Sobre “Alas y Raíces”, con los Niños y la Tercera Edad, Allá en el Centro Nacional de las Artes

 

*Un día Inolvidable Entre las Vendimias de Esquites, Tlayudas, Tostadas y Demás

*Y en una de las Carpas los Cuentacuentos Captaron la Atención de los Presentes

*Recorrer las Maravillas del Cenart es Llenar el Espíritu del Alma de Grandes Mexicanos

*Irma Ortega, Mencionó que se Realizan más de 300 Actividades al año, ¡y van por más!

SUSANA VEGA LÓPEZ

Disfrutar de una buena obra de teatro; escuchar música en vivo interpretada por grandes maestros; admirar una pintura o una escultura; emocionarte al ver el movimiento de los cuerpos que expresan diferentes sentimientos a través de la danza, son actividades que se viven el Centro Nacional de las Artes ubicado en Río Churubusco y Calzada de Tlalpan, en la Ciudad de México, en cualquier día.

El pasado fin de mes, con motivo del “Día del Niño”, este sitio presentó una cartelera espectacular con el programa de “Alas y Raíces” y su Festival Revuelo Trotamundos, que incluyó talleres de teatro y fotografía; narraciones con cuentacuentos profesionales; proyecciones de cortometrajes, y diferentes funciones que disfrutaron personas de todas las edades; no sólo los niños pues adultos de la tercera edad se mostraron incansables con tanto qué ver.

“Alas y Raíces”, un programa de la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil, de la Secretaría de Cultura federal, agasajó a los visitantes, en especial, a bebés, niños y jóvenes quienes participaron y fueron motivados a echar a volar su imaginación durante diversos talleres.

Así, de pronto, una niña comenzó a correr por el pasto “volando” un papalote al tiempo que cantaba y, de pronto, bailaba alegremente; otra más, disfrazada con un vestido de Merlina, jugaba con un muñeco de papel que ella misma pintó; por allá, un pequeño pintaba un universo.

Al filo de las cuatro de la tarde de ese domingo 30 de abril, el argentino Luis Pascetti, músico terapeuta, hizo cantar a la audiencia; algunos sólo fueron a verlo y, después, se dirigieron al área de comida, donde las vendimias de esquites, tlayudas, tostadas, tacos (de cecina, bisteck, de guisados varios), tacos al pastor, tortas, cemitas, aguas de sabor, café, té, paletas, helados y crepas, estuvieron al máximo.

A lo largo del Cenart se pusieron carpas donde se realizaron juegos diversos; los cuentacuentos captaron la atención de los presentes; los títeres hicieron pensar, reflexionar y reír a los espectadores, y para cerrar con broche de oro se escuchó una ópera clown con la participación de la Orquesta Iberoamericana.

Al caminar por el Cenart -que cuenta con 12 hectáreas de extensión- es impresionante ver la variedad de estilos arquitectónicos en los edificios construidos por reconocidos arquitectos como Ricardo Legorreta (autor del proyecto de El Papalote Museo del Niño y del hotel Camino Real Polanco, por citar dos de sus obras); Teodoro González (Museo Rufino Tamayo y Reforma 222); Enrique Norten (el primero en integrar la tecnología avanzada y la sustentabilidad en la arquitectura como lo demuestra en el edificio Mercedes House, en Nueva York y el Museo Elevado de Villahermosa, Tabasco); Javier Sordo Madaleno (Centro Comercial Artz Pedregal y Hotel Presidente Intercontinental), así como Luis Vicente Flores, Javier Calleja y Alfonso López Baz; todos, con obras en el extranjero.

Aquí hay escuelas como la Escuela Nacional de Música; la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”; la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea; el Centro de Capacitación Cinematográfica y, la Escuela Nacional de Arte Teatral. También tiene un aula magna, galerías, plazas, tiendas y una extensa área verde.

Resalta una redonda torre morada y un edificio triangular de color naranja. Más allá el Pabellón Circense; el Auditorio Blas Galindo; la Plaza de la Música; el Teatro de las Artes; el Aula Magna José Vasconcelos; la Plaza de las Artes; el Teatro Raúl Flores Canelo; el Foro de las Artes; la Plaza Ricardo Legorreta; la Plaza de la Danza; el Foro Experimental Black Box; el Foro Antonio López Mancera y, el Teatro Salvador Novo.

Pero allí no termina. También está la Biblioteca de las Artes, una librería, un centro multimedia, espejos de agua, un salón de ensayos, varios salones de usos múltiples, baños limpios, rampas, y estacionamiento techado.

Muy importante, mencionar el área de dirección e investigación del Cenart que se ubica en la torre morada. Al recorrer los largos pasillos cubiertos y al aire libre, uno se sorprende al ver el ir y venir de personas que se apresuran para llegar a su destino y no perder la oportunidad de presenciar tal o cual actividad que se presenta en espacios alternativos. En los días de escuela, los estudiantes de danza resaltan por su indumentaria.

Además, se encuentran las instalaciones de Canal 22; los Estudios Churubusco y una sala de cine para todo público.

HISTORIA

El Cenart fue creado en 1994 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura) para que en un mismo espacio se concentraran escuelas profesionales y centros de investigación artística de distintas disciplinas de las bellas artes.

El objetivo fue consolidar un espacio de referencia nacional e internacional para el desarrollo y disfrute de actividades artísticas y formativas de excelencia, al servicio de estudiantes, docentes, investigadores, creadores, ejecutantes, públicos y de la sociedad en general. Así lo señaló, a Misión Política la directora de difusión y desarrollo de Públicos del Cenart, Irma Ortega.

Recordó que la misión de este Centro es generar e impulsar nuevos enfoques y modelos para la educación, la investigación y la difusión de las artes, con énfasis en las expresiones y debates actuales; la interdisciplina artística y la vinculación del arte con la conciencia y la tecnología.

Precisó que en este sitio se realizan más de 300 actividades al año, ¡y van por más! pues, adelantó, se encuentra en planes que los turistas lleguen al Cenart para que lo conozcan, vivan un recorrido por el lugar e, incluso, asistan a alguna de las obras que estén en cartelera.

Realmente entregada a su trabajo, no le importa laborar en días de asueto. Para ella no hay descanso porque son muchos los quehaceres en el mundo cultural que, dicho sea de paso, se nota a todas vistas que le fascina; de allí que sus tareas las disfruta, y se preocupa porque la gente llegue y aproveche las instalaciones por lo que, aseguró, es muy importante la difusión.

Finalmente dijo que aquí también se promueven y estimulan espacios de confluencia para la formación, la creación, la vida profesional y el desarrollo de públicos a través de múltiples canales de cooperación académica y artística.

Ahora, se encuentran en temporada varias obras -con costo- como la que se presenta en el Teatro de las Artes del 29 de abril al 11 de junio; una puesta en escena de Jorge A. Vargas y Luis de Tavira, Matteo Ricci, donde las vicisitudes que pasa este misionero jesuita (1552-1610) se adaptan o evocan a lo sucedió con los jesuitas asesinados recientemente en la Tarahumara.

También está, en el teatro Salvador Novo, hasta el 14 de mayo, Persona, una puesta de Gutemberg Brito quien afirma que “quien ha tocado aunque sea un poco el infierno (de manera emocional o sicológica) regresa indiscutiblemente de otra forma, distinto; retorna más humano”.

Entre las ventajas de vivir en la Ciudad de México es que en un solo lugar puedes ver, aprender, ser parte de y/o participar ya sea en una obra de teatro, de cine, de danza, pintura o escultura.

¿Te gusta el teatro, la danza, la música, las artes plásticas, el cine? ¿Qué esperas?, ¡visita el Cenart porque allí se estimulan y promueven las bellas artes!

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