El Castigo Constante de Tener Varios  “Días del Presidente”… Callejeros

Los Dados de Dios

 

NIDIA MARÍN

¿Cuándo se abolió el Informe oficial del presidente de México ante el Congreso de la Unión e inició el rollo callejero de un “equis” Pérez o López o cómo fuere?

¿Qué fue lo que causó la revocación del Informe anual del presidente de México que, tradicionalmente y de acuerdo con la ley, se presentaba ante senadores y diputados?

¿Qué sucedió para que se abandonara la solemnidad en el respetable lugar que por años había ocupado y hoy se haya convertido en mentirosas e insultantes palabras para los contrarios que sólo escuchan los acarreados?

La razón fue la iracundia y la majadería de muchos legisladores, en su momento en contra de los presidentes opositores, primero Vicente Fox y después Felipe Calderón, aunque había historia severa con Carlos Salinas de Gortari y menos, pero también con Ernesto Zedillo, a quien en una ocasión, hasta le derramaron el agua sobre su pantalón cuando estaba sentado tras una mesa en el foro, por lo que sólo pudo decir “¡aahhh!”. Tampoco a ellos les permitían hablar y el ordenamiento iba quedando obsoleto en los hechos.

Así, en 2008, una reforma constitucional concluyó con 183 años de aquella ceremonia (aunque ciertamente con cientos de huecos anuales en varios momentos), iniciada cuando Guadalupe Victoria, el primer presidente de México, el primero de enero de 1825 pronunció su discurso ante el Congreso para cumplir con lo que la Constitución de 1824, en su artículo 68, dictaba: que el Presidente de la federación asistiría a la primera sesión del Congreso, con el fin de pronunciar “un discurso análogo a este acto tan importante”.

DE UNA O DOS CUARTILLAS

A CUARENTA Y HASTA CIEN

Sin embargo, fueron pocos mandatarios los que cumplieron con aquella obligación y varios de los que sí lo hicieron daban lectura a tres o cuatro cuartillas, hasta que llegó el PRI y entonces eran hasta cien cuartillas.

Pero en el siglo XIX había un por qué: la convulsa situación en el país. Sus consecuencias serían, por ejemplo, que varios de los presidentes no concluyeran su periodo de mando: las razones eran múltiples: sublevación militar, invasiones extranjeras, golpes de Estado y demás. 

Este 2023 es quinceañero. Sí, se cumplen 15 años del RIP al “Día del Presidente” (requiescat in pace=“descanse en paz”). Sí, los mandatarios ya no acuden al recinto del Congreso, pero Andrés Manuel López Obrador al aprovechar ese hecho ha rendido más “informes verbales e informales” -más bien denominados por los jóvenes como “rollos mareadores y mentirosos”, por lo regular en el Zócalo de la Ciudad de México- que cualquier mandatario mexicano en toda la historia. El más reciente fue el domingo primero de julio.

Además, este señor cumple a medias con la especificación del artículo 69 constitucional que precisa que debe enviarlo por escrito al Congreso de la Unión.

Dicho artículo dice específicamente:

 “En la apertura de Sesiones Ordinarias del Primer Periodo de cada año de ejercicio del Congreso, el Presidente de la República presentará un informe por escrito, en el que manifieste el estado general que guarda la administración pública del país (…) Cada una de las Cámaras realizará el análisis del informe y podrá solicitar al Presidente de la República ampliar la información mediante pregunta por escrito y citar a los Secretarios de Estado y a los directores de las entidades paraestatales, quienes comparecerán y rendirán informes bajo protesta de decir verdad. La Ley del Congreso y sus reglamentos regularán el ejercicio de esta facultad”.

Sus “informes callejeros” son simples halagos para sus políticas. Además, en cada ocasión son menos los denominados “acarreados” que acuden al Zócalo. Hasta ahora se desconoce la cifra de recursos económicos que han utilizado en Morena para trasladar constantemente desde diversos estados de la República a los burócratas (por cierto no todos son simpatizantes de ese partido y mucho menos militantes y de ahí que cada mes que pasa sean mayores los huecos en la plancha del Zócalo).

¿Pero quiénes fueron los responsables de que la ceremonia anual fuera abolida del Congreso de la Unión? No solo los expresidentes, sino la izquierda, la real, la verdadera, (no el remedo que ahora tenemos), porque ocurrió cuando el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas no llegó a la Presidencia de la República en 1988,sino que tras “la caída del sistema”, Carlos Salinas de Gortari ocupó (como dijo su tocayo Carlos Fuentes) “la Silla del Águila”.

Sí, hay relatos de especialistas que así lo exponen. Por ejemplo, Max González Reyes (licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública (opción Ciencia Política) por la UNAM. Especialista en Derecho Constitucional por la Facultad de Derecho de la UNAM), en su trabajo “El Informe Presidencial: de la opulencia al ocaso del presidencialismo”, explica cómo el primero que interpeló a un Presidente en el recinto del Congreso, en un Informe, fue Porfirio Muñoz Ledo.

Explica el investigador:

“Durante la lectura de su primer informe de gobierno, septiembre llevado a cabo en el Palacio de Bellas Artes, los recién electos diputados perredistas estrenaron lo que sería su slogan de lucha durante todo el sexenio salinista: “Repudio total al fraude electoral”.

Pero pasaría el tiempo de un gobierno pleno de escándalos y pleitos. Así…

El “Jab” presidencial lanzado desde la tribuna de Bellas Artes por Salinas el día de su último Informe es recordado: 

“A los perredistas, ni los veo ni los oigo”, dijo.

Y ADIOS, ADIOS, LUCERO

DE MIS NOCHES, DIJO…

Hay que recordar que en el primer año de mandato de este presidente, en 1989, durante la LIV Legislatura, se sentó el precedente del artículo 7º, numeral 2 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, al convenir que cada partido político representado en el Congreso, tuviera la oportunidad de exponer un discurso antes que el Ejecutivo rindiera su informe, a través del Acuerdo sobre las intervenciones parlamentarias al I Informe de Gobierno del Presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

Y como el asesinato de Luis Donaldo Colosio se tradujo en el triunfo del priista Ernesto Zedillo y el horno no estaba para bollos…arribarían los demás cambios.

Pero el Informe de Gobierno retornó por otros años al Congreso. Además, como han relatado Octavio Islas Carmona y Fernando Gutiérrez Cortés en la publicación “Razón y Palabra” la llegada de Zedillo Ponce de León, “…marcó el inicio formal de las operaciones del Sistema Internet de la Presidencia de la República, el cual, por una decisión política poco razonada fue subordinado a la Dirección de Publicaciones de la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia. Reparemos brevemente en las consecuencias de esa decisión”.

Desde luego también los Informes de Gobierno tuvieron su sitio en el ciberespacio.

Pero, no todo estaba escrito, porque tras el arribo a la Presidencia de la República de Vicente Fox, durante su sexto informe, en 2006, el PRD tomó la tribuna, no le permitió acercarse y el mandatario hubo de entregarlo a la mesa directiva.

También Felipe Calderón tuvo severos problemas en su primer Informe y, en 2008 el Congreso de la Unión realizó la modificación, que dio fin al “Día del Presidente”, por lo cual, por ejemplo, Enrique Peña Nieto envió al Congreso sus Informes y hoy, prevalece el constante “informe callejero” del actual mandatario.

Es un verdadero castigo para tirios y troyanos tener que escuchar cada tres o cuatro meses, ahora desde la calle, en el Zócalo los insultos presidenciales en altavoz y sin el menor pudor político.

¿¡Cuántos más “informes callejeros” habremos de soportar, antes de que este señor concluya su mandato!?

Desgraciadamente todavía falta poco más de un año para que ¡Bendito sea Dios! se vaya a su rancho…

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