El presidente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés Mendoza, acusó el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de pisotear al Congreso de la Unión, toda vez que los senadores del partido en el poder, aprobaron dictámenes sin leerlos, sin discutirlos y violando el proceso legislativo.
Dijo que el presidente Andrés Manuel López Obrador exhibió su autoritarismo para anular la división de poderes y convirtió a sus senadores en lacayos descarados que sólo saben cumplir sus órdenes, pisoteando así al Congreso.
El dirigente condenó que el presidente mostró su desprecio profundo a la Constitución, al relegar a los Poderes de la Unión, esta vez el Legislativo, y ordenar aprobar con una mayoría simple y de manera exprés reformas que necesitaban el aval de todas las fuerzas políticas y sobre todo el conocimiento de la sociedad.
“Una característica de los regímenes autoritarios es reformar las leyes al gusto del dictador, incluso pasando por encima de la Constitución, como se hace en este gobierno. López Obrador quiere un México sin transparencia, sin división de poderes ni rendición de cuentas y muestra un apetito exacerbado de acabar con quien se atreve a pensar distinto; vivimos una regresión democrática”, lamentó el panista.
El líder del blanquiazul reiteró que su grupo parlamentario habrá de impugnar ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) el desaseado proceso legislativo mediante el cual la mayoría bruta aprobó leyes de manera ilegal.
Destacó que la desaparición de la Financiera Rural y del INSABI tienen por objeto encubrir la corrupción de la cúpula y fomentar la corrupción como herramienta política para sostener el gobierno; anular las funciones del INAI indica que los ataques a la corrupción son simple propaganda política mientras la cúpula del gobierno roba a manos llenas.
Por todo este atropello del gobierno y de Morena, Marko Cortés expresó que la sociedad debe jugar un papel más activo para frenar la destrucción que provoca el gobierno de López Obrador. “Reconstruir el país, volver al Estado de derecho y cambiar el rumbo son tareas urgentes”.
“Las tareas por venir son de proporciones gigantescas y yo exhortó a la ciudadanía a mantenerse atenta y activa. Solamente la sociedad y partidos opositores podemos construir un nuevo sistema político. Nadie quiere volver a lo que había en 2018, pero tampoco podemos seguir por la ruta de la destrucción, la propaganda y la mentira como forma de gobierno, y la confrontación y la polarización como signos de vida”, dijo.
Advirtió que lamentablemente los días por venir serán más negros. “El gobierno gasta más de lo que obtiene, tira el dinero en obras sin beneficio social o económico, deteriora la calidad de la educación básica y destruye el sistema de salud, por lo que hizo un llamado a la sociedad para que en el 2024 haga un cambio en México”.
Por su parte, el grupo parlamentario del PRI en el Senado de la República, ratificó su disposición al diálogo, la negociación, y la construcción de acuerdos, tal y como lo ha demandado el coordinador de los morenistas, Ricardo Monreal Ávila, sin que eso signifique debilidad del tricolor, ni que se acepte violaciones a la constitución.
Advierten que no hay nada es más importante que México, y que en el PRI, a pesar de la violencia legislativa llevada a cabo por el bloque oficialista, el tricolor reiteró que las reformas que beneficien a México deben ser discutidas y aprobadas.
“Así, reiteramos nuestra voluntad para construir acuerdos políticos que permitan legislar a favor de México (…) el buscar acuerdos y ofrecer diálogo, no es un signo de debilidad de la bancada del PRI, porque no vamos a permitir que se violenten la ley y la Constitución”.
El partido del PRI en el Senado indicó que todas aquellas propuestas, iniciativas, e incluso ideas que dañen a los mexicanos, “las vamos a combatir con todas las herramientas legales y políticas a nuestro alcance”.
Por último, indicaron que México merece que todos sus actores políticos construyan a su favor, no merece que el bloque oficial se convierta en una oficialía de partes que apruebe sin reflexión alguna todo lo que provenga del ejecutivo.
