Diversas Lecturas de la Inseguridad en las Carreteras Mexicanas

 

SILVESTRE VILLEGAS REVUELTAS

 

De años atrás pero ahora más recurrente, los informes policiacos, los reportes de las autoridades de autotransportes, las noticias ofrecidas por los medios de comunicación nacionales y locales y lo expresado por algunos periodistas, todos han coincidido en que la actualidad, el nivel de inseguridad en las carretas mexicanas ha llegado a niveles genuinamente preocupantes y de pérdidas multimillonarias. Las razones que yo voy a esgrimir resultan de experiencias como automovilista durante ya varias décadas.

 

A lo largo del siglo XX la república mexicana transitó de ser un territorio con muy pocas carreteras y muchos caminos de arriería cuyo “trazado” venía de los tiempos prehispánicos y de las rutas comerciales del tiempo del virreinato, a la paulatina construcción de una red de comunicaciones que iban de las pocas autopistas, muchas carreteras de doble vía y todavía más caminos de terracería. Hasta la década de 1960 el tráfico carretero fue muy reducido por las pocas unidades automotrices que había pero paulatinamente se fue llenando; los accidentes de autos particulares como de camiones y autobuses siempre fueron reseñados por la prensa. Las causas eran: exceso de velocidad, imprudencias y malas prácticas en el manejo, mal diseño de la vía carretera, problemas meteorológicos y cansancio de los conductores. En otra lectura del mismo problema en las carreteras nacionales fue y sigue siendo, los robos cometidos en contra de particulares, en contra de compañías de traslado de mercancías y valores, y por último pero históricamente muy presente: robos cometidos contra personas, valores, plagio de determinados individuos, atentados mortales contra determinadas personajes ligadas a la política, a los negocios y de lo que hoy llamamos crimen organizado. 

 

Vamos por los primeros aspectos, cualquiera que maneje hoy en las carreteras de la nación puede notar que en su conjunto todas están llenas de tráfico. La autopista (???) México-Querétaro me sorprendió hace un par de meses debido a la enorme cantidad de camiones que por ella circulan. Miles de tráileres con una o dos cajas de remolque, siendo éstas últimas muy peligrosas y que sexenios atrás se les quiso prohibir, pero “el pulpo camionero” se opuso diciendo que no tenían suficientes unidades, que se encarecerían los fletes y un largo etcétera. Ahora y dada la tecnología automotriz los tráileres pueden ir a muy alta velocidad, como también lo hacen los automóviles particulares, la causa primigenia de todos los accidentes mortales en la república es la rapidez con la que circulan camiones y autos. Ello se puede apreciar en cualquier carretera del país, vías rápidas urbanas, calles secundarias y los fines de semana con el agravante de los conductores van borrachos y drogados. ¿Cómo es posible que uno detecte camioneros que zigzagueando cambian de carril una y otra vez y la autoridad responsable no los detenga? El resultado siempre es el mismo: un grave accidente de tráfico, muertos, chofer repleto de tachas, etcétera. 

 

A lo anterior se agrega el mal diseño de las carreteras: las tres de Toluca son el vivo ejemplo de ello. No es ocioso agregar el cansancio de los choferes. Hubo un tiempo que los conductores de ADO se les conocía como los bencedrinos, por la droga que tomaban para aguantar dobles y triples turnos. ¿Quiénes eran y son los responsables? Los dueños de cualquier empresa de autotransporte que obliga a sus operadores a manejar hasta el agotamiento.

Finalmente, la inseguridad debida a los robos de toda índole. Desde los tiempos de Santa Anna pasando por los años de 1870 con Juárez y Lerdo, se sabía que los robos en los caminos carreteros eran cosa de cotidianeidad pasmosa. Tan era así que el financiero y escritor Manuel Payno, escribió su libro Los bandidos de Río Frío donde dio cuenta de las bandas de asaltantes que desvalijaban por igual a hombres que mujeres, mexicanos y extranjeros. La embajada de Inglaterra llegó a tener un acuerdo con el líder de la banda para pasarle una iguala mensual. ¿Estamos hablando del 2023? Asimismo los plagios en el mundo rural contra comerciantes y terratenientes provocó que los gobiernos republicanos de la República Restaurada implementaran compañías de vigilantes que combatieron a los asaltantes, algunos se transformaron a su vez en asaltantes, pero el fenómeno fue paulatinamente decreciendo hasta que el gobierno de Porfirio Días instituyó los “Rurales” que entre otras cosas se encargaron de la seguridad de los caminos. Hoy es una calamidad, carreteras que uno transitó con toda tranquilidad como la Monterrey-Nuevo Laredo ahora es una suerte de convertirse en estadística de la criminalidad. ¿Por qué hay esta exacerbación de los robos, asaltos y asesinatos contra automovilistas y choferes de camiones? Porque existe una impunidad en la mayoría de los delitos. No hay la capacidad de vigilar todo el territorio nacional, pero, al mismo tiempo y entro al terreno del “sospechosismo” (Santiago Creel dixit), en cualquier manual de desestabilización política como la que ocurrió con el chileno Allende hace 50 años, algunos o muchos de estos crímenes son directamente planeados y patrocinados para por igual desprestigiar gobiernos locales o el federal, y crear un ambiente de inestabilidad y enojo entre la ciudadanía para que apoye el ambiente golpista y la mano dura.             

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