EEUU «aprueba» la persecución de Kiev contra la Iglesia ortodoxa canónica de Ucrania

EEUU da a entender que aprueba las acciones de Kiev para perseguir a la Iglesia ortodoxa canónica de Ucrania, ya que no lo condena, declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
«Durante la persecución de los creyentes ortodoxos en Ucrania, ellos [EEUU] no han criticado la política destructiva hacia la Iglesia por parte de [el presidente ucraniano, Volodímir] Zelenski, dando así aparentemente a entender que aprueban las acciones ilegales de sus subordinados», declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en un informe sobre la persecución de Kiev de la Iglesia ortodoxa canónica en Ucrania.
El ente señaló también que el problema de la Iglesia ortodoxa canónica de Ucrania «sigue sin figurar entre las prioridades de la ONU y otras organizaciones relevantes», y en respuesta a los llamamientos del servicio diplomático, las organizaciones internacionales «se limitan a respuestas burocráticas».

«No hay una respuesta adecuada a la política antiortodoxa del régimen de Kiev, a los numerosos casos de confiscación de bienes inmuebles y propiedades de la Iglesia ortodoxa canónica de Ucrania, a los hechos de arbitrariedad y violencia contra el clero y los creyentes», subrayó el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

Asimismo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia subrayó que los políticos y funcionarios de Ucrania con sus retóricas inculcan el odio contra la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica, incitando a la violencia contra sus sacerdotes.
«Importantes políticos, estadistas y funcionarios de nivel regional con sus retóricas inculcan el odio hacia la Iglesia canónica, organizaron contra esta una amplia campaña propagandística en medios de comunicación públicos y privados», indica el informe del ministerio ruso.
Como resultado de tal política, en Ucrania se cometen actos de agresión y de violencia no motivada contra sacerdotes y lugares sagrados de la Iglesia canónica, constató el ministerio.
Las autoridades de Ucrania organizaron durante el último año la más vasta en la historia moderna campaña de persecuciones contra la Iglesia canónica. En algunas regiones del país, al alegar los vínculos de esta Iglesia con Rusia, se tomó la decisión de prohibir sus actividades; al Parlamento ucraniano se elevó un proyecto de ley, con que se prevé de hecho prohibir la actividad de la Iglesia canónica en todo el territorio del país. Se impusieron sanciones contra algunos de sus sacerdotes.
El Servicio de Seguridad de Ucrania empezó a abrir expedientes penales contra el clero canónico, a efectuar «operaciones de contraespionaje» y registros en domicilios de obispos y sacerdotes, en iglesias y monasterios, buscando pruebas de la «actividad anti-Ucrania».
Kiev organiza referendos ficticios para registrar las comunidades de la Iglesia canónica como las pertenecientes a la Iglesia ucraniana cismática, la que presenta oficialmente pretensiones para tener en su propiedad los templos y los monasterios de la Iglesia canónica, señala la Cancillería, agregando que los organizadores de tales actos a veces no reparan en falsificar documentos.
«La apropiación de los templos de la Iglesia canónica no son resultado de la voluntad del pueblo y del procedimiento democrático, como lo intentan presentar las autoridades ucranianas, sino es la consecuencia de la actividad de los funcionarios locales», se afirma en el informe y también se agrega que en tales actos a menudo participan efectivos de instituciones armadas.
La presión contra la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica, la más grande del país, que abarca a millones de creyentes, comenzó en la década de 1990, ante todo por parte de grupos nacionalistas y cismáticos. Para 2018, ese proceso se convirtió en una campaña estatal a gran escala, y las autoridades crearon la Iglesia ortodoxa de Ucrania, compuesta por miembros de organizaciones cismáticas.
En esa fecha comenzó una campaña informativa contra la Iglesia ortodoxa canónica de Ucrania, acompañada de desalojos masivos de los fieles de sus templos, el registro ‘voluntario’ de esos inmuebles como propiedad de la Iglesia ortodoxa de Ucrania escisionista, con la aprobación de las autoridades, de ataques impunes de nacionalistas y cismáticos contra el clero y los creyentes. El último episodio de esa lucha sin cuartel ha sido el intento de desalojar a los monjes del Monasterio de las Cuevas de Kiev, que debía culminar para el pasado 29 de marzo. Sputnik
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