POR CARLOS SAMAYOA
La abanderada de Morena actuó con dolo e ignoró las recomendaciones de regidores del Ayuntamiento de Texcoco para “humanizar” los sacrificios de caninos, y provocó la renuncia de militantes del PVEM, sus aliados electorales, ante el “perricidio”, según consta en documentos oficiales.
Mientras tanto, Alejandra del Moral se fortalece para convertirse en la primera mujer gobernadora del Edomex; exige a su adversaria que respete los resultados de los comicios del 4 de junio.
A 12 días de la elección del 4 de junio, la aliancista logró cruzar las preferencias electorales, y se ubica 3% por arriba de Delfina en las encuestas; va con todo.
Delfina Gómez, candidata de Morena a la gubernatura, consintió como presidenta municipal de Texcoco la masacre de más de tres mil perros callejeros, disfrazada de un programa de su gobierno denominado “Limpiemos Texcoco”.
Por cierto, que este asunto y los actos corrupción que ha perpetrado Delfina, como el desvío de 2 mil 300 millones de pesos al frente de la SEP, han provocado su debacle en la campaña, pues la candidata de la alianza Va por México, Alejandra del Moral, tocó el tema del asesinato de canes en el debate sin recibir respuesta alguna de su contrincante y responsable del “perricidio”. Por lo pronto la candidata de la coalición formada por el PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza, ha rebasado a su adversaria y va con todo, más fortalecida, para obtener la victoria el próximo 4 de junio y convertirse en la primera gobernadora del Estado de México, por lo que exigió a la aspirante guinda que acepte resultados de los comicios del domingo 4 de junio.
Así, este 12 de mayo Ale Del Moral rebasó a Delfina, y se colocó 3% arriba en las preferencias electorales, lo que la perfila para obtener la indiscutible y contundente victoria
Y es que la morenista cometió un crimen, pues pese a las recomendaciones de regidores que integraban entonces su Cabildo para “humanizar” los sacrificios de perros en el centro de control animal, se negó a atender las modificaciones al reglamento, y tras el asesinato de caninos, provocó la renuncia de algunos aliados políticos a su militancia en el PVEM.
Cabe hacer énfasis que la actitud de la entonces alcaldesa fue cómplice de la masacre, lo que provocó que apenas el 23 de abril pasado renunciaran Marlene Moreno y Eduardo Madrigal al Partido Verde Ecologista, lo que denunciaron en Facebook, alegando que al ser comparsas de Delfina, toleraron la masacre de los animales en condiciones “inhumanas”.
Señalaron que la campaña “Limpiemos Texcoco”, impulsada por la aspirante morenista, “fue falsa”, pues aunque se decía que iba a procurar el cuidado y protección animal, todo terminó convirtiéndose en una cacería de perros que se registró en el año de 2014.
En su momento Madrigal aseveró que los perros fueron asesinados con electrochoques, lo que les provoca una muerte muy dolorosa, y no solo eso, los cadáveres eran apilados en el antirrábico, para ser tirados posteriormente a la basura, sin ningún control sanitario, provocando además un problema de salud pública que nunca fue mitigado.
Pero la masacre de perros pudo ser prevenida, si Delfina hubiera atendido las recomendaciones de los regidores de su ayuntamiento, quienes como consta en el acta de la sesión 68 de Cabildo, revelaban la necesidad de implementar un reglamento del centro de control canino, que estaba adscrito a servicios públicos y no a salud, razón por la cual los sacrificios de animales se hacían de forma inhumana, con choques eléctricos.
La regidora Berenice López llevó el tema al Cabildo, y aunque solicitó modificaciones al reglamento y que el encargado del mismo fuera un médico veterinario titulado, no se cumplió.
Incluso, el propio reglamento que se proponía modificar, señalaba que los perros reincidentes, sin mediar explicación o condicionante alguna, debían ser sacrificados por el gobierno de Delfina.
Al final, la abanderada oficialista desoyó las propuestas de los regidores, y se confirmó la masacre de los tres mil perros, en un hecho sin precedentes que manchó la historia de Texcoco, con el consentimiento de Delfina.
