Hoy y Siempre Tin Tan
HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO
“El Hijo Desobediente”, película mexicana de 1945, escrita y dirigida por Humberto Gómez Landero; protagonizada por Germán Valdés Tin Tan (Germán Rico), Marcelo Chávez (Marcelo Fortuna), Delia Magaña (Socorro), Cuquita Escobar (Cuca), Miguel Arenas (Placido), Tony Díaz (Ángel), Natalia Ortiz (Daribosa Matafortuna), Luis G. Barreiro (delegado de policía), Salvador Quiroz (Rogaciano Rico), Rafael Icardo (Modesto Rojas) y Marga López (mesera de bar).
Una familia trama una conspiración para hacerse con el dinero de su millonario pariente Marcelo Fortuna, pero por una equivocación terminan confundiendo a Germán Rico (un pobre diablo), con el millonario, lo que provoca una serie de disparatadas situaciones.
Es la primera película como protagonista de Tin Tan, así como el debut de Marga López en un pequeño papel secundario; el personaje de Tin Tan representa a un pachuco, de moda en la década de 1940, y con ello toda la contracultura existente en esa época, no sólo su vestimenta, sino su lenguaje y modismos, así como su forma de afrontar la vida.
DE MÚSICO,
POETA Y LOCO…
Don Rogaciano Rico le pide ayuda a su hijo Germán para medir un terreno, ya que lo mandó al extranjero para que se hiciera ingeniero, pero él no quiso seguir estudiando y se regresó a México; al ser un hijo desobediente le menciona a su padre que su verdadera pasión es la música y el canto, Rogaciano se enoja y lo corre de la casa, lo manda a la capital para que comience su vida sin depender de su dinero.
La escena inicial muestra al genial Germán Valdés mejor conocido como Tin Tan, tocando guitarra e improvisando un scat que es una técnica de jazz vocal en la que se usan sílabas sin significado; se puede traducir a castellano como tararear, y esa técnica ha pasado al swing, al boogie y a infinidad de ritmos.
La improvisación vocal es una de las características artísticas de Tin Tan, prácticamente en todas sus películas llegó a cantar alguna canción, o bailar.
Su grabación más famosa fue la canción ‘Bonita’ de Luis Arcaraz, quien alguna vez declaró que la mejor interpretación de su obra se la debía al cómico pachuco.
DIOS LOS CRÍA
Germán toma el tren para ir a la capital, pero sin pagar boleto, así que finge conocer a una persona de nombre Modesto Rojas, abogado del empresario y millonario Marcelo Fortuna; Tin Tan le entrega una fotografía para que lo recomiende y pueda trabajar, el abogado la guarda y sin darse cuenta tira otra foto que traía; en ese momento Tin Tan es sorprendido por un boletero que lo baja en la próxima parada.
Socorro, que es la sirvienta de la Casa de huéspedes “La Providencia”, se lleva a Tin Tan y ahí es confundido con Marcelo Fortuna, pues el abogado por error les entregó su foto.
Aquí surge la comedia de enredos, también llamada “de situación”, que consiste en la mezcla azarosa y disparatada de dos o más relatos que convergen sin querer y dan lugar a malentendidos.
La mezcla azarosa es la confusión de fotos, el malentendido es creer que Germán es el empresario, y posteriormente, los personajes de Marcelo y Tin Tan van a converger.
En sus primeros años, Marcelo actuaba en solitario, sin embargo, su carrera dio un giro inesperado cuando conoció a Tin Tan en una presentación en Ciudad Juárez, Chihuahua; la conexión artística entre ambos fue inmediata y comenzaron una amistad durante casi 30 años, por ello es que se ganaron el mote de ser “carnales”.
¡NO ME DEFIENDAS
COMPADRE!
Al saber Marcelo que alguien está suplantado su identidad, decide seguir el juego del suplantador y se convertirá en su mayordomo, así pasaría desapercibido con su familia y verá sus verdaderas intenciones; en una salida a un cabaret se ponen tan borrachos que acaban en la delegación de policía.
Desde el inicio y hasta el fin de la película Tin Tan presenta su imagen de “el pachuco”, que en esa época estaba muy marginada por la sociedad, pero que no podía negar su existencia e importancia en un México cada vez más influido por la cultura de los Estados Unidos; este controvertido personaje encarnado por Germán, duramente criticado por José Vasconcelos y defendido públicamente por Salvador Novo y por José Revueltas.
El término “pachuco” se refiere a una contracultura surgida en la frontera sur estadounidense en la década de 1930, donde jóvenes de origen mexicano expusieron su forma de vida, su argot y el estilo de su vestimenta, con deseos de sobresalir ante la marginación de la que eran víctimas.
“Los pachucos”, originalmente, eran aquellos que cruzaban la frontera desde Ciudad Juárez hacia El Paso, en un intercambio cultural histórico y constante; sin embargo, el término no es exclusivo de esta frontera, sino que se fue asociando con todo el movimiento de mexicanos y mexicoamericanos en el norte de México y en el sur de los Estados Unidos.
La principal ciudad en la que se asentaron fue en Los Ángeles, la cual fue el centro de organización política de la lucha chicana, llegando a formar una comunidad de 240 000 en 1930; también estaban presentes en otras urbes californianas, como San Diego, y en algunas partes de Texas, como San Antonio o El Paso.
Este tipo de vestimenta es nombrado “Zoot Suit”, y “los pachucos” no son los únicos en usar estas prendas, ya que algunas pandillas afros, como los “Hep-Cats” comparten la mayor parte de los códigos de vestimenta con algunas variaciones que las diferencia, como que los Harlem tenían colores más vivos, mientras que “los pachucos” tendían a los opacos.
“El pachuco” representa el inicio de la identidad chicana, siendo un movimiento de reacción a la indiferencia mexicana a su situación y contra los abusos racistas norteamericanos, prácticamente es una contracultura con valores, tendencias y formas sociales opuestas a las establecidas en una sociedad.
A la contracultura se le ve como una desintegración de estructuras y formas llevadas a cabo dentro del mismo orden social. Este fenómeno no es lineal, por lo tanto, al no mostrarse como una estructura formal a simple vista, se le relaciona con el caos y desorden social. Las estructuras de la contracultura se van modificando con base en los intereses que son pertenecientes al statu quo.
El 29 de junio pasado se cumplieron 50 años de la partida de Tin Tan, quien a través de la parodia en sus películas dio rostro y voz no sólo a la cultura de “el pachuco” sino también a la gente del barrio, la cual era invisible a los ojos del gobierno.
Aún hay indiferencia y abusos racistas contra los mexicoamericanos, y ha surgido la contracultura de los “corridos tumbados”, la cual ha sido negada y desdeñada desde Palacio Nacional, pero como dice “La Maldita Vecindad”: “Hey pa’ fuiste pachuco, también te regañaban… o ¿no?”
Que sea un pequeño homenaje al gran Germán Valdés Tin Tan.
