La carrera para conseguir la nominación republicana a la presidencia estadounidense alcanza este miércoles un nuevo hito del calendario electoral, el segundo debate de los aspirantes, sin el candidato mejor posicionado, Donald Trump, y ante el aparente desinterés de la audiencia.
El escenario elegido se traslada esta vez de Milwaukee (Wisconsin) a Simi Valley (California), pero como en la anterior ocasión, el 23 de agosto, las miradas vuelven a concentrarse precisamente en su gran ausente, el expresidente conservador (2017-2021).
Trump se salta voluntariamente ese encuentro televisado para acudir a Detroit y dar su apoyo público a los huelguistas del sector automotriz, que desde el 15 de septiembre protestan en distintas fábricas de Ford, General Motors (GM) y Stellantis en reivindicación de mejores condiciones laborales.
Su presencia sigue la estela del actual presidente, Joe Biden, que este martes se une a los piquetes y ofrece para la posteridad una imagen histórica, la que posiciona a un líder estadounidense en primera fila de una comitiva huelguista.
Trump no se presenta a los debates porque simplemente no lo necesita. Uno se expone a las críticas cuando debate y no le beneficiaría. Es tan superior en las encuestas que no le hace falta”, explica a EFE Richard Groper, profesor en el Departamento de Ciencias Políticas de la California State University.