En 2013, China anunció la intención de iniciar el proyecto Nueva Ruta de la Seda (también conocido como Un cinturón, una ruta) con la intención de construir autopistas, vías férreas y marítimas que se extenderán desde el centro de China hasta el puerto de Rotterdam en Holanda, cruzando por Asia Central y Rusia. La construcción de esta ruta propuso un nuevo concepto en las relaciones internacionales, a partir del libre comercio entre naciones, con el fin de crear un orden basado en la prosperidad y la estabilidad.
El proyecto más ambicioso de China es visto por muchos como una iniciativa puramente económica y comercial que se centra en enormes proyectos de infraestructura, principalmente de transporte y energía: carreteras, puentes, gasoductos, puertos, ferrocarriles y centrales eléctricas. En 2021, el presidente chino, Xi Jinping, declaró que los proyectos de la iniciativa Un cinturón, una ruta ayudarían a sacar de la pobreza extrema a 7,6 millones de personas en todo el mundo para 2030.
En 2017 la iniciativa llegó a la región latinoamericana, cuando Panamá fue el primero que firmó el memorándum de la Franja y la Ruta de la Seda. Más tarde se sumaron Antigua y Barbuda, Barbados, Bolivia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Granada, Guyana, Jamaica, Perú, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. En 2022, Argentina se convirtió en el miembro número 21 del proyecto chino. Sputnik