NIDIA MARÍN
México, tras el paso del depredador, jamás será el mismo.
Mas tardaron en sacar a la luz el trabajo denominado “La Información Para Evaluar el Tren Maya en el Senado de la República” el pasado 16 de marzo, que desde Palacio Nacional hacer el anuncio de que se saldrán con la suya y destruirán la mayor parte de aquella selva.
Ya no importa quien se oponga. La obra seguirá adelante y, como ayer dijo el ego mayor, no esperaban encontrar tantos monumentos arqueológicos, que según él están siendo rescatados.
De acuerdo a Diego Prieto, (titular del INAH), descubrieron hasta 18 mil estructuras en el tramo 7, aparte de las halladas en el 6, por lo cual, para taparle el ojo al macho, en ambos ya trabajan más de 280 arqueólogos, antropólogos físicos, geólogos, antropólogos sociales y biólogos ambientales, que fueron reclutados.
Pero la arqueología no es fuerte del hombre del zócalo, su necedad sí, ante lo cual el tren pasará, en el tramo uno, casi 228 kilómetros por Palenque–Escárcega; en el tramo dos, aproximadamente 235 kilómetros Escárcega–Calkiní; en el tramo 3, casi 172 kilómetros Calkiní–Izamal; y en el tramo 4, aproximadamente 257 kilómetros Izamal–Cancún.
Por lo tanto, es también inconmensurable la destrucción de miles de especies de flora y fauna.
En el trabajo realizado por Cornelio Martínez López, investigador “C” adscrito a la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, menciona que ONU-Habitat había presentado en 2019 una línea base.
La primera dimensión es el enfoque económico, el cual el organismo de la ONU define como aquella basada “en la prosperidad compartida para el desarrollo de capacidades productivas por parte de la población que permitan la obtención de bienes materiales y colectivos”.
Además, engloba: “…el mayor incremento poblacional será en el estado de Yucatán, seguido de Quintana Roo. Con la creación del PTM (Proyecto Tren Maya) se pretende que la población ocupada formal se presente en Yucatán, Quintana Roo y Campeche. De esta manera, la entidad con mayor reducción de personas en pobreza será el estado de Quintana Roo y el mayor impacto económico ocurrirá en Yucatán, en segundo lugar, Quintana Roo y Tabasco.
También expone que la segunda dimensión aborda el enfoque turístico, en el cual se define que la prosperidad compartida ocurrirá en la relación “con la contribución de la actividad turística desde el ámbito global hacia el local”.
Asimismo, se explica que en el ámbito individual, se mide la variable de empleo en el sector turístico y se enfoca la información correspondiente al porcentaje de empleo ocupado en este sector, cuyo crecimiento será impactado con la implantación del TM (Tren Maya) según los objetivos del proyecto.
Resalta además que con la mencionada construcción se pretende impactar principalmente la demanda turística, sobre el cual el organismo de la ONU “estima que para 2025 la cifra de turistas sea de 3,870,386, mientras que el Gobierno Federal proyecta una meta de 4 millones de turistas en el año 2025”.
Los números exponen en el trabajo del Senado que presuntamente Campeche alcanzaría en 2035 la cifra de 2,285,836 millones de turistas; Chiapas llegaría a los 6,182,415; Quintana Roo, a los 22,062,707; Tabasco, lograría 2,177,676 y Yucatán 3,431.565. El total para el año meta será de 36,140,199 turistas de acuerdo a ONU-Habitat.
Sí, tal vez lo logre, pero a costa de las joyas arqueológicas de México.
La Selva Maya, de acuerdo con el trabajo realizado por el Bank aus Verantwortung para la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), señala que está compuesta “… de bosques tropicales que cubren un área extensa de Belize, la región del Petén en Guatemala y el sureste de México, sumando aproximadamente 300.000 km2”.
Conforme a dicho trabajo:
“Después de la selva amazónica, es el segundo más grande de los bosques tropicales de las Américas y alberga una extraordinaria diversidad de especies endémicas y en peligro de extinción, así como muy importantes sitios culturales. Además, genera ingresos de la producción de madera, productos no maderables y del turismo, y brinda importantes servicios ambientales, primeramente, la protección de cuencas estratégicas que suministran de agua a las poblaciones de la región y afuera de ella”.
Considera que la Selva Maya está expuesta a grandes presiones.
(Sí, una de éstas hoy es el trenecito del patrón).
“El principal desafío es proteger esta región en el largo plazo, a través de la protección y el uso sostenible de sus recursos. Belize se encuentra con tasas de deforestación de un nivel inferior a las observadas en México y Guatemala”, exponen.
“Los factores de riesgo se derivan del crecimiento demográfico, invasiones ilegales de tierras y los grupos de colonos cuyas formas de producción agrícola son muy intensivas en términos de uso de tierra”, advierten.
También precisan lo que ya estaba pasando:
“Las principales causas directas de la deforestación continua de la Selva Maya son las actividades ganaderas y agrícolas, que generan un cambio de uso de suelo. La presión de las actividades agropecuarias también aumenta la tensión social vinculada a invasiones en señal de propiedad y conflictos de uso de tierra. También la tala ilegal y el uso insostenible de árboles y plantas, así como la caza furtiva continúan siendo amenazas serias para la conservación de la región”.
Hoy, todo indica, la problemática será peor y el tipo sentado en la Silla del Águila se saldrá con la suya.
México, tras el paso del depredador, jamás será el mismo, sobre todo en sus recursos y en los desastres en las diversas instituciones.