Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Cuando lo solicitó, todo mundo exclamó: es uh hecho insólito.
En la historia del Poder Judicial de la Federación, argumentaban los abogados, jamás una ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación había solicitado un amparo para colocar un bozal en una de las instituciones educativas más prestigiadas de México y del Continente, además, del mundo: la UNAM.
La jueza federal Sandra de Jesús Zúñiga -subordinada por la jerarquía- concedió una suspensión definitiva para impedir que la UNAM difundiera avances o informara sobre el caso referente al presunto plagio de la ministra Yasmín Esquivel Mossa para titularse como abogada en 1987.
El argumento de la jueza Zúñiga se sustentó en que con las informaciones se podría generar un daño “irreparable” a la imagen de la ministra, al mismo tiempo que se dañaría su derecho a la presunción de inocencia.
La ministra celebró su triunfo… pírrico triunfo por lo que decidieron dos magistrados Vigésimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, quienes calificaron como improcedente y que la jueza no lo debió admitir a trámite, ya que la resolución del asunto, consideraron, no es de imposible reparación. La votación fue de 2 a 1.
Por lo tanto, la Universidad Nacional Autónoma de México ya no está impedida, legalmente, para dar a conocer públicamente su fallo oficial sobre si considera que la ministra plagió o no su trabajo de titulación en 1987, así como las sanciones a las que podría ser acreedora por el hecho.
La sentencia del Tribunal Colegiado le “cae como anillo al dedo” -para citar al anticlásico- a la UNAM porque, justamente, el rector Enrique Graue informó, al ser entrevistado en un programa de televisión, que la casa de estudios estaba lista para emitir un fallo después de casi cinco meses de que se conoció la acusación en contra de la ministra.
Y conforme a las palabras del rector, está listo para dar a conocer su fallo.
Al inicio de la semana, Graue informó no poder abundar en el tema porque lo tenía prohibido por el amparo concedido a la integrante de la SCJN.
“Estamos en espera de la decisión del Tribunal para que el fallo del Comité se dé a conocer.
Es posible que hoy mismo se conozca y las cosas se pongan color de hormiga para la, hasta ahora, señalada como plagiaria del trabajo de Edgar Ulises Báez.
¿Qué viene?
Si el Comité de Ética realizó su trabajo con esmero y profesionalismo, sin filias ni fobias, el resultado debe tener un castigo ejemplar.
Hay que recordar que con la reforma a la legislación universitaria, la institución está facultada para cancelar títulos, aunque en tratándose de plagios cometidos en el pasado, todavía queda la duda.
Sea cual fuere el resultado del análisis, el fallo no borrará la acción de la hoy ministra y tendrá que asumir una posición de dignidad. La única, en caso de que el fallo corrobore su plagio, es renunciar a su cargo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Su estancia, aunque sea exonerada de la imputación, afecta notablemente el prestigio de la Corte y conlleva a la pérdida de confianza por parte de los ciudadanos.
Sin amarrar navajas, el pasado martes al presentarse los posicionamientos de los 11 ministros para anular la transferencia de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa, hubo un intercambio de opiniones entre la ministra presidenta, Norma Piña Hernández y Esquivel Mossa. La tunda que recibió la protegida presidencial es digna de análisis jurídico.
Con el vocablo “no aplica…”, Piña exhibió a Mossa por su ignorancia y arrogancia para interpretar la Constitución, en específico el artículo 21.
Ya habrá oportunidad de conocer los sesudos análisis de los constitucionalistas. Por lo pronto, a doña Yasmín le cantaron a coro: Adiós amparo de mi vida…
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