Tulio Hernández Gómez, gobernador de Tlaxcala de 1981 a 1987, murió esta tarde en su casa del poblado de Tizatlán, en la capital del estado, a la edad de 85 años. El político fue considerado uno de los gobernadores de la vieja guardia del PRI en la zona centro del país, y durante su mandato estuvo casado con la primera actriz Silvia Pinal.
En su momento, en la década de los sesenta, Hernández formó parte de la nueva y talentosa corriente del PRI. Estudioso de las leyes, de la Constitución y legislador en cuatro ocasiones. Hijo de Francisco Hernández, quien llegó a ser dirigente nacional de la Confedación Campesina, se distinguió por saber hacer amigos y por una honestidad que sorprendió a su clase política.
El estado de salud del exgobernador se complicó desde julio pasado cuando se difundió su ingreso de emergencia a un hospital, y se conocía su padecimiento de Alzheimer, pero los motivos de su deceso se mantienen en el hermetismo.
Una versión extraoficial indica que el pasado lunes, el exgobernador fue llevado de emergencia al ISSSTE para ser atendido de un golpe en la cabeza, aparentemente a consecuencia de una caída. Su familia habría pedido su alta voluntaria el miércoles y lo llevaron a su casa.
En Tlaxcala se le recuerda por donar la Casa de Gobierno, ahora Casa Tlaxcala, cuya propiedad le fue ofrecida como regalo personal la cual aceptó, pero posteriormente la incorporó al patrimonio del Estado.
La última vez que asistió a un evento público fue en febrero pasado cuando el gobierno del Estado donó al Instituto Nacional de Antropología e Historia el predio que alberga al Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de Zultépec-Tecoaque, en Calpulalpan.
Sus familiares emitieron una alerta sobre su estado de salud en agosto de 2017, cuando se divulgó su ficha de búsqueda por extravío luego de acudir a una reunión con otros exgobernadores priistas en la alcaldía Cuauhtémoc de la CDMX.