*Ahí Donde Nace un río, en los Salones Formados por las Profundas Cavidades
*Caminando de la Mano del Guía Luís Urbina, Entre Formaciones de Sales Calcáreas
*Entre las Estalactitas y Estalagmitas que son una tácita Decoración de Aquella Área
*Las 13 Salas con 13 Salones Bajo la Tierra son el Espectáculo Para los Visitantes
*Cumplirá 87 Años Como Parque Nacional así Decretado por Lázaro Cárdenas
*En una de sus Salas, en 1831 Porfirio Díaz Pasó Revista a sus Tropas
*Se Pueden ver, un León, una Nutria, una Pareja de Enamorados y la Suegra Observando
SUSANA VEGA LÓPEZ,
Enviada
PILCAYA, Gro.- Aquí habita la nutria de agua dulce, el tejón y el armadillo; aquí nace el río Amacuzac; aquí puedes caminar cuatro kilómetros por debajo de la tierra en cavidades que forman salones; aquí es una pieza perfecta donde la naturaleza moldea, a capricho, sus obras de arte: las Grutas de Cacahuamilpa.
Al adentrarte a este lugar se comienza a sentir un calor húmedo que nunca termina; parece que caminas de noche por una larga calle pavimentada que se ilumina conforme la gente avanza. Aquí descubres un sin número de figuras y formas de animales, plantas, personas, cosas.
Esta experiencia comienza con la ayuda del guía de turistas, Luis Urbina, quien da la bienvenida a la zona protegida Parque Nacional Grutas de Cacahuamilpa, ubicada en la zona norte del estado de Guerrero, municipio de Pilcaya.
Comenta que la gruta fue formada por un río subterráneo el cual se origina en los manantiales del Nevado de Toluca. “Por algún movimiento terrestre, este río pasa por debajo a 95 metros de grosor de roca” y afirma que a ese nivel se encuentran otras grutas, mismas que se pueden visitar de febrero a mayo para realizar una travesía que consiste en caminar y nadar a lo largo de 5 kilómetros 600 metros subterráneos. El tiempo en que se recorre es de 7 a 8 horas dentro de la cavidad.
El río que formó la gruta es el de San Jerónimo, con una distancia aproximada de 6 kilómetros 800 metros subterráneos. El tipo de piedra que se encuentra es la llamada caliza, la roca más compacta que existe.
Las Grutas, explica, constan de formaciones de sales calcáreas que crecen de dos a tres centímetros cada cincuenta años llamadas estalactitas y estalagmitas, nombre de origen griego que significa por goteo de gota.
Las que crecen de arriba hacia abajo se llaman estalactitas; las estalagmitas se forman de abajo hacia arriba y no se deben tocar porque se mueren. Cuando se juntan, forman muros de contención o columnas, precisó.
En total son 13 salas con 13 salones. El salón más pequeño tiene 15 metros del piso a la bóveda y un espesor de roca de 220 metros; es el más seguro del recorrido en caso de sismo. El más grande es el salón de la botella, con 87 metros de altura de piso a bóveda y un espesor de roca de 350 metros de grosor de roca. Es el que representa a las Grutas con su gran botella de 35 metros de alto por 30 de base. La formación más alta del recorrido es el árbol del tule con 40 metros de alto por 27 de base.
El recorrido consta de cuatro kilómetros: dos de entrada hasta el final y los mismos dos de regreso, pero “su extensión es más grande porque todavía no han encontrado la salida”, afirma.
Cuentan con un sistema de iluminación a lo largo del pasillo. Se recomienda no bajar de la banqueta porque se encuentran cables de alta tensión; no se deben tocar las formaciones; no se puede tener la luz encendida por mucho tiempo porque las formaciones se tornan opacas por el color verde cuando mueren. No se permite comer.
DATOS HISTÓRICOS
El Parque Nacional se decretó como tal el 23 de abril de 1936 por el entonces presidente Lázaro Cárdena del Río. Las primeras expediciones se realizaron en 1820 y se encontraron restos humanos, piezas arqueológicas y pinturas rupestres. Son casi mil 600 hectáreas; un sinfín de cavidades y grutas abiertas al público.
Aquí habitaron chontales y tlahuicas quienes conocían el lugar con el nombre de talachi, palabra náhuatl que significa lugar de adoratorio o la entrada al inframundo; un sitio donde se realizaban ceremonias.
En 1881 llegó Porfirio Díaz y pasó revista a todos sus soldados, por eso, una de sus salas se llama la Plaza de Armas.
Cacahuamilpa significa “lugar fértil para el sembradío del cacao o del cacahuate”. Sin embargo, también se traduce como «en la cementera de Cacao» puesto que estrictamente cacao proviene de la palabra náhuatl cacahuatl y cacahuate proviene de la palabra tlalcacahuatl.
Antes los recorridos se hacían con antorchas, candiles o velas sobre un piso de tierra húmeda, resbalosa. En aquel entonces, el dicho del lugar era: “el que no cae resbala y si no, lo empujan”.
LEONES, BOTELLAS, ENAMORADOS…
¡Y comienza a andar la imaginación para darle nombre a las formaciones rocosas! En el primer salón, Luis aluza en el suelo a lo que parece una gallina y recuerda que antes asemejaba un chivo o una cabra. Señala que la gente de la comunidad la mutiló y le “mochó” los cuernos, por lo que, ahora es una gallina. Al frente, un espárrago y más allá, un ahuehuete. Cuenta con 23 metros de altura del piso a la bóveda y un espesor de 50 metros de roca, refiere.
Al seguir, de espaldas, se aprecia el guardián de la gruta: un león. Más adelante, el salón de los enamorados porque hay una pareja de personas; enseguida, unos brujos de perfil: una mujer con la mano extendida y una protuberancia en la frente; detrás, su novio, (y señala las cabezas y los cuerpos “como si estuvieran jugando a las cebollitas o perreando”).
Luego, señala una mancha en la piedra que parece un pez y dice que “es Nemo”; a un costado se percibe un fantasma, “aunque los niños de ahora dicen que es Homero Simpson”, comenta.
Durante el camino, las gotitas de agua no dejan de caer y el calor se percibe más fuerte. Las figuras se continúan: un ratón (o una nutria); una pareja de enamorados; y aquí un efecto visual: con la luz de la linterna, la sombra de estos parece que se dan un abrazo y un beso; a un lado, una persona que, dicen, es la suegra observándolos, ¡y sí!
El siguiente salón tiene por nombre la Trompa de elefante porque así aparece la formación de la roca que resalta un gran colmillo; enseguida, una medusa de mar. Una estalactita colapsada parece un cocodrilo que fuera escalando. Tres estalagmitas representan una familia de peregrinos; enseguida, un guerrero azteca con su penacho en la frente, ojos y barba partida. También se ve un paladar gigante (con una pieza cariada, la muela del juicio y un colmillo); más allá, una calavera con búho en la cabeza.
MACARIO, JULIANCITO, Y
CAPERUCITA Y EL LOBO
Llegamos a la caverna donde se filmó una escena de la película Macario, protagonizada por Ignacio López Tarso en 1960. “aquí se pusieron cientos de velas y cada una representaba la vida de una persona. Cuando la vela llegaba a su final, una persona fallecía”. Y más allá, acostumbraba a comer su guajolote.
Escenas de las películas Juliancito y de Caperucita y el Lobo, con Manuel “Loco” Valdés también fueron filmadas allí, así como Viaje al Centro de la Tierra.
Después, El paso del águila, donde se aprecia a la estalagmita en forma de un águila con pico, cabeza, cuerpo y alas extendidas perfectamente delineadas, como si fuera a emprender el vuelo. Arriba, asemejan una cabra. Entonces, Luis bromea: “arriba las chivas del Guadalajara, ¡lo dice la madre naturaleza!, y abajo el América”. Las risas no se hacen esperar.
En el Salón del Negrito se vislumbra a un niño orando de rodillas “las niñas dicen que es El Principito; los niños dicen que es una foca jugando con una pelota cuadrada. Más allá un pensador de perfil, sentado con la mano en la barbilla; luego, un gorila cruzado de brazos.
El Salón de las Cortinas, con piedra que parece cristal, con un brillo muy especial y, enseguida, El Salón de los Tronos (se creía que era un cementerio). Las filtraciones de agua no cesan de caer y, nuevamente, bromea el guía: “si la gota es fría, es agua; si es caliente, es pipí de murciélago”.
También hay una pequeña peregrinación subiendo a un nacimiento. Llegamos al salón más repleto de estalactitas cubiertas de óxido ferroso y de cobre; también hay calcita. Se figura a una madre indígena cargando a su bebé en la espalda; un mamut o a Mani, la proa de un barco; una iguana.
En el Salón del Auditorio se adaptaron bancas, sanitarios y camerinos. Tiene capacidad para 430 personas. Se han presentado: Pavarotti, Andreas Bocelli, Placido Domingo, Alex Sintek, La Quinta Estación, Arjona y próximamente la Orquesta Filarmónica de Acapulco. Se han realizado prácticas de yoga, conciertos, bodas y fiesta de 15 años.
Más allá, un jorobado con ojo cuadrado que observa a dos chicas, de espaldas, lavando; el rostro de un viejito de perfil con tequila en mano; un temazcal u horno para hacer pan.
Llegamos al Salón del Pedregal del Muerto, donde se encuentran los restos de un explorador con su perro debajo de un montículo de piedras. Enfrente, las figuras de: un lobo aullando, una tortuga, la nariz de Pinocho, la luna en cuarto menguante (o una banana), el calendario azteca, el Papa de perfil (o la abuelita Sara García); un perro, un oso, y la cabeza de un delfín saliendo del agua.
El último salón es La Gloria (con figuras como la Virgen María, la Iglesia de Santa Prisca, una catrina de cuerpo completo) y El Infierno, poque se observan figuras como llamaradas; un dragón chino; y el diablo de perfil con cuernos de ternero.
Cabe señalar que existen más de 80 mil experiencias que maneja la empresa Civitatis a nivel mundial; en los 32 estados que conforman la República Mexicana cuentan con más de mil y tan sólo en la Ciudad de México existen más de 100 actividades por vivir, señaló Juan Ignacio Rosello, director de Civitatis México, quien informó que este viaje es uno de los preferidos de los turistas nacionales e internacionales.