POR ARGENTUM
A pesar de las críticas y las especulaciones, “la fuerza Xóchitl” sigue avanzando. Algunos comentaristas critican su discurso porque dicen que no tiene la profundidad de los discursos de Beatriz Paredes, ni trayectoria política similar.
La gente que la apoya no está exigiendo a la hidalguense definiciones ideológicas, ni que tenga que ser la mejor oradora de acuerdo a las costumbres políticas tradicionales. El fenómeno Xóchitl se da a partir de las circunstancias que, sin buscarlas, la colocaron en la línea de la competición.
La gente valoró en ella el lenguaje llano y directo con el que ha encarado al presidente López Obrador, echando por tierra, en cuestión de días, las acusaciones del hombre más poderoso de México.
Pero, además, Xóchitl rompe los paradigmas del comportamiento de los políticos que desde hace muchos años los han caracterizado. Una disciplina desmedida al máximo poder obligada por las dudas en el desempeño de los cargos que han detentado; o en el miedo natural al gobernante.
No era común que al presidente de la República se le contestara de manera frontal y con un sesgo de contundente y hasta graciosa ironía. Xóchitl lo hizo.
Estas características y el conocimiento que tiene de la problemática nacional, la han convertido en una verdadera líder que está guiando, de manera orgánica, los deseos de muchos mexicanos, tantos, que de continuar con el impulso que trae puede poner en serios aprietos a quienes están al frente del gobierno.
La xochitlmanía está despertando el interés de esa gran franja de ciudadanos que por siempre se han mantenido en la abstención. Son tantos que, de salir a votar, podrían formar el blindaje que evitaría cualquier maniobra fraudulenta con la que se pretendiera descarrilar el proceso electoral, haciendo perder a Xóchitl.
La senadora ha superado la primera gran prueba: llegar sola al plazo establecido para conocer quien, de las dos: Beatriz y Xóchitl, sería la que se hiciera acreedora a la candidatura. Seguramente alguien olió u obtuvo información que del gobierno pretendían fracturar el procedimiento que marcaría a la ganadora, y el frente decidió aprontar los tiempos.
Un conocido periodista afirmó que hubo acuerdos soterrados del poder con la tlaxcalteca. La verdad quién sabe, pero lo interesante del asunto es que Bety no los desmintió como era lo correcto.
Una vez formalizado el nombramiento de Gálvez como candidata, será importante que los partidos que conforman el Frente, se den a la tarea de buscar a prospectos para que cuiden todas las casillas electorales que se instalarán en todo el territorio nacional. Si no logran acreditar todos los representantes, en esas casillas podrían ser alteradas al antojo de quien manda, toda vez que nadie se inconformaría, y ningún recurso procedería.
Por supuesto que el Presidente está muy molesto. Últimamente nada le ha salido bien, y eso lo ha desconcertado.
La gente está entusiasmada con Xóchitl, pero no hay que perder de vista que Morena goza de un posicionamiento importante. Las encuestas que están midiendo el posicionamiento de los partidos políticos rumbo a la elección presidencial, dicen que ganará Morena la elección presidencial. Por lo tanto, el triunfo de Xóchitl estaría en el voto de los indecisos y aquellos que regularmente se abstienen de emitir su voto en las elecciones.