¿Se Prepara un Golpe de Estado “Constitucional”? ¿Es la Tirada Para el 24?

A la Vuelta de la Esquina

 

IVÁN RUIZ FLORES

Y miles de mexicanos hoy se preguntan si deberán estar preparados para un golpe de estado “constitucional” como se pretende apodarlo, por lo que desde ahora revisan todo para evitar que resulten lesionados porque, evidentemente, no lo permitirían.

El riesgo está latente. Y por ello, están dispuestos a luchar contra viento y marea antes de que los responsabilicen de los sucesos por venir en el 2024 y para actuar contra las argucias que se argumentarán desde Palacio Nacional.

De ahí que la pregunta para los mexicanos es: ¿Cómo quiere pasar a la historia como los censurables mexicanos que avalan un “dictadorzuelo” o como un mexicano responsable que buscará impedir la perpetuidad en el poder del grupo actual encabezado por ya saben quién?

Sí, porque ya no se duda que en unos meses más iniciará el “trabajo” de los más corruptos militantes de color guinda para lograr chivos expiatorios que en otras partes del mundo se denominan “cabezas de turco”.

Efectivamente se trata de la socorrida práctica de achacar culpas a uno para eximir a otro.

Hoy, que los golpes de estado en su mayoría quedaron en el Siglo XX, hay un retorno en América Latina, vía la autocracia. El plumaje de México es de esos. 

Los expertos advierten, al referirse a la “crisis de la democracia” que existe actualmente:

“Se expresa en líderes que escapan a los controles democráticos que los llevaron al poder y en el comportamiento de las elites políticas que rayan en el autoritarismo. En esa línea nos preguntamos entonces: ¿estamos ante el fin del consenso democrático?”

Asì lo señalan Constanza Mazzina y Roberto Bavastro en su trabajo “América Latina: Entre la Democracia, la Autocracia y el fin del Consenso Democrático”.

Narran como desde 2006 la democracia ha perdido terreno en este continente, -pero también en otros en países- como en Hungría, Rusia, Nicaragua, Tailandia, Turquía, Polonia, Venezuela.

Pero otro libro ilustrativo al respecto es: “Como Mueren las Democracias”.De acuerdo a Jorge Arturo Jiménez Landín, de la Universidad de Colima (Redalyc) fue traducido al español en 2018 y en el mismo, los politólogos de la Universidad de Harvard Steven Levitsky y Daniel Ziblatt exponen como idea central que “la democracia funciona siempre que se apoya en dos normas: la tolerancia mutua y la contención institucional”.

Este investigador resalta: 

Hoy en día, las democracias no mueren por asaltos o golpes de Estado. Su debilitamiento comienza en las urnas, se fortalece con la descalificación de los oponentes y toca su punto más álgido con la transgresión y ocupación de las instituciones y organismos autónomos con personas leales al nuevo régimen, quienes deberán proteger y salvaguardar los intereses particulares en vez de ser el equilibrio y contrapeso del poder.

“¿Qué sucedería con un presidente sin autocontrol? ¿Con un presidente que cuestiona la función de los medios de comunicación? ¿Uno que minimiza a la oposición llamándola “rivales o adversarios políticos”, con alguien que utilice la justicia y las instituciones públicas para investigar y castigar actores políticos o proteger a sus colaboradores, o que utiliza el poder del estado para castigar empresas? Son preguntas que uno no puede dejar de formularse mientras recorre las páginas de este texto”.

Ya sabemos lo que ocurriría (decimos nosotros), porque está pasando en estos días después de los abusos del hombre que habita en Palacio Nacional, en contra de un empresario. Las trampas y porquerías políticas fueron la tónica usada por quien por desgracia gobierna nuestro país.

México, pues, lo vive en carne propia. Lo que se avecina, en síntesis, ya no son los golpes de estado de antaño, similar al de Victoriano Huerta contra Madero, no ahora se escribe otro tipo de agresión contra los mexicanos. 

Sí, pareciera que las asonadas pasaron a formar parte de la historia de otros siglos y, p ara nuestra desgracia, con el ingreso del actual gobierno en México, nuestro país es colocado en todo el mundo como ejemplo de la peor autocracia establecida.

Como dijera hace tiempo en su tesina Roberto Martínez Anzures, del Tec de Monterrey:

“México está cansado de los malos gobiernos. México está cansado de la hipocresía de los políticos y de la corrupción. México ha sido lastimado por sus gobernantes, pero siempre ha sabido volver a ponerse de pie. Este es el momento de que todos y cada uno de los mexicanos nos pongamos de pie y pongamos un alto a las conductas nocivas, dañinas y perjudiciales para nuestro desarrollo”.

¡Sí, estamos hartos!

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