Necesaria, alianza en AL para reducir desigualdad y hambre: mandatarios

Además de enfrentar la ola inflacionaria, mandatarios de América Latina y el Caribe expresaron la necesidad regional de una alianza que apunte a otros blancos, como reducir la desigualdad y el hambre, atender la crisis ambiental, aprovechar el potencial energético regional, abatir los costos de producción agrícola, y hacer en bloque un llamado a la paz en Ucrania.

Jefes y jefas de Estado y de gobierno de once naciones de Norte, Sur y Centroamérica, así como del Caribe, participaron de manera virtual, a convocatoria del presidente Andrés Manuel López Obrador en la conformación de la ‘Alianza de Países de América Latina y el Caribe contra la Inflación’.

Ahí, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, dijo que la inflación y el encarecimiento de los alimentos está aquejando a todo el mundo, pero que en América es particularmente grave que “obliga a los Estados a estar presentes en favor de los más humildes”.

Fernández dijo que si bien es partidario de que las naciones que participan en la alianza busquen soluciones conjuntas a los problemas que enfrentan, es verdad que “tenemos realidades muy distintas” en cada país. Destacó que el principal detonante de la carestía alimentaria es la guerra en Ucrania, por lo que llamó a “plantarnos como continente y decir: paremos esta guerra”. Pidió sumar a la agenda de trabajo de la Alianza temas como la deuda externa y el medio ambiente.

El primer ministro de Belice, Juan Antonio Briceño, subrayó que “la crisis actual es uno de los mayores retos que enfrentamos, uno que solo podemos superar cuando los líderes progresistas y de mentalidad y objetivos similares trabajan juntos”.

Luis Arce, presidente de Bolivia, afirmó que “nosotros pagamos la factura de los errores del modelo de desarrollo del capitalismo salvaje que aplicaron los países desarrollados para ser los más grandes” y aseguró que se debería profundizar en la idea de tener una moneda común para facilitar los intercambios.

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, subrayó que el hambre no hace distinciones políticas y afecta a cerca de 270 millones de personas en América Latina y el Caribe, como consecuencia directa del neoliberalismo y del aumento de la desigualdad. “Enfrentar el hambre demanda ante todo voluntad y determinación políticas”.

El mandatario brasileño, quien luego de su intervención se retiró de la reunió para atender el ataque que dejó cuatro niños muertos en una guardería en el sur de Brasil, sostuvo que la erradicación de la pobreza extrema y el combate al hambre son “una verdadera emancipación política para miles de latinoamericanos y caribeños”, por lo que llamó a avanzar en este objetivo.

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