ALBERTO F. MENA MALLEN
Tenemos un NININI de presidente de México.
Ni es presidente, ni es gobernante y (menos) ni es humanista.
Con el transcurso de los meses de este gobierno nos hemos percatado de que Andrés Manuel López Obrador, al dividir al pueblo, no gobierna para todos los mexicanos, solo lo hace para sus seguidores, por lo que se puede decir que es un excelente jefe de campaña de sus corcholatas y un líder de sus chairos.
Ni es un primer mandatario de todos, ni es un gobernante para los mexicanos.
Y lo vimos con la tragedia de Ciudad Juárez, donde no mostró ni una pisca de humanidad cuando visitó dicha ciudad, para ver avances de su programa de Bancos de Bienestar, así como de sus servidores públicos y su presumida humanidad quedó por los suelos. Y se vio la incapacidad de su gobierno, primero para prevenir este siniestro y segundo para actuar adecuadamente.
Y trató de congraciarse mediante palabras con las familias de los 38 migrantes que murieron y de otro tanto de heridos, -algunos de ellos se debaten entre la vida y la muerte-, por lo que destacó con cara compungida:
“Me ha dolido mucho, me ha dañado. Yo he tenido momentos difíciles, de los más difíciles fue lo de la explosión de Tlahuelilpan, ese ha sido el acto más duro, el que más me ha afectado anímicamente y luego este me conmovió, me partió el alma”.
Pero les dio la vuelta en Juárez y solo escuchó las palabras de migrantes dolidos que perdieron a sus seres queridos por una negligencia criminal del Estado que, ahora desgobierna Morena. Y buscará de todas las formas evadir su responsabilidad, tal y como lo hizo desde el primer momento en que supo de este hecho, al culpar de su infortunio a quienes murieron, a los propios migrantes.
Quienes tienen la responsabilidad de supervisar a sus trabajadores, en este caso servidores públicos, son los jefes, los que tienen que reportarle al cargo de más alto rango, pero si éstos son quienes cometen ilegalidades y sus jefes tratan de echarse la culpa unos a otros, pues, se arma un berenjenal, porque se puede afirmar que no hay gobierno. Y por eso el presidente es NININI, porque ni es presidente, ni es gobernante para todos los mexicanos y menos humanista, lo que ha demostrado en diversas ocasiones.
Morena impidió que el director del Instituto Nacional de Migración, Javier Garduño, compareciera ante legisladores, aparte de que a semanas del suceso, no ha dado la cara para explicar muchas irregularidades que se han detectado en el INM, situación semejante que pasó con la directora del Metro, Florencia Serranía, quien renunció al puesto después de un mes del accidente donde murieron 26 personas. Hubo visos de querer protegerla por parte de las autoridades capitalinas.
El Peje ha buscado ser el mejor presidente de México y del mundo, pero con sus acciones está quedando como el peor presidente de la historia del país y lo demuestra cada día con sus ataques a quienes no comulgan con sus ideas y propósitos, aparte de que quiere ser un autócrata renombrado a nivel internacional por sus relaciones con mandatarios señalados de no respetar los derechos humanos de sus paisanos y también de andar de valentón contra grupos de republicanos de los Estados Unidos. No existe una diplomacia adecuada.
De la justicia en nuestro país, mejor ni hablamos, porque no la hay, solo es para quienes puedan pagarla, por lo que es difícil que se lleve a juicio en México a personajes que tienen que ser encarcelados en el país vecino del norte y hay muchos ejemplos de ello, como el del general Salvador Cienfuegos, que salió impune de los cargos que se le responsabilizaron en Norteamérica y más cuando hay un fiscal-carnal general de la República que actúa de una forma muy oscura y poco transparente.
Habrá que recordar que muchas de las promesas de AMLO no han sido cumplidas, como el rescate de los mineros en Pasta de Conchos y menos aún, los de Pinabete, de los que no se ha informado nada; otra promesa que sigue latente es la lucha contra la corrupción, ya que en las transas de Segalmex por más de 15 mil millones de pesos, lo doble de la estafa maestra, López Obrador casi da impunidad total a Ignacio Ovalle cuando explicó que fue engañado por quienes contrató de filiación priista. Pero después, ante la presión, destacó que, si tiene responsabilidad, será sancionado.
A pesar de que hay información comprobada de que la ministra Jazmin Esquivel, plagió su tesis de abogada de licenciatura y también del doctorado, sigue vigente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación; además, existen ya dudas por información que circula en redes sociales de que la consejera presidenta que acaba de llegar al Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei Zavala, no cuenta con registro de su cedula profesional y tampoco se ha desmentido esta información.
El presidente ha buscado de todas las formas proteger a esta ministra y no ha dicho nada de las dudas contra la consejera presidenta del INE, y habrá que recordar que también apoyó al senador Félix Salgado Macedonio, quien fue acusado por ser un violador, para ser candidato al gobierno de Guerrero, lo que finalmente no consiguió, pero sí pudo colocar a su hija en dicho puesto.
Sobre el narco, se sigue comentando el hecho de que seguirá apoyando las campañas de Morena, tal y como lo hizo en el 2021, incluso hay graves acusaciones de legisladores republicanos de los Estados Unidos y de la Iglesia, que no han sido desmentidos, pero se les enfrenta con argumentos repetitivos y desgastados de que son acusaciones de la oligarquía que no quieren que la 4T avance, tal y como lo está haciendo actualmente, violando leyes y la Constitución.
Hay mexicanos que consideran que quien se dice presidente de todos, es un buen mandatario, pero por muchas de sus acciones que se analizan, hay circunstancias que señalan que tanto él como su grupo desean más el poder que gobernar a esta nación.
Hay que participar.
fermallen@gmail.com