“¿Qué le Pasa a Lupita? No sé; ¿Qué le  Pasa a esa Niña? No sé, Mambo, Mambo…”

 

*Pronto Despejarán la Duda el Director de Orquesta de Pérez Prado y el Vocalista de Café Tacuba

*Pero, hay Otras Interrogantes: saber qué es El Icuiricui y el Macalacachimba 

*Pretendió Adaptar a Ritmo de Mambo el Himno Nacional y por eso lo Deportaron 

*El Artículo 14 Constitucional Prohíbe Modificaciones en el Himno

*Y el 39 de la Ley Sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Prohíben Modificar Letra y Música

*Once Años Después Regresó Gracias a don Adolfo López Mateos, por Petición de María Victoria

SUSANA VEGA LÓPEZ

Y qué ritmo más mexicano para ambientar las fiestas de septiembre que el mambo que nació en México gracias al cubano Dámaso Pablo de Jesús Pérez Prado quien, incomprendido en su natal Cuba, llegó a México en 1949 y formó su orquesta sólo con mexicanos allá por los años 50, cuando salió a la luz su música con arreglos que la hicieron especial y lo volvieron inmortal.

Y no sólo ambientar el mes patrio con esa música, sino cualquier fiesta mexicana, porque fue aquí donde compuso sus primeros mambos que llevarían ritmo a otros países como Japón y Estados Unidos y que, posteriormente, serían orgullo de los cubanos a grado tal de imponer una cátedra del mambo en las escuelas de música de Cuba.

A la fecha no se sabe qué le pasa a Lupita, por lo que el actual director de la orquesta Pérez Prado, Israel Garnica, ya piensa en develar esa incógnita con la creación, junto con Rubén Albarrán (vocalista de Café Tacuba) de otro mambo que despeje esa duda, según afirmó a Misión Política, el joven Garnica.

“Estábamos platicando el otro día con Rubén y salió el tema del mambo y la pregunta que siempre nos hacen: ¿qué le pasa a Lupita? Entonces pensamos que debemos despejar esa incógnita con la creación de otro mambo que lo explique. Y ya estamos en eso. Pronto sabrán.”

Luego de asegurar que el “Cara e foca” nació en Matanzas, Cuba, en 1917 (se decía que en 1916), recordó que logró la nacionalidad mexicana en 1979; logro que sólo disfrutó 10 años pues falleció un 14 de septiembre de 1989 a la edad de 72 aquí, en la Ciudad de México, ciudad que consideró suya porque tuvo la oportunidad de dar a conocer su nuevo ritmo: el mambo.

El pasado 14 de septiembre se cumplieron 34 años de su fallecimiento por lo que el director de la Orquesta Pérez Prado visitó sus restos que descansan en el Panteón de Dolores, junto con los de su viuda María Engracia Salinas y su hijo, Gerardo, quien murió en el 93.

Allí, al panteón, Israel Garnica llevó un busto de Pérez Prado de metal con base de mármol y una placa que dice: “Al maestro Dámaso Pérez Prado, ‘Rey del Mambo’, 11 de diciembre de 1916, 14-septiembre-1989, genio musical, inventor del mambo, compositor. Homenaje a los 50 años del mambo y de su orquesta. Con admiración y cariño. Su familia, su orquesta y el pueblo de México. Atte. J. Garnica M. 11-dic.-1999. 83 años de su natalicio”.

“Es un busto que le mandó a hacer mi papá en el 99, pero no lo dejamos allí porque se lo roban; nos dijeron que no lo dejáramos. Es que era una tumba normal y mi papá, muy agradecido, le hizo una especie de capilla. Mi papá entró a la orquesta en el 70 y el maestro murió en el 89, estuvo 19 años con él”, dijo.

El maestro lamentó: “Tristemente en estas fechas (del mes patrio) casi no tocamos; es muy raro que la Orquesta de Pérez Prado trabaje un 15 de septiembre porque no lo ven como mexicano, pero la verdad es que sí es bien mexicano; más que otros…”.

“Queremos irle a tocar (la orquesta) el próximo 11 de diciembre, fecha en que cumpliría 106 años de edad”; debemos pedir permiso para ver dónde se pondría un equipo de sonido, el piano, los músicos y las mambolets (bailarinas del ritmo, con vestimenta como la usaban Tongolele o Ninón Sevilla). Será un homenaje al maestro, para recordarlo”.

A pregunta expresa sobre la fecha de nacimiento del músico cubano, señaló: “creíamos que había nacido en 1916 pero, con motivo de sus 100 años, unos investigadores cubanos demostraron -con un acta de nacimiento- que nació en 1917… así ya aparece en las biografías oficiales, pero, no sabemos por qué nos dijo que nació en el 16”. Y así está escrito en su placa del panteón.

Reveló que de la primera orquesta mexicana que estuvo con Pérez Prado sólo queda un músico, el maestro Antonio Vargas Rincón “¡y todavía toca con nosotros!, sólo que, a sus 80 años, ya tiene algunas dolencias en la espalda”.

En cuanto al número de los integrantes de la orquesta, Israel afirmó: 

“Son 15 los integrantes, aunque siempre ha variado, por ejemplo, Pérez Prado cuando salía al extranjero se llevaba a tres trompetas, a tres saxofones… un total de 10 músicos para economizar al productor; ahora hay que agregar a las mamboletas. A la fecha, cuando salimos, somos más de 20 elementos.”

DEPORTADO

Vestido de camisa, pantalón y zapatos negros, (el maestro Dámaso Pérez Prado casi siempre vistió de blanco en sus últimos años), Israel Garnica indicó que si bien el mambo tiene raíz cubana, allá no se le reconoció al principio y es por eso que siempre dijo querer mucho a México porque “en esta ciudad logró hacer sus sueños realidad; él siempre agradeció muchísimo a los mexicanos porque aquí logró formar su orquesta, difundir su ritmo del mambo y aquí fue donde se le reconoció, donde lo dejaron ser”.

Sin embargo, señaló Garnica, a los pocos años lo corrieron de México; fue el 3 de octubre de 1953. “Creo que lejos de perjudicarlo, lo beneficiaron pues tuvo los reflectores encima; una difusión inmensa al correrse el rumor de que su salida del país fue, dicen, porque quiso adaptarle el ritmo de mambo al Himno Nacional, lo cual nunca se probó.

Se corre la versión de que fue su propio productor quien trató de desprestigiarlo al enterarse de que otro productor invitó al maestro Pérez Prado a trabajar con él -y aceptó- por lo que se sintió traicionado y tramó ese rumor.

Y es que el artículo 14 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional de la Constitución Política de México habla sobre estos tres símbolos patrios. En el artículo 38 de esa ley se señala que en el canto, ejecución, reproducción y circulación del Himno Nacional se deben apegar a la letra y música de la versión establecida en esa ley.

Más adelante, en el artículo 39 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno, señala que: «Queda estrictamente prohibido alterar la letra o música del Himno Nacional y ejecutarlo total o parcialmente con composiciones o arreglos. Asimismo, se prohíbe cantar o ejecutar el Himno Nacional con fines de lucro».

DE REGRESO A MÉXICO, 

TRAS ONCE AÑOS

A raíz de ese rumor, Pérez Prado fue corrido del país, pero once años más tarde, nuevamente ingresó gracias a la intervención del presidente Adolfo López Mateos quien le permitió su regreso a México.

Y es que, dicen los que saben, en una fiesta realizada en la casa de María Victoria, a la que asistieron personajes importantes de la política mexicana, la cantante le pidió al Presidente de la República que revisara el caso de Pérez Prado.

López Mateos le encargó el caso al entonces secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz, quien, su vez, se lo encomendó al secretario de Relaciones Exteriores, Luis Echeverría Álvarez, y fue que Pérez Prado pudo regresar a su querido México el 31 de agosto del 64.

Sin embargo, no existe evidencia que de Pérez Prado le haya querido cambiar el ritmo al Himno Nacional.

Así, el mambo, un híbrido de sones que surge del danzón de nuevo ritmo, creación de un pianista de danzón que cantaba y amenizaba bailes; que participó en la Orquesta Charanga; que en 1924 fungió como el primer pianista de la Sonora Matancera que trabajó en cabarets cubanos, es apreciado, reconocido, aplaudido en México.

Si bien la orquesta se forma con mexicanos, cabe señalar que en el año 46, Dámaso Pérez Prado formó por primera vez su propia orquesta en Cuba pero por problemas económicos emigró a México porque a los músicos se les pagaba mejor. A su regreso a Cuba, formó otra orquesta gigante con Benny Moré como cantante. De allí que se les relaciona mucho y nombran a Bartolomé Maximiliano Moré como el Príncipe del Mambo.

Por cierto, él compuso y grabó con la orquesta de Pérez Prado la canción “Locas por el Mambo”, en 1950, un homenaje velado a Dámaso pues sin decir su nombre se da por entendido.

“¿Quién inventó el mambo que me sofoca?

¿Quién inventó el mambo que a las mujeres las vuelve locas?

¿Quién dice que la conga y la guaracha

Pueden ser como el mambo, que es tan sabroso?

Pero, ¿quién inventó el mambo que me provoca?

¿Quién inventó el mambo que a las mujeres las vuelve loca’?

Y a las mujeres me las sofoca

Un chaparrito con cara de foca”.

Otra incógnita que deberá despejarse será saber qué es el Icuiriqui y el Macalacachimba pues Pérez Prado, en el Mambo del ruletero, decía: “Yo soy, yo soy, el Icuiricui… Yo soy, yo soy el Macalacachimba” (¿?).

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