_La política izcallense que a los 25 años ganó la presidencia municipal de Izcalli, ganará los dos debates programados por el IEEM
_Ni las encuestas falsas, ni las ofensas personales han podido doblegar a una mujer valiente, que entrega su vida por el progreso de su Estado
_Delfina Gómez prepara ya el pago de dádivas con recursos públicos, para comprar encuestas que la den ganadora, pese al rechazo ciudadano a Morena y su candidata
_Desvían en Texcoco 11.9 millones de pesos a empresas fantasma para financiar a Delfina
POR CARLOS SAMAYOA
Con propuestas contundentes que demuestran su conocimiento de la realidad y las necesidades de los mexiquenses, Ale Del Moral está garantizando que ganará los dos debates organizados por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), y también se convertirá en la primera y próxima gobernadora mexiquense.
El salario familiar, el reforzamiento de la seguridad con cámaras y operativos en transporte público, así como el programa violeta de protección a las mujeres, son solo algunas de las propuestas con las que Del Moral Vela ha ganado y sumado respaldo de los mexiquenses, incluidos algunos que respaldaban al partido Morena y sus aliados.
En contraste, Delfina Gómez exhibe día a día su incapacidad y la imparable corrupción que la ha caracterizado en todos los cargos públicos que ha ostentado, primero robando el 10 por ciento del salario a los trabajadores de Texcoco, para desviarlo a sus cuentas personales y a su partido.
Y ahora, la triada de asesores corruptos de su campaña, Horacio Duarte, Mario Delgado y Faustino de la Cruz, ya preparan los “apoyos” y “dádivas” que darán a los reporteros, para que publiquen sus ya conocidas encuestas pagadas y falsas, para hacer creer que Delfina salió bien librada de los debates, a los que se sigue resistiendo a acudir, ante su incapacidad y riesgo de ser exhibida por Del Moral.
Incluso, la propia Delfina anunció, intentando sin éxito desviar la atención, que ya ser prepara el uso de recursos y apoyos, señalando a sus rivales políticos, cuando han sido sus tres mosquiteros, Duarte, Delgado y De la Cruz, quienes han ofrecido dinero a los reporteros, siempre y cuando publiquen las notas falsas que ellos crean para tratar de encubrir el desplome de Delfina en las encuestas.
Ahora ya se sabe hacia donde se están dirigiendo los recursos que desvío Delfina de la SEP, lo mismo los 830 millones de pesos que le detectó faltantes la Auditoría Superior de la Federación, que los más de 1 mil 300 millones de pesos que desvió del programa La Escuela es Nuestra.
Han intentado sin éxito afectar su amplio crecimiento en las encuestas, pero sobre todo en el respaldo de los mexiquenses de verdad, y no los miles que han sido empadronados en el Edomex para tratar de influir en los comicios del 4 de junio, con “nuevos votantes” llegados desde la CDMX y Veracruz, entre otras entidades.
Incluso, por instrucciones desde Palacio Nacional, se ha echado mano de los canales públicos para atacar a Ale Del Moral, como la entrevista a modo y pagada con recursos públicos, que le hizo Sabina Berman a Delfina, desperdiciando el escaso prestigio que le quedaba para convertirse en propagandista de la 4t, e incurriendo incluso en el delito de violencia política de género contra Ale del Moral, a quien denostaron y atacaron en la entrevista realizada en un canal público del gobierno, que ahora se usa para propaganda de Morena.
Incluso ayer, un medio de circulación nacional dio a conocer cómo desde Texcoco se sigue operando la recaudación y desvío de recursos públicos para financiar las encuestas pagadas por Delfina y sus secuaces, a través de contratos millonarios a empresas fantasma, a las que les pagaron 11.9 millones de pesos, a pesar de ser inexistentes, pues los domicilios son casas particulares.
Sobra decir que Delfina mintió una vez más en sus discursos, el más reciente en Cuautitlán Izcalli, donde dijo que enseñaría cómo se usan los dineros públicos, pero evitó mencionar que lo hará como en Texcoco, contratando empresas fantasma, o robando el diezmo a los empleados estatales para seguir desviándolo a su partido.