Alfonso Durazo informó a las 19.34 que Claudia Sheinbaum ganó todas las encuestas y será la candidata de Morena a la presidencia de la República.
Con la ausencia de Marcelo Ebrard quien había solicitado la reposición del proceso, los demás: Adán Augusto López, Gerardo Fernández, Manuel Velasco y Ricardo Monreal asistieron al evento que significó la “unidad de Morena” y avalaron, con su presencia, el ungimiento de la exgobernadora de la Ciudad de México.
Vestida con ropa color guinda para identificarse con su partido, su presidente y sus seguidores, Sheinbaum fue la única que conocía los resultados de las encuestas. Los papeles que lleva entre las manos, revelaban las preferencias.
Sin sorpresas: Claudia, la preferida de Palacio Nacional, la que inició campaña desde hace dos años, la que fue acusada de utilizar recursos públicos, la que tapizó el país con espectaculares, la que evadió la responsabilidad de la tragedia de la Línea 12, la que obedece ciegamente el proyecto político del presidente de la República, será a quien enfrente Xóchitl Gálvez en los comicios de 2024, en el que se juega no solamente el triunfo de la cofundadora de Morena, sino el continuismo de la cuarta transformación.
Con su nominación, el país tendrá una mujer presidenta. La primera en la historia de México. Sea quien fuere, se romperá el paradigma de que los ciudadanos no estaban preparados para elegir una mujer para que los gobernara.
De acuerdo con los resultados de cinco encuestas, la madre de ellas la ordenada y realizada por Morena, consignaron el triunfo unánime de la científica graduada en la UNAM.
A partir de ahora, el escenario político-electoral gira en los 360 grados: todo cambia para seguir igual.
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