Por la presión internacional que apoyó la denuncia de la futbolista Jeni Hermoso –que ayer recibió una ovación de miles de aficionados en su reaparición con el Pachuca-. El presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales, quien se hallaba suspendido de su cargo por la Federación Internacional de Fútbol Asociaciones (FIFA), renunció este domingo a todos sus cargos luego de verse envuelto en un escándalo por el beso forzado que dio a una jugadora de su país durante la final del reciente Mundial Femenino.
Tras severos cuestionamientos y la apertura de una investigación por la Fiscalía, Rubiales emitió un comunicado exponiendo su renuncia y la trasmitió por escrito, además, al presidente en funciones de la RFEF, Pedro Rocha. Durante dos semanas afirmó que no renunciaría.
También dimitió de su cargo como vicepresidente de la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA), órgano rector del futbol en ese continente.
Además del beso forzado a la futbolista Jeni Hermoso tras la final del Mundial Australia-Nueva Zelanda 2023, en agosto pasado, cuando España se coronó campeona, Rubiales fue señalado por gestos obscenos hechos ese día durante la celebración.
Pese a los cuestionamientos que ello generó, el exfederativo reiteró que el beso fue consentido, se negó a dejar su cargo y, según denunció la víctima, la presionó a través de otras personas para que se retractase de declaraciones que hizo sobre lo que consideró un agravio a su persona.
A inicios de septiembre, Hermoso presentó formalmente ante la Fiscalía General del Estado una denuncia contra Rubiales por presunto delito de agresión sexual.
Durante una entrevista de prensa concedida horas atrás, el exfederativo afirmó que tiene fe en su verdad y hará cuanto esté a su alcance para que esta prevalezca. Agregó que decidió ponerse a un lado para no perjudicar al fútbol español.