Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Haciendo caso omiso que las celebraciones y conmemoraciones del llamado Mes de la Patria son actos REPUBLICANOS, el presidente de la República representativa, democrática, federal, despareció a dos Poderes de la Unión cuyos representantes fueron borrados por decisión unipersonal.
Con la conmemoración de los Niños Héroes, inició su ataque contra lo establecido en el artículo 49 constitucional que, en dos párrafos define la conformación del Poder Supremo:
Artículo 49.- El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un individuo, salvo el caso de facultades extraordinarias al Ejecutivo de la Unión, conforme a lo dispuesto en el artículo 29. En ningún otro caso, salvo lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 131, se otorgarán facultades extraordinarias para legislar.
Como nunca, el Ejecutivo no contó con la presencia de representantes del Judicial y el Legislativo y con ello concentró el Poder Supremo, con lo que violó el mandato constitucional y “reunió” en una sola persona los poderes.
Tres eventos fundamentales que han dado fuerza a la Independencia y a la Patria. Reconocer cada 13 de septiembre .hayan o no existido o participado en la defensa del Castillo de Chapultepec-, la gesta de los Niños Héroes. El 15 es El Grito de Independencia, lanzado por Miguel Hidalgo en 1918 con la arenga muera el mal gobierno y, el 16, a partir de 1918, se estableció el Desfile Militar.
En estas conmemoraciones participan los representantes de los tres Poderes de la Unión.
Por lo menos hasta 2022 así ocurrió y se mantuvo la regla vigente.
Sin embargo, bajo el concepto de “me reservo el derecho de ad misión”, Andrés Manuel López demostró una vez más que la Constitución, la División de Poderes, y las leyes secundarias en la materia, le vale lo que se le unta al queso: nada.
En la de los Niños Héroes, la voz del general secretario fue la única que se escuchó. En El Grito de la Independencia, solamente la del Jefe del Ejecutivo. En el Desfile Militar, el solamente el parte “sin novedad”.
En el balcón centra Palacio Nacional se invitó a los titulares de la Defensa Nacional, Marina, al comandante de la Fuerza Aérea y al comandante de las Guardia Nacional, como debe ser al representar las instituciones castrenses. El otro asistente, en el balcón, nada tiene que hacer ahí. El gobernador de la Ciudad de México despecha en el lado sur de la Plaza de la Constitución.
Si bien es cierto que no existe legislación que obligue a los representantes del Legislativo y el Judicial a formar parte de quienes están en los eventos patrios, lo que sí establece es que no se pueden depositar dos o más poderes en una sola persona.
Concediendo sin aceptar que la ausencia de dos Poderes de la Unión en las ceremonias conmemorativas de trascendencia histórica no tengan la menor importancia como diría Arturo de Córdova, no deja de ser el ensayo de lo que quiere el autócrata que hoy nos gobierna: que los futuros eventos relacionados con la Independencia y la defensa de la soberanía, solamente esté el “amo en turno” y los otros Poderes queden relegados a cumplir con las órdenes que el dueño de la verdad, del Palacio Nacional, del Monumento a los Niños Héroes y el pavimento de la Plaza de la Constitución, avenida 5 de Mayo, Juárez y Reforma,
Si quienes estén al frente de los poderes Legislativo y Judicial callan y toman a “chunga” que no los inviten a las ceremonias de relevancia, bien harían en no invitar al Ejecutivo a sus ceremonias importantes.
Es de suponerse que la próxima legislatura tendrá que invitar al ahora déspota presidente y a quien habrá de sustituirlo.
También se presumiría que será la segunda y última ocasión que pise la sede del Congreso de la Unión.
No obedecer órdenes, no entender que hay una transformación de cuarta, es el costo de ser borrados en los eventos que recuerdan y conmemoran las gestas históricas de México.
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