Obsoleto, el Formato de Campañas

 

ARGENTUM

 

Más allá de la frase “El triunfo estaba cantado”, hay que fijarse en los siguientes aspectos.

 

La mayoría de las encuestas daban por hecho el triunfo de la candidata morenista Delfina Gómez; solo que por convenio destacaban una ventaja ficticia, más alta que la real. El amplio margen publicitado por las encuestadoras creó la percepción de que a Delfina nada la bajaba del triunfo. Creó desánimo en los electores que podrían haber votado por Alejandra. Por su parte, Alejandra del Moral afirmaba que iba en ascenso colocándose muy cerca de la maestra, pero no lo demostraba. 

 

Además, se cuela un comentario importante mencionado por un columnista: Alejandra se autonombró opositora. Se trataba de una elección estatal, no federal. Si bien es cierto que Morena está en el poder federal, el gobierno estatal es emanado del PRI. Error táctico fue colocarse como opositora.

 

Realmente, la maestra desde el inicio de las campañas estuvo colocada en mejor posición que su contrincante, por el margen que haya sido. Las campañas fueron diferentes una de otra. En ambas no hubo propuestas creíbles y realizables. Los temas de competencia estatal no fueron abordados con el conocimiento y la profundidad que los electores deseaban.

 

Quedó al descubierto el gran abstencionismo que se presentó. Lo que significa que el INE debe mejorar sus programas para que motiven verdaderamente a los ciudadanos, que cívicamente se sientan más comprometidos a decidir las elecciones con su voto. Si la gente no acude a votar es porque no tiene conciencia de su responsabilidad como elector, y hay que creársela. Es responsabilidad del INE pero también de los partidos políticos.

 

Queda demostrado también que, con el falso argumento que no les gusta la política, los ciudadanos adoptan una actitud contemplativa haciendo a un lado la responsabilidad de, al menos, elegir a sus gobernantes.

 

Cabe agregar que las posibilidades de algún fraude electoral se reducen cuando la votación es copiosa. El fraude electoral no es genérico, se da en un número determinado de casillas, principalmente las menos vigiladas o donde no hay representantes de la oposición. Claro, la otra alternativa es que todos los de la casilla acepten el soborno y den cuenta de otros números.

 

Por otra parte, el formato de campaña que actualmente utilizan todos los partidos políticos es obsoleto, no motiva, no convence. El modelo de campaña es una herencia del PRI cuando tenía todo el poder y no importaban tanto los números de las boletas en las urnas; los resultados se pactaban con los partidos políticos días antes del domingo de la elección.

 

A la gente le resulta ofensivo el gasto que se hace en las campañas electorales. Además, se hace sin ningún plan. Menos aun cuando todos los candidatos hacen lo mismo. El votante termina votando por el de su elección, no necesariamente por el que le regale cosas de mayor valor.

 

En el caso del Estado de México, las campañas se distinguieron por las acusaciones mutuas. Se confundieron los deseos con las propuestas. Sin embargo, los electores nunca apartaron la vista de la candidata de su preferencia. Es decir, los mexiquenses votaron por el cambio, pero de partido. No se detuvieron a pensar quien de las dos mujeres podría tener mayores capacidades para gobernar; querían que el PRI perdiera, y lo lograron

 

El voto del Estado de México fue un tanto emocional. Es ese que poco indaga en el fondo y prefiere los atajos mentales. El que va dirigido no a que la conducción política mejore, sino a quitarle el poder a quien lo ha detentado mucho tiempo pero que no ha asumido una actitud paternalista como es el caso de los líderes perpetuos de los sindicatos, que duran toda una vida como líderes.

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