta que aflora. Sobre todo si, en realidad, Armenta llevaba una amplia ventaja en las encuestas. Sería el caso de la exgobernadora de la Ciudad de México: siempre punteó y así llegó a convertirse en la coordinadora de los Comités de Defensa de la 4t, paso inmediato anterior a ser la candidata presidencial en 2024.
Su triunfo, sin duda, hizo recordar a Carlos Salinas de Gortari cuando impulso e impuso a Luis Donaldo Colosio: “No se hagan bolas, el candidato es Colosio”.
El huésped temporal de Palacio Nacional copió la frase y cambió el apellido.
Veremos si la ética, la democracia y el respeto al estado de derecho que presume Armenta tienen los órganos electorales nacionales.
Por lo pronto se está ahogando y pide a gritos el salvavidas para flotar y salir de las profundidades.
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