Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
En los últimos años, Dante Delgado, dueño de la franquicia Movimiento Ciudadano -antes llamado Convergencia-, ha sido la manzana de la discordia y no solamente entre las oposiciones.
Durante la campaña presidencial de 2012 y también en la de 2018, el veracruzano mantenía una relación política y amistosa con Andrés Manuel López. Eran compañeros de lucha. Bueno, eso decían.
En el primer año del actual gobierno, la amistad se fue diluyendo hasta pulverizarse.
Como partido pequeño, MC ha logrado dos gubernaturas importantes: Jalisco primero y Nuevo León después. Cuenta con 23 diputados federales, ganadas con sus candidatos por las dos vías: de mayoría y plurinominal. En esta legislatura ha sumado a tres congresistas que abandonaron Morena y el PRI.
En el Senado de la República forma parte del Bloque de Contención y en la Cámara de Diputados se suma a los opositores a Morena y adláteres.
Delgado se ha negado a formar parte de la coalición Va por México y ha sostenido que en los comicios de 2024 irá en solitario y que el candidato será -según su última versión- el mandatario de Jalisco, Enrique Alfaro, aunque no desecha la posibilidad de aprovechar a Samuel García, gobernador de Nuevo León y aunque no es su favorito, considera a Luis Donaldo Colosio Riojas como tercera opción. No tiene más probables para ocupar la candidatura de su partido a la presidencia de la República, salvo que se apunte personalmente, No sería extraño.
En la renovación de la coordinación territorial de la Ciudad de México, el senador plurinominal, afirmó: “Este es un nuevo punto de partida, que deben fortalecer y que servirán de base para hacer posible lo que hoy pocos imaginan. Movimiento Ciudadano ganará la presidencia de la República y la Ciudad de México el próximo año”.
Sus expresiones alegraron a los naranjas.
Sin embargo, al parecer se trató de una simple balandronada.
Al demostrar su apoyo para que Salomón Chertorivski, hoy diputado federal, para que represente a MC en las elecciones de 2024, afirmó que Ciudad de México tiene un “gran líder, Salomón”.
Uno más que se apunta y levanta el dedo para ser tomado en cuenta.
Curiosamente, el legislador emecista detallo solamente tres aspectos que regirían su gobierno en caso de que obtenga los votos.
“A esta ciudad le urge que todos los chilangos recibamos agua de manera sostenible y sustentable. Tener mejores políticas ambientales, cuidar el aire y mejorar la recolección de residuos sólidos; tener una mejor planeación urbana y de movilidad.
“En el Movimiento Chilango sabemos qué hacer y cómo, por eso saldremos a luchar por el poder en 2024 y cambiar la realidad de la Ciudad de México”.
No habló de la violencia e inseguridad; de la presencia de miembros de los cárteles, del narcomenudeo que se orina en Tepito y se replica por toda la ciudad; del alarmante crecimiento de las extorsiones y el cobro de piso y del desempleo que ha fortalecido el ambulantaje.
Por consiguiente, no se observa un proyecto de gobierno sino la intención de hacer algo, sin llegar a compromisos de temas sensibles.
Lo que sin duda deja sembrada la semilla de la incertidumbre política, es la afirmación de que pocos imaginan que Movimiento Ciudadano ganará la Presidencia de la República y el gobierno de la Ciudad de México.
Poque tiene razón: es inimaginable.
A su llamada tercera vía todavía le faltan muchos kilómetros para que ruede y cause estruendo.
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