Con ayuda del Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), el Archivo General de la Nación (AGN) ha recuperado un documento cortesiano, firmado por Hernán Cortés. Éste había sido robado del fondo Grupo Documental Hospital de Jesús y puesto a la venta en la casa de subastas RR Auction, en Boston, Masschusets, EU.
El hecho fue comunicado este miércoles, dentro de los muros de la extinta penitenciaría del Palacio de Lecumberri, por autoridades de los gobiernos de ambas naciones y responsables de la autentificación y asuntos jurídicos del AGN.
Los especialistas del AGN relataron que, el 25 de mayo de 2022, recibieron una llamada que hacía la denuncia de la venta de un posible documento perteneciente al AGN, que se ofrecía bajo el título de “Hernando Cortés, documento firmado. Pago increíblemente raro por azúcar rosado”, por lo que comenzaron sus investigaciones. Para ello se realizaron dos informes, un cuestionario y un dictamen técnico previo al dictamen de autenticidad, para lo cual, peritos de la AGN viajaron a Boston.
“El análisis paleográfico y diplomático nos permitió determinar que (el documento) es un libramiento de pago emitido por Hernán Cortés a su mayordomo, Nicolás de Palacio Rubio, en el que le pide realizar un pago de 12 pesos de oro al maestro Francisco, para la compra de azúcar rosado. Es un tipo de letra procesal, con tendencia cortesana”, explicó Ana Quintero, Jefa de Investigación, Dictaminación, Certificación y Paleografía del Acervo Documental del ANG, quien señaló que la comparación de firmas con otros documentos permitió la plena certeza de la identidad de los firmantes del papel repatriado.
Quintero explicó que este documento tiene como contexto las expediciones que los españoles realizaron para establecer rutas hacia las Islas Moculas, en Asia, importantes para el comercio de piezas. Entre los insumos que llevaban para sus travesías se encontraba la azúcar rosada, que tenía efectos purgantes.
Durante la presentación del documento se mencionó que esta repatriación no siguió un “protocolo tradicional”, en el que se da el aviso a la Secretaría de Relaciones Exteriores, con la intención de buscar el acercamiento diplomático con la casa de subastas para detener la venta del documento; y en el que, además, se presenta la denuncia ante la Fiscalía General de la República, por tratarse de un delito federal, y así abrir una carpeta del caso y poder solicitar, o no, la intervención de Asistencia Jurídica Internacional.
