El Crimen Organizado y sus Rehenes:  la Vaquita Marina y la Totoaba

A la Vuelta de la Esquina 

 

IVÁN RUIZ FLORES

La pesca mexicana está en el ojo del huracán, peor que como estaba antes. Hoy cruza por una etapa que muchos consideran es de vergüenza.

Lo relata el doctor José Joaquín Piña Mondragón miembro del Programa de Investigadores por México del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, en su trabajo “El Papel de México en Controversias Comerciales Internacionales en Materia Pesquera”, el cual forma parte del compendio “El Marco Jurídico de la Pesca en México” A Debate Áreas de oportunidad para la mejora y la innovación”.

El trabajo del investigador forma parte de las ponencias presentadas en el seminario coordinado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, sobre el tema de la pesca, lo que conformó una memoria.

La finalidad, se dijo, fue realizar un diagnóstico integral y encontrar herramientas útiles para el desarrollo sostenible de la actividad.

Piña Mondragón expone, por ejemplo: 

“Para agravar esta problemática, en los últimos años grupos criminales organizados se han vinculado con la pesca y el tráfico ilegal de totoaba hacia otros países. Por un lado, encontramos a pescadoras y pescadores que operan de forma independiente con el propósito de aumentar sus ingresos; pero también a aquellos que trabajan directamente con agrupaciones más organizadas que les proveen de las embarcaciones y el equipo de pesca y; adicionalmente, están los llamados totoaberos o narcobucheros, que forman parte de esas organizaciones criminales más estructuradas que zarpan clandestinamente en embarcaciones con cinco o más sujetos a bordo. 

“Su modus operandi consiste en extraer el buche a bordo de la embarcación, el cual ocultan en compartimentos secretos y tiran el resto del pescado al mar colocándole una piedra en la boca para que se hunda y no dejar restos flotando; posteriormente, se ha identificado que trasladan los buches hacia los llamados secaderos, para de ahí transportarlos con mayor facilidad a diversos puntos fronterizos como Tijuana o Mexicali, para su salida de México con dirección hacia Los Ángeles, San Diego o San Francisco en Estados Unidos, clasificados arancelariamente como pescado seco, teniendo como destino final algunos restaurantes asiáticos ubicados en ciudades como Hong Kong, Shanghái o Tokio, en donde se venden a altos precios como platillo gourmet”.

LA PROBLEMÁTICA DE

ESTA INDUSTRIA

Y es que como el propio especialista lo dice:

“La actividad pesquera en México se ha visto envuelta en diversas problemáticas relacionadas con la pesca excesiva, ilegal, no declarada y no reglamentada, por lo cual ha enfrentado bloqueos y otro tipo de sanciones comerciales internacionales, en su mayoría impuestas por Estados Unidos, debido al uso de métodos de pesca no sustentables con el medio ambiente marino, como es el caso de la pesca del atún y la captura incidental de delfines; la pesca de camarón y el uso no adecuado de dispositivos excluidores de tortugas; y la pesca ilegal de totoaba relacionada con la captura incidental de la vaquita marina. 

“Frente a esta situación, debe adoptarse una estrategia proactiva y coordinada entre las autoridades de los tres órdenes de gobierno, que refuerce las tareas de inspección y vigilancia con el apoyo de tecnologías de monitoreo y posicionamiento que permitan identificar embarcaciones dedicadas a la pesca ilegal en zonas restringidas; promover el consumo responsable de productos que provengan de la pesca legal; y establecer mecanismos para conocer el origen y destino final de las principales pesquerías, pues a pesar de haberse expedido numerosa reglamentación para tratar de regular la actividad pesquera, el actual Reglamento de la Ley de Pesca y Acuacultura Sustentables, no contempla mecanismos para la implementación de sistemas de trazabilidad de recursos pesqueros, por lo cual continúan dándose prácticas depredadoras tanto por parte de las personas que pescan como de organizaciones criminales bien estructuradas…”

En su trabajo el investigador expone la posición que México ocupa en el mundo en materia pesquera.

Lo explica: 

“Para el caso particular de México, a pesar de lo extenso de sus litorales, con una longitud de 11,122 kilómetros de línea costera sin contar las islas (la décimo tercera a nivel mundial), aunado a su ubicación geográfica estratégica entre la vertiente del Océano Atlántico y el litoral del Pacífico y la gran biodiversidad de especies marinas que albergan sus aguas correspondiente al 12% mundial, el país ocupa la 14ª posición en términos de producción pesquera en el mundo, incluso después de Perú y Chile en Latinoamérica”. 

También especifica que la contribución del sector pesquero y acuícola al Producto Interno Bruto nacional es relativamente baja, “pues en 2018 representó apenas el 0.08% (CONAPESCA, 2020); con una producción que se encuentra principalmente concentrada en el Océano Pacífico Norte en cuatro entidades: Baja California, Baja California Sur, Sinaloa y Sonora, las cuales aportan en conjunto el 70% de la producción pesquera nacional (INEGI, 2019). 

“Aunado a lo anterior, el sector pesquero en México enfrenta problemáticas relacionadas con la pesca ilegal, el empleo de artes y métodos de pesca no sustentables y la sobreexplotación de algunas especies marinas, llegando incluso al punto de estar catalogadas en peligro”.

También presenta el ranking de los 15 países con mayor producción pesquera del mundo hasta 2019. Son: China, Indonesia, India, Rusia, Perú, Estados Unidos, Vietnam, Japón, Noruega, Filipinas, Chile, Birmania, Bangladesh, México y Tailandia.

Y Obviamente: 

“A partir de la problemática enunciada, el presente documento pretende contribuir con propuestas de mejora que involucren tanto a autoridades como a las comunidades que directamente desarrollan actividades en el sector pesquero, a partir del análisis y del papel desempeñado por México en cuanto al cumplimiento de la meta 14.4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), relativa a reglamentar de un modo más eficaz la explotación de los recursos pesqueros y terminar con la pesca excesiva, ilegal, no declarada y no reglamentada y las prácticas pesqueras destructivas. 

“En particular, se parte del estudio y análisis de tres controversias internacionales que ha enfrentado México y que tienen que ver con la imposición de sanciones comerciales por parte de Estados Unidos, relacionadas con la captura incidental de especies no objetivo, mediante el uso de artes o métodos de pesca no sustentables con el medio ambiente marino…”

Ojalá que quien gobierne la República Mexicana de 2024 a 2030 tome en cuenta a esta industria y lleve adelante las medidas necesarias para corregir la serie de errores que se han vuelto cotidianos y, desde luego, evitar las masacres de peces en vías de extinción.

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