La campaña para los comicios locales y regionales se desarrolla en clave nacional. Destacan las promesas de Pedro Sánchez, a quien el PP intenta erosionar por la presencia de exterroristas en las listas de la formación vasca EH Bildu, el arresto de una candidata de Vox por narcotráfico y la irrupción violenta de otro del PP en un campo de fútbol.
El 12 de mayo, justo cuando el presidente Pedro Sánchez se entrevistaba con Joe Biden en la Casa Blanca, comenzaba en España la campaña electoral de los comicios municipales y autonómicos, previstos para el día 28.
Si bien en este tipo de elecciones la lucha política a priori se restringe al ámbito local, desde la dirección de los partidos se ha asumido su lectura con una clave nacional que todo el mundo parece querer aprovechar. No en vano, la propia visita de Sánchez a Washington imbuye de prestigio al partido que representa, diana, por otra parte, de las críticas de la oposición. Tanto es así que en Washington los periodistas desplazados acabaron preguntando al presidente español por la inclusión de 44 candidatos de la formación independentista vasca EH Bildu con un pasado delictivo de pertenencia a la organización terrorista ETA.
Al día siguiente y ya en España, en su primera participación en un mitin de la campaña, Sánchez anunció que la ley del olvido oncológico, que busca acabar con la discriminación que sufren las personas que han superado un cáncer a la hora de contratar seguros y pedir préstamos bancarios, será una realidad en junio. Y 24 horas después, desde la localidad manchega de Puertollano, Sánchez lanzó otro anuncio en medio de las críticas dirigidas por la derecha en su afán de socavar las posibilidades de las candidaturas del PSOE.
En concreto, Sánchez anunció que todos los mayores de 65 años que vayan al cine los martes podrán comprar sus entradas al módico precio de dos euros cada una (en Madrid, el precio puede llegar hasta los 9,50). Y lo hizo luego de visitar los únicos multicines de Puertollano, abiertos desde los años 80. El plan será financiado por el Gobierno con diez millones de euros al año y contará con la colaboración de las principales asociaciones del sector cinematográfico.
El presidente busca movilizar a su electorado destacando los avances sociales de la izquierda frente a los recortes, dice, de la derecha. La iniciativa fue criticada por el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, quien señaló que las campañas no deben ser una sucesión de anuncios espectaculares. Pero el tema que le está sirviendo al PP para centrar el debate político es el suscitado en torno a las candidaturas de EH Bildu a los ayuntamientos del País Vasco, donde figuran hasta 44 ex miembros de ETA, toda vez que han saldado sus cuentas con la justicia.
El revuelo suscitado provocó que incluso se hablara de pedir la ilegalización de Bildu, como propuso la presidenta regional de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El 16 de mayo, siete candidatos de EH Bildu con delitos de sangre y pasado en ETA han anunciado mediante una carta publicada en el diario vasco Naiz que se retiran de las listas. «En ningún caso tomaremos el cargo de concejal», señalan los firmantes en su misiva, que dicen dirigirse «en primer lugar a las víctimas de ETA». Desde la formación EH Bildu, se reitera que «la decisión es de ellos».
A pesar de que Sánchez ha criticado severamente la inclusión de personas con condenas por vínculos con ETA en las listas de Bildu, el PP busca erosionar y dividir al PSOE con este tema, para así desincentivar a sus potenciales votantes más moderados. De resultas, toda una serie de líderes regionales socialistas, como Emiliano García-Page, en Castilla-La Mancha, o Javier Lambán, en Aragón, han subrayado su animadversión por EH Bildu, con quien el Gobierno busca acuerdos en el Parlamento para sacar adelante los presupuestos y determinadas leyes. Sputnik