Furibundo

Incapaz de ocultar su ira rayana en odio, la chachalaca tabasqueña insiste en golpear al poder Judicial y más ahora que en votación de la segunda Sala de la SCJN, se aprobó a favor que el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información pueda sesionar y sacar los ochos mil asuntos acumulados con cuatro de sus integrantes.

Y mientras el país arroja más datos acerca de la masacre que se vive y causa que 8 de cada 10 mexicanos tengamos miedo, dada la violencia e inseguridad que privan lo mismo en las calles que en centros de diversión o en los hogares mismos.

Ayer las cifras se volvieron escalofriantes ya que de acuerdo a TRsearch International, en México el número de desapariciones aumentaron y a estas alturas más de 46 mil personas se “avaporaron” de sus hogares en lo que va del sexenio al mismo tiempo que de enero a junio de este año, el número y evasiones de presos de alta peligrosidad se incrementó en 87 por ciento en comparación con 2022.

Lo peor es que con esas evasiones quedaron libres presos de alta peligrosidad ligados al crimen organizado, así como aquellos que del Cártel de Sinaloa se escaparon del reclusorio Oriente y no fueron recapturados, incluyendo dos con petición de extradición a Estados Unidos. Son 20 fugas de reos las contabilizadas hasta el momento.

Y mientras el miércoles el ganso macupanense arreció sus diatribas contra el ministro Luis María Martínez por lo de los libros, para este jueves se espera que se lance contra los tres ministros De la segunda Sala que dieron luz verde al INAI para sesionar con los cuatro integrantes con que cuenta hasta hoy “gracias” a que el mesías tropical vetó la designación de los tres restantes.

De hecho, también golpeó al INAI diciendo que sólo servía para tapar la corrupción neoliberal, de los machuchones, de los hombres del poder, olvidando mañosamente que es él, el caudillo quien hoy encarna unipersonal el mando omnímodo de las instituciones, incluso aquellas de persecución del delito y que hoy se volvieron cómplices pasivos de los criminales empezando por la Fiscalía General de la República transformada hoy en policía política al servicio de Palacio Nacional.

Por cierto, y como debía ser, la única que votó en contra fue la impresentable plagiadora Jazmín Esquivel de Rioboó, y con eso se tiró a la basura el proyecto de la otra amlista Loretta Ortiz Ahlf que en julio pasado planteó un proyecto que impedía al INAI sesionar incompleto. En esa ocasión el pleno de la Suprema Corte echó para atrás el proyecto, se presentó otro realizado por Javier Laynez Potisek y fue el que esta vez se aprobó. Loretta no estuvo.

En tanto los números rojos se acumulan y se calcula que antes de concluir este mes el registro de asesinatos alcance los 165 mil y que al finalizar el sexenio se superen los 200 mil de acuerdo con datos dados a conocer por Carlos Mena Charolet. Esto en base a que aún con la reducción de 86 a 80 muertos por día de 2022 a 2023, la tendencia es que se acumulen un promedio de dos mil 400 homicidios dolosos al mes.

Y si a ello se suma que las desapariciones se dan a razón de 25 diarias y de las cuales se presume que muchos son asesinados, las estadísticas se van para arriba, ya que los “evaporados” se presumen asesinados como ocurre con los cinco jóvenes de Lagos de Moreno que no aparecen y en cambio, se encontraron cinco cadáveres de otras víctimas del crimen y cuyo ADN no corresponde a los de hace un par de semana.

Precisamente en una mañanera el caudillo de Tepetitán anunció que se haría una actualización al respecto, pero no se ha dado y en todo caso, las desapariciones corresponden a averiguaciones previas, a denuncias que por sí solas se ajustan ya sea que la víctima aparezca viva a muerta.

Cabe mencionar que en la investigación de TResearch International se aclara que miles de mexicanos desaparecen por sí solos y por su seguridad. Son personas que huyen de la inseguridad para salvaguardar su vida y a veces cambian de pueblo, ciudad o país. El estado con más casos conocidos es Michoacán y Guerrero, donde miles de jóvenes escapan para no ser asesinados o reclutados por los grupos criminales.