Los Dados de Dios
NIDIA MARIN
Triste, pero cierto. En México 3.2 millones de niños, niñas y adolescentes (NNA), 11.5% de la población total de 5 a 17 años trabajan., de los cuales 2 millones lo hacen en ocupación no permitida y 1.2 millones realizan quehaceres domésticos en condición es inadecuadas.
Así lo señala el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, en un trabajo de su sección Temas Estratégicos, en el cual expone que mayoritariamente son varones que habitan en poblaciones rurales y lo hacen en el sector agropecuario.
Además, 644,658 no asisten a la escuela; 73 mil tienen la edad reglamentaria para educación primaria y secundaria.
Y como si no fuera suficiente las niñas se desempeñan principalmente en el sector servicios.
Hay más cifras: 463 mil realizan actividades peligrosas y trabajan más de 36 horas a la semana; 42.86% recibe un salario mínimo o menos; 25.44% no recibe pago; dos niños por cada niña no reciben ingresos o reciben hasta un salario mínimo; cuatro niños por cada niña reciben de uno a dos salarios mínimos; 12 niños por cada niña perciben más de dos salarios mínimos.
Oaxaca tiene el porcentaje más alto; en números absolutos lo superan Puebla y Estado de México. Chiapas, Veracruz, Michoacán, Jalisco y Guanajuato registraron más de 100 mil. Asimismo, 406 mil de los que realizan condiciones inadecuadas no asisten a la escuela y de ellos la mayoría son mujeres.
Estas cifras son contrastantes, porque hace 9 años en otro trabajo realizado por el INEE se dijo que en México cerca de 800 mil niños y niñas de entre 5 y 17 años de edad trabajaban jornadas de 35 y más horas a la semana y la mitad de ellos no asiste a la escuela. Sí el trabajo infantil es una realidad a la que no se le ha puesto la suficiente atención.
Sí, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) posteriormente lanzó la alerta después de que la Organización Internacional del Trabajo decidió establecer un día internacional para estos niños (Día Internacional del Trabajo Infantil), según explicó en su momento con el propósito de dar a conocer el alcance del problema y promover iniciativas para resolverlo.
La intención fue resolver o reducir el problema, para lo cual era y es fundamental la participación de los gobiernos, las empresas, los sindicatos y la sociedad civil.
En México no se ha hecho mucho en esa materia, sobre todo en el actual sexenio, ya que el programa (de acuerdo a la OIT) incluye a todas las personas de entre 5 y 17 años que, durante un determinado lapso, realizaron algún tipo de actividad productiva (remunerada o no) o algún tipo de trabajo doméstico no remunerado y tenían una edad por debajo de la legal para hacerlo.
“El trabajo infantil está tipificado en la Ley Federal del Trabajo, misma que fue recientemente reformada para elevar la edad mínima de acceso al trabajo de 14 a 15 años, para armonizarla con el acuerdo 138 que suscribió México con la Conferencia General de la OIT. Este acuerdo se ratificó en 2015 y entrará en vigor en junio de 2016”, se dijo.
Es interesante (y desde luego muy triste) saber que en México los niños que trabajan laboran en: la Construcción, Industria manufacturera, Servicios y Comercio Agropecuario.
También lo es conocer que el 50.1 por ciento recibe salario, mientras que al resto no les pagan.
¿Y POR QUÉ
TRABAJAN?
En la mencionada institución mexicana (el INEE), en aquel tiempo llevaron a cabo encuestas sobre el por qué trabajaban los niños. Los resultados fueron: Para pagar su escuela y/o sus propios gastos; porque en el hogar necesitan su trabajo; por gusto o sólo por ayudar; para aprender un oficio; y porque en su casa requerían la aportación económica.
Sin embargo, los expertos aseguran que el trabajo infantil obstaculiza y frena el ejercicio del derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes porque:
- Les impide ir a la escuela
- Los obliga a combinar sus estudios con largas jornadas de trabajo
- Provoca que se retrasen o abandonen su trayectoria escolar
Efectivamente, porque cuando un niño o niña trabaja, explican los expertos de la OIT, “su rendimiento escolar puede disminuir o incrementar el ausentismo, lo cual los lleva, en última instancia, a un abandono escolar permanente”.
De ahí que también se considere que el trabajo infantil “es una de las condiciones que debe resolver el Estado para cumplir con el derecho de todos a una educación de calidad”.
El INEE consideró en 2014: “Es necesario que las políticas se orienten a prevenir y a suprimir el trabajo infantil; y atiendan, al mismo tiempo, las causas y no solamente sus efectos”.
Por cierto, los estudiosos dicen que tanto la OIT como la normatividad de México establecen “que los menores de 15 años no deben trabajar, mientras que los de 16 a 18 años sólo pueden hacerlo en periodos máximos de seis horas a la semana en condiciones que no pongan en riesgo su salud física, mental y emocional”.
En la investigación realizada en México en aquel entonces, se determinó que las zonas de atracción o estados de destino eran: Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja California Sur, Tamaulipas, Nuevo León, Colima, Campeche, Morelos y la Comarca Lagunera que abarca parte de los estados de Durango y Coahuila.
Asimismo, las zonas mixtas o estados intermedios eran: Veracruz, Puebla, Hidalgo, Chihuahua, San Luis Potosí, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Nayarit, Durango, Tabasco y Chiapas.
Y las zonas de expulsión o estados de origen eran: Guerrero y Oaxaca en tres áreas: la Mixteca (que abarca porciones de los estados de Oaxaca, Guerrero y Puebla), la Meseta Tarasca (Michoacán) y el llamado Filo Mayor de la Sierra de Guerrero.
Además, también descubrieron en aquel trabajo que 46 447 niños recibían el servicio educativo en escuelas generales, indígenas y comunitarias a cargo del Programa de Inclusión y Equidad Educativa (PIEE) antes Pronim1 de la SEP, y del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE).” Hoy lo desconocemos.
LLAMADO A LOS
GOBIERNOS
Ayer 12 de junio se celebró en el mundo el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil y se hizo un llamado para que se invierta más en los sistemas y planes de protección social, a fin de establecer pisos de protección social sólidos y proteger a los niños contra el trabajo infantil.
En diversos países han avanzado en la materia explicaron en los organismos internacionales. Aunque se registró un estancamiento entre 2016-2020, pero en la actualidad 160 millones de niños están en situación de trabajo infantil, lo que representaba uno de cada 10 niños en todo el mundo. Algunos de ellos con tan solo 5 años de edad.
Se dijo:
“Los sistemas gubernamentales de protección social son esenciales para luchar contra la pobreza y la vulnerabilidad, así como para prevenir y eliminar el trabajo infantil. La protección social es tanto un derecho humano como una potente herramienta política para evitar que las familias recurran al trabajo infantil en tiempos de crisis. Sin embargo, en 2020 y antes de la crisis de COVID-19, únicamente el 46,9 por ciento de la población mundial se beneficiaba de forma efectiva de al menos una prestación social, mientras que el 53,1 por ciento restante —más 4.100 millones de personas— no gozaban de protección alguna. En el caso de los niños, la cobertura es aún más baja. Casi tres cuartas partes de los niños, 1.500 millones, carecen de protección social”.
Y concluía con el planteamiento:
“Un progreso significativo hacia la eliminación del trabajo infantil exige una mayor inversión en sistemas de protección social universal”.