Este sábado el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador decidió implantar un arancel del 50 por ciento sobre las importaciones de maíz blanco, buscando medidas más proteccionistas y tratando de mantener los granos genéticamente modificados fuera de las tortillas del país tras una exención de aranceles de seis meses.
En un intento por aliviar las presiones inflacionarias, las autoridades comenzaron desde el 2022 a eliminar los aranceles de importación de 21 productos básicos, antes de agregar el maíz blanco a la lista en enero e implementar un arancel de exportación del 50 por ciento sobre el grano, un alimento básico en nuestra dieta.
Sin embargo, el gobierno de López Obrador dijo que la exención del arancel de importación al «maíz blanco harinero no ha generado un impacto significativo en la disminución de precios en el mercado nacional, por lo que se considera pertinente eliminarla», según el texto del decreto publicado el viernes por la noche en el Diario Oficial.
Nuestro país produjo casi 23 millones de toneladas de maíz blanco el año pasado e importó sólo 614 mil toneladas entre enero y octubre de 2022, según datos de la Secretaría de Agricultura. Sólo se exporta una pequeña parte.
La decisión de reinstalar los aranceles a la importación del grano sigue a la promesa del mandataro federal de prohibir el maíz genéticamente modificado y eliminar gradualmente el herbicida glifosato para 2024.
Estados Unidos y Canadá dicen que esto es una violación de leyes comerciales.
La semana pasada, el presidente insinuó la medida para restablecer los aranceles sobre el grano como parte de un decreto para asegurar que «solo se use maíz blanco y no transgénico en las tortillerías».
El arancel de importación del 50 por ciento estará vigente hasta el 31 de diciembre, según el decreto.
La exención de otros derechos de importación sigue vigente, mientras que la inflación general comienza a enfriarse.
