Yo Campesino
• El ganso es presidente de todos, pero fabrica rivales entre quienes no lo aplaudimos
Miguel A. Rocha Valencia
Aunque no quiera, el mesías tropical es presidente de todos los mexicanos, pero cuando dice que quienes no le aplaudimos somos sus enemigos, es afirmar que todos los ciudadanos de la facción que insiste en representar, son nuestros rivales.
Es el ganso quien fabrica rivales y establece diferencias entre los mexicanos. Dice que sus enemigos son todos aquellos que no estamos conformes con los resultados de su Cuarta Transformación y que se expresa en números negativos en todas las materias, en las mentiras y estigmatizaciones que lanza todos los días desde su mañanera.
Quedó claro en el desayuno de la Libertad de Prensa a que fuimos convocados que el actual jefe del Ejecutivo no es nuestro enemigo, pero si estamos contra las difamaciones que lanza todos los días contra la mayor parte del gremio periodístico simplemente porque en noticias y comentarios hacemos notar sus yerros, especialmente mentiras, corruptelas, ineptitudes, complicidades y persecuciones contra quienes afirma son sus rivales.
Estamos inconformes por el estado que guardan las cosas en el país donde la corrupción no sede, los asesinatos se incrementan a niveles récord lo mismo que la escasez de medicamentos, deterioro de los servicios, aumento de la pobreza laboral y la violencia mientras la economía no repunta precisamente por las políticas públicas adoptadas por su régimen o, mejor dicho, dictadas por él desde Palacio Nacional.
Reiteramos que el presidente no es nuestro enemigo, pero no podemos aplaudir que hoy, 15 millones de mexicanos más no tengan acceso a la salud, que por “ahorros” para engordar programas sociales compra votos, hayan muerto más de 700 mil mexicanos por falta de adecuada atención o que ya sumen 157 mil los asesinados mientras las masacres suceden y se registran ejecuciones sumarias de militares.
Ahí en el convivio donde coincidimos diversas generaciones de periodistas “de verdad” y se invitó a que los cuatroteros acudieran a decir su verdad, pero se negaron. Hicimos un alto para la reflexión para lamentar nuestras pérdidas y carencias como seguro de vida, salarios dignos o precariedad laboral en que se encuentran cientos de reporteros derivado del desempleo privado y público.
Refrendamos nuestra decisión de continuar en la batalla, en mejorar nuestro desempeño pero sobre todo entender que lo que hoy sucede es pasajero y la etapa habrá de superarse con tesón y estudio. Hubo un llamado a regresar a los orígenes, a la “nota”, a la investigación que revela realidades y disminuir los géneros de opinión.
Aplaudimos a quienes ya se fueron como Ricardo Rocha y los periodistas asesinados; reiteramos nuestra solidaridad para con quienes en la lucha se enfrentan al poder del gobierno como los compañeros de Notimex o la autora de “El Rey del Cash”.
Pero también fue ocasión de un encuentro fraterno con jóvenes periodistas desconocidos para nosotros o la satisfacción de saludar a colegas de “aquellos tiempos” de brecha y compromiso con la información, del chacaleo real y la nota exclusiva donde las redes ni siquiera estaban en el imaginario colectivo.
Ahí saludamos a Julio, Abelardo, la querida Güera Ana Cristina, Paco, Esteban, Moy, Emilio, Héctor, Mercedes, Arturo, Rafael, Javier, Elena, Maxie, Miguel y tantos más con quienes compartimos no sólo ideas y experiencias idas y presentes sino también el compromiso de ejercer la libertad de Expresión siempre, todos los días sin importar la trinchera, grande o chica, todos al final somos periodistas.
Desde estas líneas mi felicitación y agradecimiento a Rafa Flores y a Javier Cerón por el esfuerzo, por la organización del evento exento de compromisos porque en esencia eso es lo que caracteriza a un periodista, la prevalencia de la verdad frente al interés personal, justamente al revés del político para quien primero es la conveniencia que el compromiso con la sociedad.
En hora buena y felicidades a todos por estar ahí, por escucharnos y estrecharnos las manos justo cuando México necesita periodistas que aún con sus necesidades sabemos qué es primero.