*Es el Desierto y las Zonas Semiáridas en el Estado de San Luís Potosí
*Ideal Como Escenario Para Películas, Este Sitio Encanta por ser Distinto
*Los Infante, Aquellos que Instalaron la Sexta Imprenta de la Nueva España
*Con Samanta, una Caballista que Cumplió 15 Años, su Cabalgata y Fiesta
*Y el Pastel con unas Botas de Madera como Decoración Principal
SUSANA VEGA LÓPEZ,
Enviada
ARMADILLO DE LOS INFANTE, San Luis Potosí.- Aquí abundan las palmeras, los mezquites y los huizaches con sus ramas espinosas, árboles característicos de las zonas áridas y semiáridas, que adornan el paisaje contrastante con los colores grisáceos del suelo seco, el verde de las plantas, el azul del cielo y las blancas nubes.
En medio del desierto, salen, de pronto, correcaminos; la tierra se aprecia dura, como piedra; el camino, siempre pavimentado, con letreros que avisan del “guardaganado”, unos tubos con cierta separación para que las reses no atraviesen el área so pena de caer atrapadas.
Al entrar a Armadillo de los Infante, uno de los 58 municipios de San Luis Potosí, se aprecia una comunidad limpia, con sus bardas de cantera; calles empedradas y faroles que escoltan el camino. Las casas, con sus fachadas que parecieran recién pintadas, puestos fijos y semifijos de comida y artesanías, dan la bienvenida.
La Parroquia de la Purísima Concepción y, junto, la casa parroquial que exhibe un mapa donde se localizan las más de 30 comunidades con que cuentan la capilla; un dato muy importante que revela que, por lo menos, se hacen dos fiestas al mes para honrar al santo patrono. ¡Y vaya que son grandes celebraciones!
Un joven vende galletas y panes en el patio de la casa parroquial; en la calle, otro, ofrece paletas y nieves de 5 y 10 pesos; más allá dos mujeres muestran molcajetes y metates de piedra de todos los tamaños que se compran a partir de 25 pesos. Adelante, la venta de elotes y esquites.
Hay movimiento de personas que van y vienen, que trabajan para que la calle paralela esté lista para el rodaje de “Pedro Páramo”. Las bardas se pintan de color sepia; se colocan falsas puertas de madera; ventanas, pozos. Y es que el pueblo es ideal para la fotografía, para tenerlo como escenario.
Aquí se encuentra la casa donde se instaló la primera imprenta de San Luis Potosí. En una placa se lee que los primeros Infante posiblemente llegaron hacia el año 1650; que fue, sin embargo, hasta los primeros años del siglo XIX cuando los hermanos Infante trajeron a Armadillo lo que sería la primera imprenta del territorio potosino y la sexta de la Nueva España. La familia de don Alejo Infante estaba formada por sus hijos José María, José Tomás y Trinidad, quienes fueron los primeros impresores y grabadores de la intendencia de San Luis Potosí.
José María y Trinidad hicieron ensayos e instalaron la primera imprenta que comenzó a funcionar en 1805. Ellos mismos construían los tipos, formaban las plantas o barras e imprimían a pulso nombres de personas para tarjetas o indicaciones, membretes y documentos de oficina o de iglesia.
Se cree que las imprentas de esa época se convirtieron en leña sin haberse guardado ninguna para la posteridad.
FIESTA DE 15 AÑOS
Entre los poblados del municipio Armadillo de los Infante se encuentra el Aguaje de los Castillo, un rancho a donde llegamos para asistir a una fiesta muy peculiar: los 15 años de Samanta, una joven que le apasiona montar a caballo.
La cita en la iglesia fue a las dos de la tarde, por lo que, minutos antes, partió de la casa de la festejada una troca (camioneta) con la banda musical abordo que tocó durante todo el camino; detrás, una cabalgata que encabezó la quinceañera y su papá con un cortejo de aproximadamente 30 caballos que los acompañó, ida y vuelta. La banda sólo dejó de tocar durante la misa.
Enseguida, la comida, donde esperaba otra banda y un grupo norteño que no paró de tocar ni siquiera para hacer un descanso. Las mesas lucían blancos manteles con adornos de jarros de barro en el centro: unos, con flores; otros, con dulces que los invitados se llevaron para el “recuerdo”.
Comenzaron a desfilar las bebidas: cervezas y “jarritos” (bebidas bien frías de tequila con refresco de toronja servidas en vasos escarchados con chilito y sal); luego, los platos con arroz, barbacoa de hoyo y asado de boda un menú tan delicioso que muchos se comieron dos y hasta tres platos.
Más tarde, abrieron el centro de dulces; un cuarto con mesas llenas de diferentes golosinas. Fue entonces que la gente formó una fila para pasar en orden y tomar los dulces de su preferencia. El pastel, en lugar de una muñequita simulando a la quinceañera, estuvo coronado con la figura de unas botas de madera.
A filo de las ocho de la noche, la gente se dirigió a una gran explanada donde los esperaba todo un equipo de música en vivo con grandes torres de sonido, una gran pantalla donde se proyectaron fotografías de la quinceañera y un camión con planta de luz.
A manera de vals tocaron canciones de banda que bailó la festejada con todos y todas quienes así lo quisieron. Llamó la atención que las mujeres lucieron sus vestidos de fiesta con botas vaqueras; los hombres más ataviados lucían camisas, chamarras y pantalones Ariat, los de moda. En cada momento (camino a la iglesia, afuera de esta, a la hora de la comida y en la fiesta misma) hombres sacaban sus pistolas que disparaban al aire.
SAN ISIDRO
EL LABRADOR
El 15 de mayo, día de San isidro el Labrador, es la fiesta del santo patrono del Rancho Aguaje de los Castillo, municipio de Armadillo de los Infante. Ese día se realiza una gran fiesta a donde comunidades aledañas y todo el pueblo asiste y se prepara pues comienza con una gran cabalgata acompañada de una banda musical que nunca deja de tocar.
Llegan familiares y amigos de Estados Unidos y Monterrey, en su mayoría para celebrar este festejo que se caracteriza porque las familias mandan a hacer sus “ceras”, figuras de cera que bien pueden ser réplicas de iglesias, templos, casas, de San Isidro, o lo que les dé su imaginación.
También se cocina barbacoa en hoyo, se prepara asado de boda, arroz, dulce de leche y capirotada; hacen tamales en hoja de maíz, mole rojo, menudo de res y otros guisos que ofrecen a cualquiera que pase frente a las casas que tienen sus puertas abiertas para recibir a quien así lo desee. Cabe señalar que cuando se “abre” el hoyo de la barbacoa sólo asisten hombres quienes prueban un taco para dar el visto bueno. Es una tradición.
Se hace la quema de pólvora, con toritos y castillos que la gente enciende en determinado momento. Los “cueteros” no dejan de tronar y aventar al aire sus fuegos pirotécnicos. Este día no falta el jaripeo, la monta de toros, las suertes con los caballos.
Ahora que es tan común la comunicación por celular sorprende que no haya señal; sólo internet para lo cual deberás comprar un “ticket” de 12 pesos que te dura cuatro horas.
Ya se piensa en una experiencia para que el turista viva estos momentos tan provincianos, tan mexicanos. ¿Te animarías?