Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
En cinco días sabremos que corcholata enfrentará a Xóchitl Gálvez.
¿Hombre, mujer o quimera?
Dirán en Palacio que la última palabra corresponde a la abanderada del Frente Amplio por México.
Y quizá sea cierto. Porque en la batalla oficial que se librará a partir de la última semana de noviembre y las campañas formales en mayo, estará aderezada por la “fuerza política que representa el presidente de la República”.
Definida la candidatura de Xóchitl, el próximo miércoles conoceremos al o la abanderada de Morena y adláteres. Se presume y con razón, que la guerra será entre mujeres cuando Claudia Sheinbaum sea ungida por ser la “preferida del profesor”.
Sobre la mesa están las armas que posee cada ejército. La ventaja y por mucho, la tiene el oficialismo. Con 22 gobernadores al servicio de su Altísima Serenísima, no hay mucho espacio en donde moverse para las oposiciones unidas, por primera ocasión, en busca de desplazar a Morena y sus proyectos políticos.
Sin embargo, oportunidades hay y muchas. La Ciudad de México, la segunda entidad con mayor reserva de votos apenas superada por el Estado de México, no está fácil para Morena y el candidato o candidata que surja. En las pasadas elecciones, la coalición Va por México le arrebató la mitad del territorio capitalino no solo al partido sino al presidente de la República y a la Jefa de Gobierno.
Veracruz, tercer semillero de sufragios, tampoco tendrá una tersa elección. El mal gobierno, lo dicen los veracruzanos, que ha realizado Cuitláhuac García podría generar una nueva transición. El anunciado retiro de Rocío Nahle para “terminar la responsabilidad” de echar a andar la refinería Olmeca, la obliga a declinar –según se dice en Xalapa- al “privilegio de servir” a quienes habitan en su tierra adoptiva. Hay que recordar que es zacatecana y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional para de la reforma estatal conocida como “Ley Nahle”.
Chiapas tampoco es pan comido. La ausencia de gobernanza y el desplome de los precandidatos, que adelantaron sus deseos por sustituir a Rutilio Escandón, quien ha dejado hacer y crecer al crimen organizado, perseguido a los adversarios políticos, intentar romper la regla de usos y costumbres y no ha podido frenar la violencia, abre la ventana de oportunidad para las oposiciones. No porque tenga mejores probables candidatos, sino porque los chiapanecos están agotados de la ineficacia gubernamental.
Jalisco no se moverá del control que mantiene el gobernador Enrique Alfaro y difícilmente el “compadre” del huésped temporal de Palacio Nacional ganaría al que seguramente será el candidato del mandatario: Clemente Castañeda que, muy probablemente, no sea postulado por Movimiento Ciudadano sino por la Coalición Va por México y en una de esas hasta por Morena. Se vale pedir prestado candidato.
Tampoco Nuevo León, aunque no juega la gubernatura, estaría dispuesto a darle votos a Morena y sus candidatos al Congreso Local.
Chihuahua, Aguascalientes, Querétaro y Yucatán no son seguidores convencidos de la política gubernamental federal.
Y en los mismos estados que gobierna Morena, por ejemplo Sinaloa, no hay apoyo abierto y decidido al gobernador Rubén Rocha Moya. Lo mismo ocurre en Baja California, en donde la mandataria Marina del Pilar se ha centrado en gobernar para sus amigos, ha desatendido a los enfermos de cáncer y el empleo no ha crecidos, al tiempo de que Tijuana se ha llenado de migrantes en espera de poder cruzar legalmente a Estados Unidos, en donde buscan refugio por considerarse “perseguidos políticos”.
La batalla electoral, comienza y aunque se presuma del poder de la firma presidencial, hay muchos huecos por donde se puede colar la oposición. Ya veremos si Xóchitl es capaz de aglutinar y mantener viva la esperanza del cambio, anhelado por millones de mexicanos.
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