*Nuevamente Quedó al Descubierto la Trata de Personas en la República
*Actos Perpetrados en la Principal vía de Comunicación del País y a Plena luz del día
*En Otras Latitudes Sería la Gota que Derrama el Vaso, Pero en México no
*Los Polleros Fueron Sustituidos por las Estructuras Confabuladas de los Carteles
*Son Protegidos con el Largo Velo de la Impunidad que Cubre al País
*Y Fueron Alertados Porque Ante Cientos de Víctimas Sólo Detuvieron a dos
*Se Demuestra que es Pésima la Actual Estrategia de Seguridad Pública
ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO
No fue posible ocultar lo que es un secreto a gritos, el control de los territorios y la diversificación de los delitos por la delincuencia organizada ha puesto en jaque al gobierno, desprestigiando al país frente a la comunidad internacional y deja clara evidencia de complicidad.
Ni siquiera habíamos asimilado la tragedia ocurrida en Ciudad Juárez, cuando ya se presentaba la denuncia de la desaparición de veintitrés personas provenientes de San Felipe, Gto., que viajaban en dos vehículos con rumbo a Saltillo, Coah., en las inmediaciones de Matehuala, S.L.P.
La noticia corrió como reguero de pólvora, provocando gran escándalo, se prendió un foco rojo obligando a las autoridades a una reacción casi inmediata, trasladándose a la zona del conflicto personal de seguridad tanto del orden federal como de la entidad de origen, con la finalidad de rastrear el área y dar con el paradero de los desaparecidos, que ya para entonces se sabía que eran migrantes.
Así, buscando a veintitrés personas, se localizaron a más de ciento veinte migrantes que estaban secuestrados por organizaciones criminales -¡qué paradoja!, ¡increíble!- y quedo nuevamente al descubierto la cruel actividad de trata y tráfico de personas, los abusos, el robo de sus ahorros destinados a cumplir el sueño americano, los rescates para liberarlos y la forma inhumana a que son sometidos.
Resulta revelador que ese tipo de actos delictivos difícilmente pueden pasar desapercibidos para las autoridades, máxime cuando son perpetrados en la principal vía de comunicación del país y a plena luz del día, en otras latitudes seria la gota que derrama el vaso, aquí seguramente lo catalogan como un hecho aislado.
Atrás quedaron los polleros, han sido desplazados por las estructuras organizadas de los carteles, los que se confabulan con las autoridades locales para hacer libremente de las suyas, se sienten -seguramente lo están- protegidos con el largo velo de la impunidad que ronda el país.
Es de destacar, que, ante el rescate de más de un centenar de personas, solamente haya dos detenidos, lo que hace suponer que fueron alertados sus compinches quienes se pusieron a buen resguardo, como dirían las malas lenguas, valores entendidos.
El problema radica en una pésima estrategia de seguridad pública, ni se combaten las causas como tampoco resultan eficaces las acciones para aminorar los efectos, las consecuencias de esa negligencia se están pagando con vidas, sufrimiento y menoscabo de las libertades.
Ha sido tanta la insistencia con voces calificadas pidiendo una rectificación en la estrategia de seguridad como la obstinación y la resistencia a hacerlo a pesar del evidente fracaso. Por dondequiera, en cualquier lugar, territorio o población por más pequeña que sea, se encuentran células criminales de todos tipos y tamaños.
La inseguridad, la corrupción y los pretextos son el sello de la casa, el dejar pasar y el dejar hacer, tiene un alto costo. No obstante, esos cálculos seguramente han sido considerados por la administración en turno, razón por la cual estimo que la estrategia implementada en materia de seguridad es solamente un eslabón de otra con propósitos ocultos.