* Coahuila: Desastre Evidente de Morena y EdoMex: Triunfo, Pero sin Solidez
*Evidente: Resultados Electorales Dejaron Insatisfechos a los Contendientes
*Hipótesis Hasta de la teoría de José Alfredo Jiménez, “De un Mundo Raro”
*Poco Lapso Para Recuperar en 2024, la Confianza Pérdida del Ciudadano
*Urgente que los Partidos se Abran a la Gente y Sean de Utilidad a la Sociedad
*Necesario Cobijar, Impulsar y Promover Liderazgos Frescos, Caras Nuevas
ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO
Para llegar al veinticuatro habría de pasar el filtro de las elecciones del Coahuila y Edomex, calificadas como preámbulo para la siguiente ronda, que por cierto resultaron siendo un ejercicio muy aleccionador para todos, tanto a los partidos políticos como a la sociedad en general.
Los procesos despertaron gran interés a nivel nacional, las circunstancias políticas desde hace tiempo han venido escalando en una abierta confrontación entre dos bandos, con un ambiente de polarización de alto nivel, así, cualquier acto o elección provoca un desmedido interés que trasciende lo local.
Es evidente que los resultados no dejan satisfechos a los contendientes, si bien es cierto que la joya de la corona era el Estado de México donde gana Morena, también lo es que la diferencia de ocho puntos porcentuales de ventaja en una elección con el cincuenta por ciento de abstención, no representa un indicador suficientemente sólido para la siguiente, máxime que en Coahuila el desastre fue evidente para ellos.
Por su parte, al bloque opositor que tenía la esperanza puesta en ganar la entidad mexiquense, dando por descontando un previsible y anunciado triunfo en Coahuila, el electorado les cobra la factura y, por ende, se encuentran obligados a llevar a cabo un profundo y objetivo proceso de autocrítica, con la rapidez que los tiempos exigen.
Por razones obvias, surgen muchas lecturas al respecto, los analistas se dan vuelo pintando escenarios, proyectando panoramas posibles e inclusive edificando elaboradas hipótesis fincadas en la teoría de José Alfredo Jiménez, en la canción “de un mundo raro”.
La realidad arroja una innegable verdad: el ciudadano ni quiere ni confía en los Partidos Políticos, les tiene aversión, no los soporta. Sin embargo, sabemos que son necesarios al constituir la base del sistema democrático electoral y, por lo tanto, el medio para el registro de candidaturas.
Han sido tantos los errores cometidos por los institutos políticos, que difícilmente en el poco lapso que resta para el proceso electoral del 2024, puedan recuperar la confianza pérdida, no obstante, tienen sobre sus hombros una responsabilidad que trasciende sus intereses partidistas, la reconstrucción institucional del país requiere una visión de Estado.
Con el objeto de superar las debilidades que acusan las organizaciones partidistas en la oposición, es indispensable por no decir, urgente, que se abran a los ciudadanos, que sean verdaderos instrumentos de utilidad a la sociedad, que retiren su apuesta de obtener solamente un voto derivado de quienes están en contra del actual régimen, ya se vio en Edomex, sino también, el de aquellos que desean un cambio de fondo, con propuesta y destino claro.
En virtud de ello, es menester cobijar, impulsar y promover liderazgos frescos, caras nuevas, de probada honestidad y congruencia, que los hay en todas las regiones del país, que arrope a quien sea el candidato opositor a la presidencia de la república, que motiven a los electores, que la gente se sienta tomada en cuenta, que haya identificación.
Esa es la verdadera alianza con la sociedad, el resto no deja de ser simplemente una línea discursiva, que termina en más de lo mismo.