El final se acerca y el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no intervendrá públicamente en la administración de su sucesor y que no teme que lo puedan perseguir judicialmente pues tiene la conciencia tranquila y se quedará a vivir en el sureste del país, en respuesta a la afirmación de la senadora panista Lilly Téllez que de ganar las elecciones presidenciales va a meter a la cárcel al presidente López Obrador por lo que considera ha sido una mala gestión en el país.
El proceso de sucesión presidencial ha comenzado de manera oficial y al menos seis de las llamadas “corcholatas”, término que acuña el presidente a los aspirantes de su gobierno a sucederlo, se han apuntado a la competencia de Morena por la candidatura presidencial.
“Solo comentarles que pues yo me voy a retirar. Creo que, entre otras cosas, lo que ha sucedido después de los cambios es que el que sale se queda con la nostalgia de seguir mandando y se olvidan de que uno tiene su oportunidad, su tiempo, y por eso hay problemas. En el PRI había la disciplina de que terminaban y se callaban.
“En el caso del PAN pues no dejan de hablar ni Calderón ni Fox. Yo no voy hablar nada; voy a jubilarme por completo. Me voy a ir muy tranquilo con mi conciencia que eso es lo más importante. Y acerca de que me puedan perseguir pues tampoco porque no me voy a ir del país y ya todo mundo va a saber dónde voy a estar, que me van a perseguir ahí los voy a esperar”, comentó el jefe del Ejecutivo federal.
En una revisión de su carrera política, el presidente de la República comentó que en Tabasco, cuando comenzaba como activista le intentaron fincar diversos delitos por bloquear los pozos petroleros.
En diversas ocasiones, el mandatario federal ha asegurado que a partir del 30 de septiembre se jubilará de la vida pública por lo que se aislará en su finca “La Chingada” en Palenque, Chiapas.
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